La empresa municipal Aguas de Cádiz ha hecho balance de la producción fotovoltaica en la EBAR La Martona, cuando se cumple el primer año desde su instalación: unos 155.000 kWh en doce meses, lo que ha supuesto un ahorro para la empresa de más de 30.000 euros en factura de electricidad, haciendo una media del precio del kWh en el último año de Eléctrica de Cádiz.
La instalación cuenta con una potencia de 80 kWp y se estimaba una producción anual de 133.872 kWh, que “se ha visto superada en el primer año”, se resalta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Se colocaron 200 paneles fotovoltaicos de última generación, de 480 Wp cada uno, con tecnología avanzada que permite aprovechar al máximo la radiación y con placas de vidrio a doble cara para hacerlas inmunes a los conocidos efectos de la corrosión que se produce en las estaciones de aguas residuales.
Para la instalación de esta fotovoltaica de autoconsumo la empresa municipal de aguas realizó una inversión de 110.000 euros, de los cuales ha recuperado 10.756 gracias una subvención concedida de los fondos europeos Next Generation.
Se calcula que esta inversión en La Martona estará amortizada en el plazo de tres años y la vida útil de los equipos se estima en 25 años, por lo que a partir del cuarto año “la instalación producirá energía de forma totalmente gratuita”.
La instalación de energía fotovoltaica, además de suponer un gran ahorro económico, beneficia directamente al medio ambiente, ya que produce energía limpia sin emisiones de CO2 a la atmósfera. Aguas de Cádiz lleva más de cinco años calculando su huella de carbono y está ejecutando importantes acciones encaminadas a reducir el calentamiento global. En 2022, con las acciones llevadas a cabo se dejaron de emitir 423,7 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Y SE REDUCE EL PORCENTAJE DE AGUA NO FACTURADA
Por otro lado, Aguas de Cádiz también ha informado estos días de que el agua no facturada ha pasado de ser el 36% en el año 2012 al 17% en el 2022. Así, en la última década, el porcentaje de agua no registrada se ha reducido a la mitad gracias a diferentes acciones que se están llevando desde la empresa municipal, como la detección temprana de fugas, la renovación de la red de abastecimiento y las campañas de sensibilización sobre un uso eficiente del agua que han promovido un aumento de avisos por averías en la red. Durante este tiempo, se ha reducido en 2.940.430 m3 el agua que anualmente no se factura, “una cifra muy importante en el contexto de cambio climático en el que nos encontramos”.
En terminología técnica, el agua no facturada se refiere a la diferencia entre el agua que entra de la red de alta a la ciudad y el agua que finalmente se factura. Este dato recoge la suma de las pérdidas de la red, las pérdidas en las acometidas, imprecisiones de medidas en contadores y los consumos no autorizados.
Actualmente esa agua no facturada se sitúa en un 17%, “un dato muy favorable ya que, por ejemplo, esa cifra llegó a alcanzar desde que se tienen registros un máximo del 40% en el año 2007”.
Además, Aguas de Cádiz sitúa las pérdidas físicas en la red (la suma de pérdidas en la red y pérdidas en acometidas) en un 10%, una cifra que se sitúa ya por debajo de la media nacional. Al respecto, esta empresa cien por cien del Ayuntamiento lleva trabajando desde 2015 con un plan basado en la detección de fugas y la renovación de la red de tuberías.
“Somos conscientes que el gran cambio lo veremos reflejados con la digitalización de la empresa, cuando se instalen contadores individuales de telegestión y el consumidor pueda ver en tiempo real cuántos m3 gasta, o el propio operador público pueda mandar una alerta si encuentra un consumo excesivo”, ha añadido por su lado la concejala y presidenta de Aguas de Cádiz, Ana Fernández.