El PP en el Ayuntamiento de Cádiz interpreta que la retirada en la ciudad de la simbología franquista y de exaltación del golpe y la represión, en cumplimiento de las leyes de memoria histórica, “no puede ampararlo todo”.
Esta formación de derechas salta una vez que ha trascendido que operarios municipales han retirado el busto de José María Pemán, afín a la dictadura, de su casa natal, hoy la sede principal de la concejalía de Servicios Sociales en la calle Isabel la Católica. Esta medida se incluye dentro del Catálogo de la Memoria Histórica aprobado meses atrás por el Consistorio, y que también contempla: la placa que hay en la fachada del mismo edificio, el conjunto escultórico en su tributo en el Parque Genovés, y el nombre del futuro teatro de verano en este mismo parque (las obras siguen a medias).
Pemán, más allá de su faceta como escritor (cultivó todos los géneros literarios, destacando como periodista, dramaturgo y poeta), apoyó el sangriento régimen de Franco desde el mismo momento del golpe militar del 18 de julio de 1936 y se hizo máximo responsable de la depuración de maestros de la República.
Sin embargo, para el concejal popular, Juan José Ortiz, este busto de Pemán, “como la inmensa mayoría de expresiones de reconocimiento a este gaditano ilustre, no supone exaltación alguna de un golpe militar ni de nada parecido, y Martín Vila lo sabe porque así se ha recogido en el Catálogo para la Retirada de la Simbología Franquista en la ciudad de Cádiz en el que se recoge el carácter literario del homenaje que en 1967 deriva en el busto que el escritor tiene en el Parque Genovés, por ejemplo”.
Así, en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el principal partido de la oposición lamenta que “lo más extremista de este equipo de Gobierno haya tomado las riendas en la ciudad y estén practicando un verdadero escarnio con José María Pemán, un gaditano que pasó a la historia por su faceta como literato y por trabajar en su última etapa de vida por la reconciliación, la vuelta de los exiliados y la restauración democrática”.
Y ETA A LA PALESTRA
Ortiz entiende que la retirada del busto de Pemán de su casa natal “incumple” lo establecido en el mencionado catálogo para la retirada de la simbología franquista en la ciudad, “donde en la ficha de ese busto se establece expresamente que dicho busto será trasladado a un contexto literario y cultural más adecuado; si el acuerdo es trasladarlo a ese contexto que figura en el catálogo no pueden retirarlo a un depósito municipal sin más. Es lo de siempre, la interpretación sectaria de alguien que se mueve por el rencor y el odio”.
Añade el que fuera alcaldable conservador en las elecciones de 2015 que “tenemos un problema muy grave con la forma de gestionar este asunto por parte de Vila: dejar la historia de esta ciudad en manos de alguien que invita a un bilduetarra a hablar de memoria histórica es un suicidio para Cádiz. Tiene la ligereza de condenar a Pemán desde su sectarismo y aún no ha pedido perdón a la ciudad por traerse a darnos lecciones de memoria democrática a un tipo que se dedicaba a blanquear a ETA desde sus sillón de portavoz de Herri Batasuna en Navarra mientras mataban a su compañero de Corporación, Tomás Caballero”.
Se ve que el PP no olvida la que lió en abril de 2017 (entre ellos el propio Ortiz y su mentora, Teófila Martínez, con una pancarta ‘Cádiz sí condena a ETA’) en el inicio de una conferencia en la Casa de Iberoamérica con Xosé Martín Abaurrea, concejal de Bildu en Navarra, entre los invitados.
“POLÍTICA DE RENCOR Y DIVISIÓN DE LA SOCIEDAD GADITANA”
El PP local insiste en que “los gaditanos no podemos estar a expensas de lo que se le ocurra cada día a Vila, que tiene una verdadera diarrea mental y solo intenta con estas polémicas esconder su más absoluto fracaso en la gestión municipal, el desastre que supone su trabajo diario en otras áreas como el aparcamiento y la flojera de un alcalde y unos concejales que no hacen absolutamente nada por mejorar la vida de los gaditanos, por resolver sus problemas diarios, que es realmente lo que les importa, no este afán de confrontar y dividir”
Así, Juan José Ortiz termina pidiendo al equipo de Gobierno de Adelante Cádiz que dé marcha atrás “en su política de rencor y división de la sociedad gaditana en bandos que nunca existieron en esta ciudad”. “El alcalde y Vila –para la derecha- practican la memoria selectiva: tardaron diez días en cambiar de nombre a la Avenida Ramón de Carranza: se aprobó en pleno un 24 de noviembre y el 4 de diciembre se cambió la placa. Sin embargo llevan desde el 30 de junio de 2017, van para tres años, sin cumplir el acuerdo para dar nombre a una calle con Miguel Ángel Blanco, tan solo porque era concejal del PP, les da igual que se haya convertido en un símbolo de la lucha contra ETA y de la unión de toda España contra la barbarie”.