El Cádiz vuelve a dejar escapar la victoria en el alargado tiempo de descuento. Se trae de Almería un punto (1-1) que sabe a poco tras aguantar por delante en el marcador hasta el minuto 95. En el añadido, Bongonda fallaba el segundo en un mano a mano, y Momo cometía un penalti infantil.
JORNADA 26. Con cabreo e indignación muy presente entre el cadismo, tras lo acontecido el pasado choque en casa ante el Getafe y un acta arbitral para caldear más el ambiente, el estadio de Los Juegos Mediterráneos, llamado eventualmente por cosas del dinero Power Horse Stadium, recibía este sábado en horario anti-fútbol al mermado equipo de Sergio González para enfrentarse a la UD Almería, otro duelo trascendental en la lucha por evitar el descenso a Segunda.
“Estamos preparados para el partido y tenemos claro dónde hacerle daño al Almería”, apuntaba el entrenador del Cádiz en la previa del choque, un tanto resignado por las bajas obligadas (por lesiones y por sanciones), y sin esconder cierta autocrítica por el desenlace del último encuentro: “estuvimos todos acelerados, fuera de nosotros”.
Tras las diferentes alegaciones, finalmente el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) notificaba el viernes que no, que no suspende ni de forma cautelar las sanciones a Iza y a Conan (tres y cuatro partidos de castigo, respectivamente). Por lo que el once amarillo, condicionado también por lesiones, presentaba novedades: el suplente David Gil bajo palos: Parra por Iza Carcelén y Meré por Fali (cumpliendo su quinta amarilla), en defensa; y Fede San Emeterio por Rubén Alcaraz (con molestias). Además, Escalante se mantenía en el centro del campo, Bongonda y Sobrino cubriendo la baja de Brian Ocampo (acaba de ser operado) en los extremos; y como hombres más adelantados, Roger Martí y Sergi Guardiola.
El partido comenzaba vivo, y con una sorprendente tarjeta roja clarísima perdonada en el minuto 2 a los locales, una patada de Robertone a Escalante en el estómago. Ni amarilla. Un disparo lejano de Embarba, por un lado, y por el otro un lanzamiento de Théo Bongonda que repelía el portero local a córner, se sucedían en los primeros minutos, con los amarillos (con su segunda equipación) más centrados y ofensivos.
Y en el minuto 22 se pitaba un penalti a favor de los visitantes… sin embargo la alegría duraba poco, el VAR revisaba la acción y el de negro reconsideraba su decisión y señalaba falta fuera del área.
Llegado a la media hora de juego, era el conjunto almeriense el que daba un pasito adelante y en menos de cinco minutos encadenaba cierto peligro: Rodrigo Ely cabeceaba a quemarropa desde el lado derecho; otro cabezazo que se iba alto de Srdjan Babic; y un remate fallado de Luis Suárez desde el centro del área. Pasado ya el 40, tras un tímido acercamiento visitante, un cabezazo de Jorge Meré a las manos de Fernando, David Gil se lucía con un paradón ante el disparo de Eguaras que buscaba la escuadra. Los gaditanos, mal, estaban a estas alturas deseando que pitaran el descanso.
“COMO EL DÍA DE LA MARMOTA”
La segunda mitad arrancaba de cara para el Cádiz, el gol de Roger Martí en el 49 en una acción embarullada en el área a partir de un saque de banda de Luis Hernández de los suyos.
Desde ese 0-1, los cadistas controlaron más o menos la situación ante un Almería que no sabía muy bien cómo asustar a David Gil. Aunque los gaditanos iban sufriendo bajas y alterando planes a medida que avanzaba el crono fruto del esfuerzo y la inactividad de algunos de sus hombres. Álex entraba por un Escalante con molestias; Momo por Meré, también renqueante; Chris Ramos por Roger; y dos jugadores casi inéditos en la presente campaña, Chust y Diarra, eran de la partida en el último tramo, por San Emeterio y Raúl Parra.
Entre tanto, los de la Tacita puntualmente probaban al meta local, con ocasiones de Sergi Guardiola y de Álex Fernández. Y los entrenados por Rubí sumaban remates de Lázaro, Gonzalo Melero, Luis Suárez y Arnau Puigmal; aunque no daban sensación de peligro real, entre la incertidumbre.
Y casi cuando se desvelaba el tiempo añadido, siete minutitos solo de descuento, ejem, Bongonda tenía en sus botas el segundo gol de la tarde. Y el mismo belga-congoleño, fallaba ese 0-2 otra vez en el 93, en un mano a mano aprovechando un pase en profundidad de Youba Diarra. Fallo arriba, y fallo atrás. En la siguiente acción Momo Mbaye cometía un penalti tonto e innecesario (acababa desconsolado al terminar el choque), y Melero establecía desde los once metros el empate. Otro sádico empate para el Cádiz.
“Estamos fastidiados porque es como el día de la marmota. Es un jarro de agua fría, me llevo esa sensación, como la pasada jornada”, afirmaba Sergio González en el postpartido, incidiendo en que “el fútbol está siendo muy cruel con nosotros. No queda otra que levantar la cabeza y seguir. Al final, hoy un pequeñito lapsus nos deja fuera tras un esfuerzo titánico. Tendremos que gestionar lo de los tiempos añadidos”. El catalán, antes de abandonar la rueda de prensa, dejaba caer como recadito a los periodistas presentes: “no me habéis preguntado por la jugada del minuto 2 de la primera mitad”. Queda todo dicho. DIARIO Bahía de Cádiz