Cádiz y Real Zaragoza se vieron las caras este viernes por la noche en La Romareda, un choque con alternativas y momentos de locura, en el que los maños se pusieron por delante antes del descanso, gracias a error amarillo; y que empataron los de la Tacita a un minuto del final, con otro golazo de Aitor, que ponía justicia en el marcador, 1-1, certificando la pelea de los gaditanos hasta el último momento, pese al escaso juego e ideas. Otro punto importante para seguir en play off, dependiendo de uno mismo.
Tras años recorriendo demasiados campos modestos y patatales de Segunda B, jugar en estadios como La Romareda evidencia lo importante y necesario que fue el salto de categoría hace poco menos de un año. Pero es que además, este Cádiz recién ascendido sigue creyendo en que disputar la liguilla de ascenso a Primera está al alcance de la mano, entre un grupo de equipos en cabeza que desde hace semanas no está nada fino.
Con el complicado reto de traerse a la Tacita los tres puntos ante un Real Zaragoza que pelea por terminar de huir de la zona de descenso, se plantaron los amarillos –con la equipación verde, color del pendón de la provincia- con una inesperada novedad en la convocatoria, la presencia del jerezano Güiza, con el que Cervera apenas ha contado esta campaña. El once inicial lo conformaron: Cifuentes; Aridane, Sankaré, Luis Ruiz y Malón, en defensa; José Mari, Garrido, en el centro del campo con Aketxe más adelantado; Salvi y Álvaro de extremos y Ortuño en la delantera.
Comenzaron los maños más enchufados, o el Cádiz más adormilado, en este partidazo de la noche del viernes, con unas 10.000 personas en las gradas. De hecho, ya en el minuto 4, Ángel, goleador pretendido por los gaditanos, obligaba a Cifuentes a emplearse a fondo. Y en la siguiente jugada, otro nuevo paradón ante Marcelo Silva en el rechace de un saque de esquina que cazaba en boca de gol.
Superado el susto de los primeros compases, los visitantes se desperezaban algo y se acercaban al área aragonés, con ocasiones de Sankaré, Álvaro, y la más peligrosa, una falta sacada en el 23 por Aketxe que remataba Garrido y se encontraba con Ratón; que también abortaba en el 34 un cabezazo de Alvarito.
Entre una y otra acción, de nuevo aparecía Alberto Cifuentes ante un tiro cruzado muy forzado de Ángel. Y tras una fase de partido nivelado, con lances en uno y otro lado, el Zaragoza llegaba al tramo final de este primer tiempo más incisivo. Así, avisaba Pombo desde la frontal con un tiro que se marchaba por encima del larguero. Y dos minutos después, en el 44, gracias a un despiste infantil del Cádiz, Ángel se aprovechaba de una falta sacada rápida en banda izquierda para rematar el 1-0.
Con el cambio de Abdullah por Garrido, buscando más creación y menos destrucción, se ponía a rodar el balón en la segunda mitad, en la que los de Cervera no dudaron en irse arriba, no quedaba otra, con más ímpetu que juego. Con el vasco Aketxe inquietando, sobre todo a balón parado. Y un Álvaro García que en el 8 gozaba de una interesante ocasión tras una galopada, que Feltscher salvaba despejando a córner.
Para la media hora final, se recurría a la baza del desaprovechado Güiza –apenas salir, no acertaba a rematar en el segundo palo un córner, y ya no se le vio mucho más-, sustituyendo a Salvi, y el partido iba ganando en locura, intensidad y mucho ida y vuelta, con sensación de peligro en ambas áreas, que poco a poco se iba diluyendo.
Ya en el 35 se confiaba en otro hombre de arriba, Aitor, por el lateral Luis Ruiz. Y no pudo ser un relevo más oportuno. Cuando no se terminaban de concretar oportunidades, a falta de un minuto para cumplirse el tiempo reglamentario, el onubense se encontraba la pelota en la frontal y entre una maraña de rivales, ni lo dudaba, probaba y establecía la merecida igualada con otro de sus golazos. Sin embargo, el Zaragoza, desconcertado, todavía tenía ocasión de volver a ponerse por delante gracias a una defensa cadista durante todo el choque dispersa: en el descuento un peligroso tiro cruzado de Xumetra pegado al palo se iba fuera.
Está claro que a estas alturas es vital no perder cuando no se puede ganar –se han sumado seis empates y una sola victoria en los últimas siete jornadas-. Y este Cádiz lucha y pelea hasta el final, y de ahí ese 1-1 importante para seguir aferrado a los play off, con cuatro jornadas por delante. Pese a no jugar nada bien y lo que es peor, acumular errores. Cuando no se cometen, amarrar los tres puntos es un poco más fácil. DIARIO Bahía de Cádiz
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