Tenemos exclusiva: ¿qué relación puede haber entre la inocente recogida de firmas exigiendo al Ayuntamiento gaditano que el oso con las cervicales ajín vuelva a la cabalgata de Reyes, y el resultado de las elecciones municipales de 2023? Todo y más. Si tanto te gustan los osos, mételos en tu casa… pero ojo con las sorpresas.
(*) Hoy día, si se celebrarán las elecciones municipales, todos los sondeos internos que manejan los partidos, y alguna comparsa, en la ciudad de Cádiz apuntan a un resultado inquietante para quienes aspiran a ser alcalde a partir de junio de 2023: ganaría la abstención.
El dato que más atormenta a las distintas formaciones, las añejas y las novedosas, es que tras el anuncio de José María González ‘Kichi’ de no presentarse a la reelección, cumpliendo su palabra de no estar mucho rato en el sillón de Salvochea, el nivel de notoriedad de todos todos todos los candidatos restantes es ínfimo entre los vecinos anónimos. Y ya se sabe que en unas elecciones locales es esencial tener un cabeza de cartel con gancho, y sonriente.
Apenas familia (y no toda) y allegados reconocerían un martes por la mañana por la calle Compañía a David de la Cruz, de Adelante Andalucía (eso sí, echando una pachanga en el complejo lo ubica medio Cádiz); a Óscar Torres, del PSOE; a José Manuel Cossi, del PP (todavía sin confirmar, a la espera de que el Gago acepte la cláusula de rescisión, blam-blam); o a Eugenio Belgrano, de Ahora Cádiz (antiayer, Ciudadanos). Juan de Dios Sánchez, de la franquicia naranja, hay días que ni se encuentra a sí mismo. Y en el caso del granhermano Ismael, al frente del experimento de Cádiz Sí, tiene más tirón en Guadalix de la Sierra que en Loreto.
Es exactamente la situación de partida que preveían quienes están detrás de la confabulación que se viene urdiendo desde San Juan de Dios, mientras tú y tú veías en el sofá el Mundial de Qatar sin mucho remordimiento.
RECOGIDA DE FIRMAS, TRENDING TOPIC
Y con todo atado y bien atado, sospechando la reacción, semanas atrás se activaba la operación ‘oso perjudicado’. Se filtraba una simpática e inocua recogida de firmas online reclamando al Ayuntamiento que porfavó no falte por la avenida el próximo 5 de enero el oso polar con esguince cervical que lo petaba involuntariamente en la pasada cabalgata de Reyes Magos. En cuestión de minutos, aquellos medios (y pseudo-medios) de comunicación locales con directores encorbatados que se dicen serios se hacían eco de la chorrada con ostentosos titulares, ávidos de clics y visitas fugaces para engordar estadísticas. Y en horas, la anécdota ya era tendencia mundial en redes sociales y a su vez, se generaba un círculo vicioso de copy-paste e uniformidad, replicada por cientos de digitales y webs variopintas provinciales, regionales, nacionales, radios convencionales y podcast noveleros. Hasta en el Telediario de las tres.
El anzuelo estaba lanzado y bien mordido, y la campaña gratuita de bombo y victimismo, hirviendo. En ese momento, el contubernio daba otro pasito. Aparecía en escena la concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla: “en Cádiz distinguimos bien la frontera entre la gracia y la carga, y lo que es hacernos pesados. El oso no estará en la cabalgata”, aseveraba sin inmutarse ante periodistas incrédulos que corrían a amplificar el rechazo del malaje Gobierno local a rescatar al personaje más añorado en medio planeta, y su poca querencia por la participación ciudadana, comparándolo con aquella arcadia bienaventurada participativa, con aparcamientos ilimitados, sin baches ni desahucios ni cortes de luz, de tiempos de doña Teófila Martínez. Ejem.
En este punto, informes puertas para adentro han corroborado que el nivel de popularidad del oso descoyuntado, en la ciudad y más allá de El Chato, ronda el 98% y subiendo; mientras a la vez, el encabronamiento con er Kichi y los suyos también crece y crece, acercándose al nivel de antipatía visceral que el sistema nostálgico y rancio, y sus tentáculos, han conseguido que le tengas a los enemigos de nuestra EspÁñña, a Perro Sánchez, el Coletas, el Rufián y el Otegui. “¡¡Pero si lo del oso es lo mejor que han hecho en ocho años…, y ahora me lo quitan!!”, sollozan plañideras por esquinas estratégicas de la Tacita.
¡¡OTRO PARTIDO, FRESQUITO FRESQUITO!!
El potaje en la olla express está a punto de explotar. A estas alturas del cocinado, según ha podido saborear DIARIO Bahía de Cádiz de fuentes bien aceitosas, toca servir el último plato de la conjura, calentito. Antes de que se despida este 2022, se presentará en sociedad el partido de-fi-ni-ti-vo, de cara a concurrir a las municipales; una marca hacendado sin ideología, ni de izquierdas ni de derechas, populista y demagoga pero renegando del populismo y la demagogia, prometiendo el modelo de ciudad que tú quieras, y con un cabeza de cartel hoy día im-ba-ti-ble: el oso del cuello chungo.
No hay que ser tertuliano todólogo para profetizar que, con editoriales y opinadores a favor de toda la prensa libre (la de derechas, y la todavía más de derechas) arrasará en las urnas, pese a que dos o tres de Puntales se pregunten si es constitucional (y compatible con la baja médica) que un muñeco de tres metros con el cuello roto pueda ejercer de alcalde de Cádiz. Sin embargo, tal y como andan de entretenidos en la caverna del Tribunal Constitucional orquestando golpes de estado, no se admitirá a trámite recurso alguno hasta que vuelva Paco.
Con Cádi Cádi y Puertatierra rendidos eufóricos a los pies del mamífero peludo, esa mañana radiante del pleno de investidura de este ‘caballo de Troya’ no cabrá ni en los libros gordos de Historia. Un ordenanza tendrá la responsabilidad de bajarle la cremallera al disfraz en la misma balconada del Consistorio ante millones de gaditanos, unos menos empadronados. Y de dentro saldrán er Kichi y los suyos, para seguir cuatro años más consolidando y conquistando derechos y, por supuesto, peatonalizando y cambiando nombres de calles franquistas a diestro y siniestro. No hay piedad con los carteros, no. Ni con Juancho.
(*) sí, fue nuestra inocentada del 28 de diciembre (que no tiene nada que ver con las fakes y bulos); nos encanta esta tradición, y que no se pierda.