La Policía Nacional ha vuelto a detener en la ciudad de Cádiz a un “viejo conocido” con numerosas detenciones anteriores por tráfico de drogas, siendo la más reciente el pasado abril; pese a ello, ha seguido con la venta a pequeña escala de cocaína y heroína en los alrededores de su vivienda sita en la avenida Andalucía, y para más inri, justo frente a la Comisaría Provincial, “por lo que los agentes se cruzan a diario con él”. A partir de ahora se le conoce como ‘el señor de los anillos’.
Los investigadores de la Udyco continuaban realizando vigilancias sobre esta persona de 55 años de edad debido a que tras su última detención hace unos meses había continuado con su ‘modus viviendi’, dedicándose a la venta de rebujito (mezcla de heroína y cocaína).
Este individuo, se detalla en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, era conocedor que era objetivo de la Policía ya que “no se le iba a permitir que se venda droga a escasos metros de la puerta de Comisaría”. Sabedor de ello, “extremó las medidas de seguridad y se mostró mucho más escurridizo que en anteriores ocasiones, logrando eludir algunos seguimientos de los investigadores, modificando continuamente sus rutinas y los lugares de contacto con sus clientes”.
Sin embargo y pese a la “complejidad” de la actuación, los investigadores recabaron indicios y pruebas que incriminaban al encartado que finalizó con su detención al ser sorprendido ‘in fraganti’ cuando realizaba una transacción de droga.
En ese momento de la detención, los agentes descubrieron que ocultaba las papelinas de rebujito en los tres anillos que portaba; estaban huecos en su interior, dejando libre una pequeña cavidad dentro de la cual ocultaba las dosis de droga que iba repartiendo. En total, se intervinieron 10 dosis de rebujito y dos de cocaína.
Este método de ocultación ha resultado novedoso para los investigadores de la Udyco en Cádiz, ya que nunca se habían encontrado anillos de este tipo, al parecer preparados para ocultar pequeños efectos en su interior, “los cuales hubieran pasado desapercibidos de no ser por la experiencia que los agentes de la unidad antidroga acumulan en este tipo de intervenciones y los exhaustivos cacheos a los que someten a sus detenidos”, se remarca.
Esta investigación, se sentencia, demuestra que los pequeños traficantes dedicados al menudeo de drogas “se renuevan y cambian sus métodos de trabajo y medios empleados con cualquier artilugio que pueda servirles para eludir la acción policial”.