La Zona Franca de Cádiz está reactivando las operaciones de tráfico de graneles líquidos en su recinto fiscal de la mano de la empresa británica Olivia Petroleum, que ha apostado por la capital gaditana como epicentro de su actividad en España.
Con la puesta en marcha de la nueva terminal Cádiz II se ha llevado a cabo una operativa pionera en la Zona Franca ya que por primera vez se ha operado con una materia como el aceite de cocina usado. A finales de agosto se descargó un cargamento de más de 1.500 toneladas métricas de este tipo de aceite procedente del sudeste asiático en el buque Chem New York que atracó en el muelle de Poniente.
La operación consistió en que el aceite del barco se descargó en los depósitos de la terminal Cádiz II a través de unas tuberías de última generación que conectan los tanques con el granel líquido. Allí sigue almacenada hasta que grandes camiones se vuelvan a conectar a esas tuberías para cargar el producto y llevarlo al destinatario final.
La apuesta de Olivia Petroleum por el tráfico de graneles líquidos desde la Bahía de Cádiz entronca a la perfección con la apuesta de Zona Franca por recuperar la esencia de este tipo de productos en su recinto fiscal y potenciar el comercio exterior y la internacionalización como líneas estratégicas para aumentar la competitividad del tejido empresarial gaditano.
Tras esta primera operación, está previsto que Olivia Petroleum vaya incrementando la actividad en el recinto fiscal en los próximos meses, orientada al trading internacional de materias primas para la fabricación de biodiesel (FAME), previéndose que el producto que ocupe la mayor parte del tráfico sea el aceite usado (como ha sido el caso de la primera operativa), con procedencia principalmente de un tercer país y en menor medida nacional. Este producto se maneja clasificado como residuo no peligroso dado que básicamente se trata de aceite vegetal desde el punto de vista químico.
“Este tipo de operación confirma las oportunidades del recinto fiscal para la importación y exportación de productos, en lo que se conoce como una ‘trading company’, una empresa que cubre toda la operativa de exportación e importación o actúa de almacenista para terceros”, subrayan desde el Consorcio gaditano en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
En este punto, se resaltan las ventajas fiscales que supone operar en una instalación bajo el régimen de Zona Franca. En este caso, para mercancías llegadas de un tercer país, la principal ventaja es la posibilidad de ser almacenada sin necesidad de importarla, de manera indefinida, hasta decidir su destino. Asimismo, existe la posibilidad de importar solo las cantidades que el propietario estime oportuno, siendo un punto vital a valorar, teniendo en cuenta que esta mercancía saldrá vía terrestre de las instalaciones.
La nueva terminal Cádiz II, en la que se han adecuado y modernizado instalaciones de la antigua Demagrisa, inactiva desde hace más de una década, cuenta con doce tanques de almacenamiento (cuatro de los cuales son de nueva construcción) con una capacidad de 12.000 metros cúbicos, por lo que amplía y complementa los depósitos de la terminal Cádiz I, que tiene una capacidad para 25.000 metros cúbicos.
Además de las instalaciones en la Zona Franca de Cádiz, Olivia Petroleum cuenta en la Bahía otro centro de almacenamiento en el muelle de la Cabezuela, en Puerto Real, donde tiene depósitos para 30.000 metros cúbicos que están ampliando con otros con capacidad para más de 45.000 metros cúbicos.
La apuesta por ampliar su capacidad de almacenamiento en Cádiz “se debe en gran parte por la ubicación estratégica de estas instalaciones de cara al mercado exterior”, se subraya.