La Plataforma cívica y cultural Andalucía Viva, junto al Ayuntamiento de Cádiz, ha celebrado en la mañana de este viernes 4-D un acto simbólico de izado de bandera andaluza, de lectura de un manifiesto reivindicativo bajo el lema ‘Por una Andalucía más viva que nunca’ y de entonación del himno de Blas Infante.
Un acto en la capital gaditana en principio convocado en la plaza de Sevilla, pero que debido al mal tiempo finalmente se trasladaba a la balconada del Consistorio.
“Conmemoramos aquel 4 de diciembre de 1977 cuando el pueblo andaluz lanzaba al mundo un grito, que lo aglutinaba identitariamente, por el que reivindicaba su autonomía y que también era un grito contra la desigualdad. Fue una explosión colectiva de esperanza que se materializó en las multitudinarias manifestaciones que se celebraron en las ocho provincias andaluzas y que suponían claras evidencias de las ansias de cambio y de transformación de los andaluces; de su confianza en el autogobierno, en la gobernanza democrática y en que, en este marco, sus necesidades podrían ser atendidas y sus problemas solucionados”, subraya la plataforma en su llamada a recordar aquella fecha, para algunos el verdadero Día de Andalucía.
“CONSTRUIR LA TERCERA OLA ANDALUCISTA”
El alcalde accidental, Demetrio Quirós, en su intervención, ha incidido en que “fue un 4-D cuando conquistamos nuestros derechos como pueblo, cuando el destino de nuestra tierra la decidieron las gentes en el sentido más amplio de la palabra: la gente de los barrios, la gente de los campos, la gente de las fábricas y la gente de tantos hogares andaluces que lucharon y pelearon para que fueran reconocidas por todo lo que son y sin excluir ninguna identidad”.
Quirós ha recordado “a Caparrós, a Mariana Pineda, a Blas Infante, a las miles de personas de cada provincia que pusieron la piel y la sangre para que miremos al futuro”; y, en este punto, ha abogado por “construir la tercera ola andalucista con un andalucismo inclusivo, emancipador y solidario, un andalucismo que ponga en el centro a la gente trabajadora, a quienes más sufren las consecuencias de una configuración de Estado centralista, que olvida a la periferia y más, si cabe, a la periferia del sur”.
“El 50% del paro del Estado que se ha registrado en noviembre procede de Huelva, Cádiz, Málaga y Sevilla. Esta realidad no se puede maquillar. Queremos una Andalucía con empleo digno y estable donde nuestros jóvenes no tengan que emigrar. Queremos, sencillamente, construir nuestro futuro como pueblo. Viva Andalucía Libre”, ha apostillado el primer edil, mientras José María González ‘Kichi’ está de permiso de paternidad.
“NUESTRO PUEBLO NO SE AUTORRECONOCE, ANESTESIADO Y MANIPULADO”
El sacerdote gaditano José Chamizo, durante años Defensor del Pueblo Andaluz y uno de los promotores de Andalucía Viva (colectivo ciudadano que se dice apartidista nacido hace poco más de un año), ha sido el encargado de leer el manifiesto de dicha plataforma.
“Un 4 de diciembre Andalucía decidió espabilarse para lanzarse a la calle gritando que también era una comunidad histórica”, ha señalado, lamentando que “con los años, aquellas fuerzas populares fueron secuestradas por el economicismo y el centralismo, que hicieron de la bandera una pieza de museo con la que tapar el abandono y la ambición”.
“Hoy día, y lo digo con tristeza, la gente ha olvidado a quien pertenece su mirada, su sensibilidad; han olvidado la fuerza de su tierra, la importancia de ser de aquí como forma de pertenecer al universo. Tras casi cuarenta años de la autonomía, Andalucía se mantiene a la cola del Estado español”, ha añadido.
Del mismo modo, Chamizo ha evidenciado que “Andalucía hoy no existe como sujeto político a pesar de la profundización en la conciencia nacional que significaron el 4 de diciembre de 1977 y el 28 de febrero de 1980, porque nuestro pueblo no se autorreconoce como tal; ha sido anestesiado por quienes traicionaron el contenido liberador de aquellas dos fechas y las manipularon para conseguir réditos partidistas o personales. La gran transformación de Andalucía no puede venir de la mano de las instituciones económicas y políticas, de la globalización ni del actual sistema de partidos. Será obra desde la sociedad civil organizada, del propio pueblo, o no será”.
Tras casi cuarenta años de la llamada autonomía, resume este escrito, “Andalucía se mantiene a la cola de todas las comunidades del Estado español en su nivel de empleo y condiciones de trabajo, renta por habitante o gasto en sanidad, educación y vivienda pública. Nuestra juventud apenas tiene horizontes y muchos de nuestros jóvenes se ven forzados a emigrar como hicieron sus abuelos. Nuestro territorio es utilizado para actividades extractivas que deterioran de forma grave el medio ambiente mientras el valor añadido se produce lejos de nosotros. También para bases militares y usos que en nada responden a la tradición andaluza de cultura de la paz. La desindustrialización es creciente y la economía gira, cada día más, en torno al turismo, convertido en monocultivo en nuestras ciudades históricas y en la costa; un turismo que deja aquí solo una pequeña parte de los beneficios, en forma de empleos precarizados y salarios de miseria, mientras pone en peligro nuestro patrimonio natural y cultural y nuestras propias formas de vida. Soportamos la tristeza de que diez de los quince barrios más pobres del estado español sean barrios nuestros. Nada, o muy poco, se hace para contrarrestar los efectos del cambio climático. Y nuestros mares han sido convertidos, por la criminal política migratoria, en cementerios de esperanzas frustradas. Además, nuestra identidad andaluza, enriquecida con las aportaciones de distintas culturas a través de la historia, se degrada y folkloriza al ser desactivadas sus significaciones profundas y su potencial liberador para ser convertida en mercancía”.
DECÁLOGO EMANCIPADOR
Es su manifiesto, la Plataforma Andalucía Viva propone a su vez un decálogo “para orientar la actuación de quienes aspiramos a la construcción de un nuevo futuro para esta tierra”.
1. Exigimos el fortalecimiento de los sectores públicos, en especial de la sanidad pública, la educación pública, la vivienda y los cuidados a personas y colectivos dependientes y vulnerables. Nos unimos a las peticiones de las distintas mareas.
2. Denunciamos las leyes y normas que constituyan violaciones y recortes de los derechos humanos o supongan una limitación a las libertades democráticas. Así como mostramos nuestro rechazo permanente a toda forma de clasismo, sexismo, racismo y xenofobia. De igual manera, pedimos medidas efectivas contra la violencia de género.
3. Exigimos especial atención y apoyo real a quienes sufren situaciones de pobreza y exclusión o forman parte de colectivos vulnerables. Es necesario poner en marcha la renta básica universal e incondicional para garantizar el derecho básico a la subsistencia.
4. Debemos conseguir la declaración de Andalucía como territorio libre de armas y de energías nucleares. Rechazamos las bases militares y esa política que pretende convertir a Andalucía en el gendarme del sur de Europa.
5. Apoyamos las medidas de reactivación de las redes vecinales, deterioradas por tanto individualismo como proclama el sistema. Hay que volver a las calles y plazas de nuestros pueblos, ciudades, y barrios como lugares de encuentro, de vida compartida. Rechazamos los proyectos que deterioran nuestro patrimonio cultural, material e inmaterial, mercantilizándolos aún más o convirtiéndolo en parques temáticos sin vida propia.
6. Creemos que los sistemas públicos de movilidad deben contar con medios no contaminantes, lejos de megaproyectos o grandes infraestructuras y modos de transportes insostenibles ecológica y económicamente. Apoyamos las energías alternativas y su producción a niveles locales y comarcales para hacerlas eficientes; abaratar los costes a los consumidores y avanzar hacia la soberanía energética.
7. Las políticas y experiencias que fomenten la producción de bienes de uso para cubrir las necesidades del pueblo andaluz siendo respetuosas con el medio ambiente y la preservación de nuestros ecosistemas, encontrarán siempre en nosotros todo el apoyo necesario para que logren sus objetivos. Apoyamos el cooperativismo, las formas de trabajo auto gestionadas, el comercio y consumo de proximidad, para avanzar hacia la soberanía alimentaria.
8. Hay que fomentar nuestra cultura y exigir, que, en los centros de enseñanza, se difunda la historia y la cultura del pueblo andaluz. Defendemos, en este contexto, a los medios públicos de información y comunicación independientes de partidos políticos y no sujetos a intereses empresariales.
9. Creemos en el fomento los valores democráticos y de mecanismos de efectiva participación ciudadana en los debates y decisiones sobre los asuntos públicos. Apoyamos de manera especial al municipalismo, entendido no solo como actuación dentro de las instituciones sino, sobre todo, como intervención activa de la sociedad civil organizada.
10. Denunciamos la situación de subordinación política de Andalucía y de las limitaciones e ineficiencias del actual marco autonómico. Exigimos el reconocimiento de Andalucía como pueblo y, consecuentemente, de su derecho a autogobernarse dotándose de los instrumentos políticos, económicos, sociales y culturales necesarios para avanzar hacia el objetivo de una Andalucía viva y libre en la que podamos construir el tipo de sociedad al que aspiramos.