De cara a su paso por el pleno, el alcalde ha vuelto a presentar las claves del Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES); recoge acciones, en materia de adaptación y mitigación, para desarrollar a nivel local hasta el año 2030, con el compromiso de reducción de emisiones en un 55%.
Sigue dando pasos el plan municipal frente al cambio climático de la ciudad de Cádiz (conocido como Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible, PACES). El alcalde José María González ‘Kichi’, que también asume las competencias de Transición Energética, participaba a finales de noviembre en la presentación del documento final a los diferentes foros que han participado en el proceso de elaboración.
Y ahora, junto a una representante de la consultora Considera contratada para su desarrollo, se ha vuelto a repasar los datos más relevantes del documento ante de su próximo paso por el pleno de cara a su aprobación inicial, y la apertura del correspondiente periodo de alegaciones. Una vez revisado volverá a pasar por el pleno municipal para su aprobación definitiva.
“desde 2015 venimos trabajando, y a día de hoy podemos presumir de ser punta de lanza en materia de transición ecológica, el largo camino de hitos lo avalan”
El PACES se trata de un documento de planificación “clave y estratégico” en la lucha contra el imparable e irreversible fenómeno del cambio climático a nivel local, y donde se concretan las líneas de actuación para la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, la transición hacia un nuevo modelo energético renovable y sostenible y la adaptación a lo que vendrá, con plazos, presupuestos y responsabilidades asignadas.
El alcalde ha repetido en esta presentación que la capital gaditana será uno de los primeros principales municipios andaluces en disponer de este documento “que nos guiará hacia una ciudad más resiliente, responsable y activa contra el cambio climático”. Un plan que “además de implicar al Ayuntamiento, involucra al resto de instituciones, tejido empresarial y social de la ciudad, de ahí su importancia”.
“Desde 2015 venimos trabajando en este sentido y a día de hoy, podemos presumir de ser punta de lanza en materia de transición ecológica, y el largo camino de hitos lo avalan”, considera González Santos, que apunta a “hitos” como el impulso de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo compartido, el Plan de Movilidad Sostenible, la progresiva renovación de la flota de vehículos municipales a eléctricos e híbridos o las diferentes medidas de ahorro y eficiencia energética puestas en marcha.
128 MILLONES HASTA 2030
El presupuesto total estimado para hacer efectivo este plan hasta 2030 ronda los 128 millones de euros, del que una pequeña parte ya se encuentra ejecutado, y otra cuenta con subvenciones europeas o corresponde a una inversión compartida con otras administraciones.
En este punto, el primer edil de Adelante Cádiz ha insistido en que la cifra “a priori puede parecer muy alta, pero hay que tener en cuenta que la mayor inversión municipal está en el programa de mitigación, el 35,4% del total, y la mayoría de acciones están presupuestadas y/o con financiación”. Así mismo, el grueso que concentraría el programa de adaptación contempla numerosas actuaciones que son competencias de otras administraciones, como por ejemplo el arreglo de las murallas (estos días se ha anunciado la adjudicación de obras en uno de los tramos más deteriorados). Por tanto, “la inversión anual que este Ayuntamiento tendría que hacer supondría tan solo un 10,4% del presupuesto total cada año”, ha aseverado.
Pero es que además, mediante un análisis realizado por la empresa redactora del documento, el coste que supondría para el Consistorio gaditano (y la ciudad en general) no hacer nada contra el cambio climático “se estima como mínimo 530 millones de euros hasta 2030, más de 58 millones anuales, por lo que esta ciudad no puede permitirse no tener este plan y mucho menos no actuar”. El mayor impacto se calcula por la reducción de ingresos por turismo (de hasta 465 millones de aquí a ese 2030).
MITIGACIÓN, ADAPTACIÓN Y PARTICIPACIÓN
En total, este plan recoge 13 líneas estratégicas y 61 actuaciones para desarrollar hasta 2030 en materia de mitigación, adaptación, comunicación y participación. Concretamente recoge cinco líneas estratégicas de mitigación, con 30 actuaciones previstas (ocho en transporte y movilidad, una en residuos y economía circular, una en compra de energía verde, 14 en eficiencia energética y seis en producción de energía) con las que se prevé lograr una reducción de emisiones de 453.711,73 tCO2e, un ahorro de energía de 546.068,62 Mwh y una producción de energía renovable de 173.325,98 Mwh.
De esta manera, se establece como objetivo el ahorro del 44,8% en eficiencia energética, un incremento en la producción de renovables del 43,1%, la reducción de emisiones difusas totales de efecto invernadero del 55%, y la reducción de las emisiones difusas y no difusas totales de efecto invernadero del municipio (tal y como se rubricó en el Pacto de Alcaldes y Alcaldesas en 2019).
Como medidas prioritarias destacan la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (en las que ya se trabajan para el centro histórico y el paseo marítimo con fondos Next Generation), la instalación de puntos de recarga de vehículos eléctricos, la implantación del sistema público de alquiler de bicicletas o el fomento del uso del transporte público (se sigue pendiente del nuevo pliego del servicio, que se lleva prometiendo ya unos años).
En cuanto al programa de adaptación, se compone de cuatro líneas de actuación, con 24 actuaciones (cinco en gobernanza y coordinación interadministrativa, cuatro en gestión del medio natural, 10 en gestión del medio urbano y cinco en actividades económicas), entre las que destacan la coordinación de los servicios de emergencia ante situaciones climáticas externas, un plan de acción para la adaptación de la población más vulnerable frente al cambio climático, un plan de renaturalización y de sombras del espacio urbano, la optimización del ciclo integral del agua o la rehabilitación de edificios públicos y espacios urbanos con criterios de construcción sostenible.
Y también incluye el estudio de riesgos y vulnerabilidades, el cálculo de emisiones o huella de carbono y un programa de participación y comunicación que consta de cuatro líneas estratégicas sobre actuaciones en comunicación y acceso a la información, sensibilización pública, educación y formación y participación pública.