DÍA 20 (3ª CUARTOS DE FINAL)
El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2024), con su tercera noche de cuartos de final, roza el ecuador de esta dubitativa fase poniéndole el lacito a un domingo que comenzó temprano con la sorpresiva puesta a la venta presencial de todas las entradas de la final, y le siguió un rato de concurso de la cantera, la Ostionada, la Gambada, y paseíto al estadio para tararear en comunidad el Mehandichoquelamarillo, y tratarte un cero a cero de vuelta al Falla.
El coro imponente y luminoso de ‘Los luciérnagas’, y la humilde pero soberbia chirigota ‘Los exageraos’ pusieron al inicio de esta función muy alto el listón, que trato de sostener con sus armas el cuarteto de ‘Los coco de Cádi’, con afición fiel a su estilo. Y ya luego, fueron pisando las tablas las demás agrupaciones, con sus cositas cada una.
Leo: “dos activistas climáticas arrojan sopa sobre el cuadro de La Gioconda en el museo del Louvre”. ¿Sopa? ¿Con fideos o con arroz? Ahí falta consistencia. Juan, ¿a ti te gusta el puchero?… Maripili, dale a la palanca y que se desenrolle como una serpentina este cronicón empachao. Y si hay que hacerle la ola al Yuntamiento de Cádiz, se le hace… ¡Que viene la ola, uuu uuuh…!
‘Los luciérnagas’, ¡¡brillaaaaan!!
Las 20.03 horas. Arriba telón. “Hasta en lo oscuro brillamos…”. Ya suena, y cómo suena, el coro de Pardo hijo y Rivas… y el Tron con su contrabajo a cuestas. Emigrantes gaditanos iluminando allá por donde pasan fatiguitas más allá de Cortadura…, “ser de Cádiz nos marcó, y sentimos la misión de plantar nuestro pendón… Cádiz es como una religión y vamos pregonando tu sentido del humor, tu arte, tu manera de querer, tu valor… dicen que a los gaditanos la luz de Cádiz se nos pega, por eso donde vamos brillamos, lo mismo que las luciérnagas”. Sí, con nosotros ‘Los luciérnagas’, meneando el pendón morado. Un tango amarillo y azul, o más bien, gris oscuro casi negro…, “una letra para el Cádiz, que este año dan un premio, ahí la lleváis… un presidente compró los sueños de nuestra gente, y ahora es dueño y señor… déjese de vender más humo… vamos pa abajo sin solución… no pretenda comprar con coplas mi sentimiento, su dinero yo no lo quiero, lléveselo para Nervión, o se lo mete en los mismos huevos”. Y de segunda, un grito clamando por la libertad ¿perdida? en el carnaval y los hipócritas que saltan con todo pero no aportan nada…, “qué ha pasado con la fiesta, transgresora y divertida, hoy tol mundo se molesta, tanta gente ofendida, qué pena de carnaval… y las callejeras las vemos con libertad de expresión… carnaval carnaval, tú siempre fuiste canalla, planta cara al que te calla… como en la calle, pero en el Falla”. Otra queja sobre la falta de libertad en el teatro mientras cantan con libertad esta letra en el teatro. Las paradojas, Juan. En la tandita de cuplés, piden para Andalucía el “verificador de los catalanes”, para verificar aquello que cuelga, ejem; y “a nosotros nos dan más miedo todos los curas de Salesianos” que la monja-fantasma de residencia. Todos los problemas que tiene el mundo se arreglarían en un segundo, si el mundo fuera más gaditano. Ese popurrí es un foco de doscientos watios, potente potente…, “ay qué coraje te da, que no te sale mi acento, que no se aprende el talento, por mucho intentos, y tú te comes por dentro, que no te sale mi acento, lo siento, picha, lo siento… Si esto te toca a ti, lleva siempre esta luz, si te marchas de aquí… esa es nuestra misión, donde quieras que estés, lleva nuestro pendón y tu forma de ser”. Juan, apaga la luz, que luego el recibo lo pago yo.
‘Te he dicho 1.748.654 veces que no soy exagerao (los exageraos)’, no mea ná, el Kiko
Un poco excesivos con los papelillos. Un poco escaso con el forillo. Saluda la chirigota sin medida ‘Te he dicho 1.748.654 veces que no soy exagerao (los exageraos)’. Juan José, ahí al fondo, se lleva a su casa el primer pasodoble, pidiendo que bauticen una puerta del Nuevo Mirandilla con el nombre de Sandokán, “la mejor banda derecha que ha tenido nuestra historia…”. Y en defensa de los bolos de agrupaciones completitas en la otra letra: “aunque lo respeto, hoy quiero cantarle mi humilde opinión acerca de los minigrupos… nunca va a tener la esencia, el coraje, la potencia de un conjunto, aunque cueste más dinero… si no fuera por tu grupo no serías tan conocío…”. Cuplés de cinco en cinco: posiblemente la mejor tanda que se ha soltado en lo que va de COAC, junto a sus apostillas… “no mea ná, el Kiko… sois todos daltónicos, ¿no?… ¿ha llegao el paquete, no?… nos la metió doblá, ioo… ni Portugal nos vota, iooo… como lo ponga cortando queso, es que se lo come”, jajajaja. ¡Bastinazo, Juan! ¡¡Quiero queso!! Y esto te lo juro pordios, que no estoy exagerando. El popurrí huele a roquefort, entra solo tras el acierto de los cuplés, un popurrí completito dentro de su modestia y “cantando carnavales, hasta que me muera, sin exagerar”. Peaso pase, Juan. Sin exagerar.
‘Los coco de Cádi’, don… don usted
Hora del sainete de Aguilera-Puliestán: ‘Los coco de Cádi’. La abuela odiosa con todo lo modenno y muy capillita, el padre bastante mudo, la madre haciendo de… madre y el niño malito de carnavá, el Garrapata, que es quien lleva el peso del histrionismo y los chistes, recurriendo casi siempre a lo metacarnavalero, e incluso con golpes fresquitos del presente concurso, girando casi siempre alrededor del Martínez Ares. Analizando la comparsa del Chapa… “vengo a llevarme la luna…, ¿eso es una presentación o un anuncio de carglass?”. Entre tanto, una gracia-confusión semanasantera y carnavalera con el Puigdemont, que les va a hacer un encargo de esteladas, se ve que esto es una tienda de telas. Y ahí aparece el president, “¿el catalán?, ¿este que es el feo de los hermanos, no?”. Y ya tienes la parodia lista para su entrega. ¿A por dos cuplés? O argo, porque vaya cuplés… Lo siento, Pixar, tol mundo no puede ser de Cádi. En el tema libre, el Garrapata se monta un mini-grupo, y al rato viene un asistente social a llevarse al niño…, “me he hecho un trío que voy a reventar al pellejo… yo le he enseñao al niño las posturas… me han dejao los ojos como el coro de Los iluminaos…”. Y entre más equívocos carnavaleros-sexuales, se alcanza el colofón shentimentalóide… “que la vida son dos días, y uno es pa carnavales”. Y Miguel Ángel Fuertes llevándose a empujones al Garrapata del escenario tras caer el telón. Juan, déjate de pamplinas puristas y manías, reconoce que el público lo ha disfrutao. Admitimos pulpo como animal de compañía.
‘La resbalaera, una comparsa de toda la vida’, no voy de Cristo
“Predico tu reino, a orillas de la Caleta, voy arrastrando las cruces de la Tacita… que vengan los listos a tacharme de profano, no voy de Cristo, que voy de gaditano… sólo lleva un mandamiento, Cádiz, levántate y anda… cada día resucito con el vaivén de los mares… agarrao a mi rosario, mi guitarra y mi comparsaaaa”. Saluda desde este particular altar rocoso ‘La resbalaera, una comparsa de toda la vida’, la comparsita de toa la vía, como las dos o tres precedentes, exhibiendo fuerza y ¿rabia?, de Nene Cheza y Zampi. Primer pasodoble con recadito sin nombre y apellido hacia una comparsa femenina y su “gran poeta tan diva como mezquina”, que, al parecer, no quiso integrar en su grupo a su amiga, “es luchadora, valiente y feminista… pero para muchos tontos sólo es un travelo sin razón de ser… envidiando tu coraje y tu orgullo de mujer”. Emmm. Se dice el pecado, no el pecador. Será eso, pero levantar la sospecha contra compañeras, no sé, Rick. Y una viuda protagoniza un segundo pasodoble que te deja un poco ajín…, “las luces de la mañana, anuncian el nuevo día, y vuelvo a teñir mis canas, de ganas y de alegría… lo confieso soy feliz, porque vivo para mí… que has tenido que morirte pa que empiece yo a vivir”. El drama callado de tantas mujeres de generaciones pasadas. ¡Aguatapá! Cupleses simpaticotes, con un nabo tieso por ahí, pero no pienses cosas raras, Juan. Estos son, Cádiz bonito, los milagros infinitos que hacen que yo crea en ti. “Que los niños se acerquen y aprendan, el milagro de ser gaditano…”, anota un popu densito que apenas asoma más allá de Torregorda en alguna cuarteta puntual, roneando de ese “Cádiz que guarda su esencia, el Cádiz de los gaditanos”. El tuyo no, Juan.
‘Los del Canal Sur’, ¡que no se podéis tirar del puente Caná!
“Qué desengaño, Cádi, ¿cuándo es tu cumpleaños?… la de años que lleva este aquí, no soy antiguo, yo soy vintage…”. Ahí queda la presentación de ‘Los del Canal Sur’, la chirigota fenicia liderada por Diego Letrán. En defensa de su estilo añejo, “el que ahora no se suele valorar y ahora en el carnaval este estilo se atraganta…”, en un primer pasodoble más propio de preliminares, la verdad. Si estuviera Juan Manzorro, esto no pasaba, se lanza en la segunda letra, con eso de que el Canal Sur Radio no ha difundido las clasificatorias para toda Andalucía…, “con un pequeño aparato, pegado a su almohada, soñaba con un teatro, coplas llegando al alma… las coplas más gaditanas por nuestros cielos surcando, por cualquier pueblo iban sonando… les molesta nuestro carnaval, y no quieren dejar que las críticas se escuchen… recortando personal nos censuran poco a poco… de la nuestra, qué poco queda ya”. ¿La nuestra, Juan? En uno de los cuplés, el que se salva de la quema, los tipos se repiten en este teatro, como el del Bizcocho, “la de gente que en el Falla ha cantao doblao, pero doblao”. A dónde vamos a llegar, ¡Cádi!, no te cabe ná. El popurrí no entrará en la intrahistoria, y la neverita del patiobutaca no acompaña…, “y al final los dos tenemos un alcalde de Jeré… en mis tiempos de fenicio, qué alegría, las sevillanas no existían… y cuando paran una obra siempre es culpa del yacimiento… con mi pueblo comienza tu historia, dejo mi huella clavada en tu suelo, contigo me hice otro hombre, rebelde sabio y humano, tú me cambiaste la vida, tú me hiciste gaditano”. Y a Juan le vuelven a entrar ganas de escuchar a Los gadiritas, fitetú.
‘Pueblejito La frontera’, pero más me gusta qué me la co… ehhhh
Donde lo cotidiano se hace extraordinario. Ya canta ‘Pueblejito La frontera’, la comparsa con raíces de José Juan Pastrana…, “sólo vuelvo a ser persona cuando vuelvo al pueblejito… saborea y siente tu tierra”. La decadencia de la sanidad pública, sin mentarla, se aborda en el primer pasodoble: “por fin entró su nombre en lista de espera… que bien le vino a Antonia el nombre de paciente… duele a diario cuando tachas por costumbre fechas en el calendario… cuántas y cuántas Antonias se habrán quedado por el camino”. La otra letrilla, con cameo infantil, son lecciones de padre carnavalero a hija carnavalero…, “aunque estás empezando, disfruta tu cantera, exprime cada año que se van volando y es que ni te enteras… disfruta del camino porque eso es lo mejor de los carnavales… y quédate con los detalles tan sencillos y bonitos, como estar juntos en estas tablas, junto a tu pare”. Potito. El concepto frutasexual en uno de los cuatro cupleses. El nabo no falta, Juan. Si te cuento un secretito, no se lo cuentes a nadie… que después en el pueblejito, to se sabe, to se sabe. “No le pongas rejas al campo, que el campo quiere ser libre”, subraya el popurrí terruño…, “el esclavo urbanita los fines de semana busca libertad en el campo… tu ciudad tiene de todo, pero le falta unos buenos días… siempre hay un tonto del pueblo pintando fronteras… carnaval, que lo que siembras recoges… mi pueblo no es la tierra solamente, es un enclave en el mapa del corazón de su gente… mi alma no me acompleja, yo llevo a gala mi acento, esto es lo que hay… y mi pueblo es Cáaaaiii”. Camperos, y pancarteros, con la lucha de los abogados de oficio. ¿Nos mudamos a Paterna, Juan?
‘Los súper-ego’, ahora subo yo
Y emplatando la función, con video enlatado introductorio para poner en situación, se desahoga la chirigota liderada por Miguel Llull, con su fular, ‘Los súper-ego’…, “lo que mata a un súper-ego, es que aquí gane un sevillano… yo soy el rey de la octavilla, ¡tiembla, Ramoni!”. “El mandato del Kichi ha dejado mejoras en el carnaval… crí crí crí… y pa solucionarlo, va y ponemos a un alcalde jerezano… y venga enteraíllos manejando el carnaval, con mucho tiempo libre y poco que aportar… que a mí lo que pase en el Falla en verdad me da lo mismo, lo que no aguanto es que me quiten protagonismo”. Por ahí anda la primera letra con su pullita guasona. El otro pasodoble es una mera excusa para acabar como acaba: “cuentan ahora que el núcleo del planeta tierra se puede invertir, y un cambio radical vamos a sufrir…”, pero el Abascal seguirá siendo “facha y carajote”. Un cupletillo en sequía, acordándose del Juarmaloharia, “lo que si veo es la lluvia de carajotes que lo han votado en las elecciones”; y otro sacándole sus cosas buenas a la narcolepsia, “que llega el coro… zzzzzzz, y ya me despierto pa la comparsa”. Y el egocéntrico soy yo. La corgaera poderosa en momentos del pupurrí contribuye a reenganchar a quienes aguantan en el teatro…, “tú tú tú, no, yo, yo, yo… Cádiz, mátame, que yo aquí quiero morir”. Pero el entierro, en Chiclana.
Las 00.35 horas. Baja el telón. Juan sigue con antojo de pestiños, le van a salir los niños pringosos de tanta miel. ¡¡Traga polvorones de canela, que todavía queda alguno de las navidades!! Y enchufa a la Inteligencia Artificial para que, con su frase célebre industrial, le ponga el cierre reflexivo al relato fallero-dominguero: “No se puede vivir bien, amar bien ni dormir bien si uno no ha cenado bien”, dicen que dijo el indio Shashi Tharoor. Sin plumas, eh. Dany Rodway
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