No hubo remontada épica en la calurosa mañana del domingo en el Carranza. Aunque se luchó y se sufrió, se plantó cara y se fue superior, se generaron numerosas ocasiones y se estrellaron balones a los palos… lo que se espera de este Cádiz de Claudio Barragán pero no únicamente en estos últimos noventa minutos. Se cierra así una temporada con un único calificativo: fracaso. Había un claro objetivo que era el ascenso, se confeccionó una plantilla para ello… y los únicos que han terminado dando la talla son los aficionados –salvo los tontos que tiraron botellas tras el 1-1 de los cachorros-. Los amarillos seguirán una larga campaña más en la triste Segunda B pero no por este buen partido de vuelta ante el Bilbao Athletic. El ascenso se ha escapado por hacer el ridículo en San Mamés, y en esos cinco minutos de risa en el Rico Pérez, y por no competir en todo momento ante el Real Oviedo como se hizo durante la primera mitad en el Carlos Tartiere.
Mucho calor, aunque no tanto como se temía, en la olla a presión del Ramón de Carranza –a mediodía casi en julio, ¿qué cabía esperar?, lo extraño era la lluvia del choque del Hércules…-, para caldear más el último partido del curso, decisivo pero de verdad, el todo o nada. ¿Un chasco más?… no, por favor. La vuelta de la tercera eliminatoria de los play off en la que el Cádiz se jugaba cumplir el único objetivo urgente y necesario de cada temporada, subir a Segunda. Y por delante, un peldaño enorme, un reto nada nada fácil: remontar el 2-0 encajado en San Mamés; y sobre todo, lavar la penosa imagen y sensaciones dejadas en Bilbao, y prácticamente en toda la liguilla.
La afición iba abandonando durante la semana, algo, el pesimismo realista, y de nuevo quiso creer, y el estadio, pese a los alrededor de treinta y cinco grados al sol, registró casi el lleno, más de 20.000 almas, y unas 200 venidas de Euskadi. No quedaba otra que apelar al “sí se puede”, al orgullo herido, a la ‘testiculina’, para pasar por encima de los cachorros del Bilbao Athletic. No pueden ser tan buenos ni nosotros tan malos…
“Bendita locura la de creer en ti”, el lema de la pancarta en fondo sur para recibir al equipo, con relevantes novedades: Mantecón, Josete, Servando y Tomás en defensa, Garrido, Navarrete, Machado en la media, Villar y Hugo en las bandas y Jona arriba. Este último, en el minuto 5, desperdiciaba un buen pase de Villar. Nada había que perder, y los de Claudio Barragán saltaron de inicio buscando la portería de Remiro, con nervio, con coraje. Y en el minuto 9, el mismo hispano-hondureño remataba de forma hasta acrobática dentro del área para hacer el 1-0, y para que empezara a cumplirse el guión de la perfecta machada, el del gol tempranero para desarmar a un filial que poco se parecía al de la semana pasada. Se podía, claro que sí…
Con el paso de los minutos, los amarillos siguieron controlando más o menos la situación ante un rival que pretendía pausar y romper el ritmo del partido, pero no terminaba de lograrlo del todo; y un árbitro que no estaba gustando nada a los de casa. Y en el 40, el “uuyy”, estuvo a punto de subir al marcador el segundo, en una ocasión de un enchufado Villar que se estrellaba en el larguero. Aunque pasado el 45, Sabín Merino fallaba solo ante Aulestia el empate. Manos a la cabeza. Suspiros de alivio, “uuuuf”… y gran pitada para despedir al trío arbitral.
Alocado y acelerado se dibujaba el segundo tiempo con el cansancio y la tensión cada vez más presente, los bilbaínos perdiendo más y más tiempo, y Navarrete cabeceando mal el que pudo ser el 2-0 en el minuto 10; y en la siguiente Juan Villar, con el portero ya batido, disparando sin fuerza… Migue García y Kike Márquez entraban en el campo para refrescar el ataque. Y otra al palo de Villar en el minuto 26. Increíble. Y Migue con toda la portería para él, echándosela al portero a las manos. Como réplica susto en forma de cabezazo de Merino, alto.
A poco más de cinco minutos para el final, Barragán recurría a la última ‘bala’, la de Airam por el defensa Tomás. Y a confiar en el asedio, tras una contra en la que los entrenados por Cuco Ziganda mandaban la pelota a la madera. Se intentó a la desesperada una y otra vez, cuando se podía y los canteranos no estaban arañando segundos al reloj. Y solo tres minutos de descuento. Y para acabar de rematar la faena, Néstor Salinas se escapaba en el último soplo de juego y apuntillaba con el 1-1, con el que los de Lezama explotaron y comenzaron a celebrar el ascenso, entre una muy reprochable lluvias de botellas desde un sector de tontos en la grada –y nuevo multa para el club, y posiblemente hasta el cierre del campo algún partido-, que luego se convirtió en un plausible “¡Athletic Athletic!”, correspondido por los canteranos. ¡Enhorabuena!
OTRA VEZ SERÁ…
KO. El Carranza se quedó noqueado, sin saber cómo reaccionar ante otra decepción. Y van… Sí, esta previsible, tras la mamarrachada de San Mamés –y de gran parte de las rondas ante el Real Oviedo y el Hércules-, aunque enmendable con el buen partido ofrecido este domingo, en el que se generaron ocasiones suficientes para remontar, en el que se mereció la hazaña, que no llegó. Demasiado tarde.
No hubo casi pitos –algunos a ¿Kike Márquez?-, sí aplausos sonando a consuelo, como los abrazos de Barragán –no es segura su continuidad en el banquillo- a los suyos, con poco que objetar en esta ocasión, derrumbados sobre el césped. Y pidiendo perdón a los Brigadas –¿y el resto de gradas y aficionados?-. Desolación en el ambiente, y rabia, impotencia, cabreo, lágrimas, cara de circunstancias… Y otro equipo que festeja un ascenso en el verde gaditano- Y sensación de otra vez será, pero siempre pasa lo mismo. La temporada que viene, otra vez a vagar por esos campos del pozo de Segunda B… DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
Buen partido, por parte de ambos equipos… Unos agobiando al rival y los otros haciéndoles cansar (no sé cuántos balones a Remiro para que los delanteros contrarios corrieran)
Y con respecto a los 50/60/70 que han lanzado botellines, me gustaría que la Federación hiciera la vista gorda; eso sí, que el Cádiz tome cartas en el asunto y les suspenda de asistencia a partidos durante algunos años.
Cai, será la próxima temporada…, y lo sabéis.
Aupa Athletic.