Unas 5.000 personas entre alumnado y profesorado de ocho colegios e institutos de la zona de extramuros de Cádiz han participado en la fría mañana de este martes en un nuevo simulacro de maremoto (como aquel real de 1755), un ejercicio de autoprotección escolar.
El punto de encuentro ha vuelto a ser el estadio Nuevo Mirandilla (que se considera un edificio seguro y con altura, ante un hipotético tsunami), hasta donde se ha evacuado a los menores y personal del CEIP La Inmaculada, IES Fuerte de Cortadura, IES Fernando Aguilar Quignon, CEIP Profesor Tierno Galván, CEIP Fermín Salvochea, colegio Amor de Dios, colegio Nuestra Señora de Lourdes y la Escuela Oficial de Idiomas.
Este simulacro escolar (que en marzo de 2021 se llevó a cabo por primera vez, implicando al CEIP Profesor Tierno Galván y el IES Fernando Aguilar Quignon; y que se repitió en noviembre de 2023 con tres centros del casco antiguo, Carmelitas, Celestino Mutis y Cornelio Balbo), se enmarca en las acciones de protección ante catástrofes naturales que la ciudad realiza en coordinación con la Junta de Andalucía; y concretamente este ejercicio ha servido para “evaluar” el plan diseñado de evacuación de este alumnado, “para medir si era adecuado lo que estaba sobre el papel o necesitaba modificaciones”.
“Hemos constatado de manera técnica que lo planificado ha funcionado, por lo que esta previsión formará parte del Plan de Acción Local de Maremotos en el que estamos trabajando”, ha manifestado el coordinador de Protección Civil de Cádiz, José Manuel Calvo, tras el simulacro.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se remarca que según los datos geológicos, geofísicos y matemáticos, en Cádiz habría un margen de actuación de unos 30 minutos desde que se sintiera un temblor en la tierra hasta la llegada de un maremoto. Y en el caso de la evacuación simulada de este martes, se ha completado en 10 minutos, contando desde el CEIP La Inmaculada, el más lejano de los ochos evacuados hasta el graderío del Nuevo Mirandilla.
“El estadio es el sitio más próximo a estos centros que nos da una altura adecuada ante el riesgo de un posible maremoto”, ha recordado Calvo, señalando que el objetivo es que, en una situación de esta magnitud, se reúna en lugares posibles “al mayor número de personas, ya que detrás de una hipotética catástrofe se van a producir muchas demandas de auxilio y hay que ayudar a concentrar la atención”.
Este ejercicio de autoprotección ha estado organizado por Protección Civil en colaboración con la concejalía de Educación, y el profesorado de los centros participantes, que han recibido una formación previa de dos horas.
NO HAY QUE HUIR DE LA CIUDAD
Ya dentro del estadio municipal se ha visto al alcalde de Cádiz, Bruno García, aunque en principio estaba previsto que acompañara al alumnado del CEIP La Inmaculada en su evacuación, desde Cortadura. El primer edil del PP, junto a sus concejales de Seguridad Ciudadana y de Educación, Juan José Ortiz y José Manuel Verdulla, respectivamente, ha repetido que este ejercicio “ha servido para testarlo” y así poder incorporarlo al Plan de Acción Local que se está elaborando en coordinación con la Junta.
Y ha avanzado que, también en coordinación con la administración autonómica, se está trabajando para presentar a la ciudadanía una serie de recomendaciones con ideas generales de cómo actuar ante la posible llegada de un tsunami a la costa gaditana.
El chivato de un maremoto suele ser un terremoto; después hay un periodo de oleaje de unos 25 minutos aproximadamente preparatorio que puede venir con una retirada del mar o una subida muy rápida del nivel de agua. Desde Protección Civil ya han advertido en otras ocasiones que ante este escenario, no hay que salir corriendo para huir de la ciudad, al ser imposible evacuarla: hay que subir a un edificio de hormigón armado que tenga una altura superior a cuatro pisos.