No muchos gaditanos saben que en uno de los locales en los bajos del Nuevo Mirandilla se ubica la sede física de la desaprovechada Mancomunidad de Municipios de la Bahía de Cádiz, así que todavía menos habrán advertido al pasar por la trasera de fondo sur del estadio municipal una novedad tan leve como llamativa.
Un cambio muy simbólico si se quiere entender como un relanzamiento para este discreto ente supramunicipal percibido como irrelevante por buena parte de la ciudadanía y de los propios políticos del área metropolitana, que va camino de cumplir los 35 años de vida y sigue transmitiendo esa sensación de que no sirve para nada.
Sí, la Mancomunidad ha refrescado su imagen corporativa, o parece que está entre sus intenciones: sin anuncio que valga, nota de prensa ni foto de familia, desde hace unas semanas se ha reemplazado el viejo rótulo de la fachada que da la bienvenida a la sede por uno nuevo más actual. Como en la antigua marca, domina el azul y amarillo, aunque ahora se juega con las letras MCB, entrelazándose, simbolizando esa unidad más teórica que real que impera entre los ayuntamientos vecinos.
Mientras este modernizado letrero luce a las puertas de la Mancomunidad, todavía se conserva la identidad corporativa primitiva en su web, un dejado escaparate virtual anclado en el pasado y sin apenas actualizaciones, donde por ejemplo el último presupuesto subido es el de 2014. Y algo similar ocurre con su presencia en redes sociales: en su perfil de Facebook no hay señales de vida desde octubre de 2022.
La vigente Mancomunidad de la Bahía de Cádiz la componen los siete municipios de esta área metropolitana ‘de facto’, adheridos voluntariamente y que suman más de 650.000 habitantes: Cádiz, Jerez, San Fernando, El Puerto, Chiclana, Puerto Real y Rota.
MILLÁN ALEGRE, SU OCTAVO PRESIDENTE
Pasadas las elecciones municipales de 2023, desde octubre de ese año se trata de un ente colonizado por el PP. Está colocado como presidente Millán Alegre, un veterano concejal popular en el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, donde actualmente es responsable de Medio Ambiente. Y además cuenta con tres vicepresidencias, todas asignadas a ediles de la derecha: Jaime Espinar, de Jerez; Ascensión Hita, de Chiclana; y María del Carmen Roa, de San Fernando.
Hasta el momento, en sus cerca de 35 años de historia (sus orígenes están en el cementerio mancomunado de Chiclana, se constituyó en octubre de 1990 y en 1997 se incorporaban Jerez y Rota) se han sentado en la silla de su presidencia antes de Alegre: el que fuera alcalde chiclanero y vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios (PSOE); el alcalde de San Fernando, Antonio Moreno (PA); el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso (IU); el concejal roteño Felipe Márquez (PSOE); el concejal chiclanero Nicolás Aragón (PP); el alcalde de Chiclana, José María Román (PSOE); y el concejal también de El Puerto y exalcalde David de la Encina (PSOE).
Este siempre discutido ente supramunicipal (que no maneja ni 2 millones de presupuesto anual y apenas cuenta con cuatro empleados) es en definitiva lo que sus ‘socios’ quieren que sea, y se ve que en más de tres décadas no han querido mucho de él; con opiniones extremas entre los hoy alcaldes, desde una férrea defensa por parte del chiclanero José María Román, a velados llamamientos a su liquidación por parte de la isleña Patricia Cavada o del portuense Germán Beardo.
YA NI LA PERRERA MANCOMUNADA…
Teniendo en cuenta que los siete ayuntamientos que integran la Mancomunidad no son precisamente pequeños, recelan de perder competencias (aunque saben que al compartirlas ahorrarían costes…), así que actualmente se encarga de muy contados servicios comunes: el balizamiento de playas, el coche policial pone-multas o la formación para empleados municipales.
Y hasta hace unos meses también gestionaba una perrera en Chiclana (el llamado Centro de Protección Animal Bahía de Cádiz) para dar servicio a esta misma localidad, y a Cádiz, San Fernando y Puerto Real; sin embargo, ante los incumplimientos reiterados de la adjudicataria del contrato y las presiones de animalistas y protectoras, se decidió romper dicha vinculación, y devolver esta responsabilidad a cada consistorio.
En 2019, al tomar posesión en la Mancomunidad el anterior presidente, David de la Encina, llegó a plantear al resto de alcaldes y concejales presentes que había llegado el momento de abordar el rumbo (sin rumbo) de una institución que siempre genera la misma pregunta: ¿para qué sirve? “Si entre los municipios se decide” que este ente no les sirve, “creo que lo mejor es cerrar el debate y terminar de una manera ordenada, pacífica, sin prisas, en una disolución”, remarcó.
Este socialista dejó el cargo (y hasta la política) cuatro años después sin que nadie se atreviera a dar un paso adelante o atrás. Y ahora, tras casi dos años de Millán Alegre al frente de la institución, al menos se produce este cambio estético: la renovada imagen corporativa (o el mero reemplazo de un cartel que estaba ya desgastado). ¿Será señal de que la Mancomunidad tiene futuro tras un pasado y presente lánguidos? DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway