La empresa pública Navantia (dentro del conglomerado estatal SEPI), con tres astilleros en la Bahía de Cádiz, finalizó el ejercicio 2021 con algo más de 93 millones de euros de pérdidas, lo que supone una mejora del 36% respecto al año anterior; y a la vez con un incremento de facturación del 20%, “debido principalmente al buen ritmo de ejecución de los programas en curso”. Por cuarto año consecutivo, mantuvo la senda de mejora de sus resultados “con la aplicación de las medidas previstas en su plan estratégico y pese a los efectos de la pandemia”.
De este modo, se admite que el pasado año se continuó operando en “un mercado complicado y con una clara contracción de la demanda”, achacables a las consecuencias económicas derivadas de la crisis sanitaria, que además dieron lugar a retrasos y cancelaciones en algunos programas previstos.
Con todo, el retorno a una “mayor normalidad” en la ejecución de los contratos permitió a la sociedad estatal elevar sus ventas hasta 1.306 millones de euros. En este periodo, dedicó 71,8 millones a I+D+i. En cuanto al grupo Navantia (incluyendo la aportación de sus filiales Navantia Australia, SAES Capital, y participadas), el importe neto de la cifra de negocio ascendió a 1.333 millones, un 18% más que en 2020, y el resultado negativo fue de 82,47 millones, frente a 137,7 en 2020.
Los planes de negocio para 2022, se añade en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, prevén una recuperación de la actividad que continuará en los años sucesivos, “de manera que la sociedad dominante siga la senda de sostenibilidad recurrente implantando las medidas económicas y técnicas previstas en su plan estratégico, aun en el entorno de incertidumbre internacional que se aprecia después del cierre de las cuentas”.
Además, se asegura que en los últimos años se ha venido potenciando la actividad comercial, “con actuaciones que se han plasmado en la consecución de varios proyectos relevantes y han permitido una previsión de contratación y desarrollo de negocio favorables para los próximos cinco años”.
Navantia cerró el ejercicio 2021 con una cartera de pedidos de 7.053 millones de euros, frente a los 7.851 millones de 2020, “ya que, mientras las contrataciones se ralentizaron, se incrementó el ritmo de ejecución de los contratos”. En el caso de los astilleros gaditanos, durante el pasado año se botaron tres de las cinco corbetas para Arabia Saudí del programa Avante 2200, cuya entrega ha comenzado en 2022. Y se firmó la orden de ejecución para el Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS) para la Armada española que se prevé que se comience a construir en Puerto Real a finales de año.
Además, tras el “gran impacto” de la pandemia en la actividad de Reparaciones en 2020, que supuso una paralización de proyectos en curso y una gran incertidumbre de contrataciones, la actividad de este negocio durante 2021 retomó su línea habitual, recuperando algunos proyectos postpuestos y contratando numerosos nuevos proyectos de reparación, completando un ejercicio con resultados muy positivos de facturación y ocupación en todos sus centros: en el caso de la Bahía de Cádiz, donde esta actividad se centraliza principalmente en la planta de la capital, se repararon hasta 18 cruceros.
“A pesar de la pandemia y su impacto económico y de las incertidumbres que puedan afectar al mercado, Navantia sigue adelante con la aplicación de su plan estratégico para consolidarse como empresa estratégica para la defensa de España”, subraya a colación el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez. “Nuestra apuesta por productos y servicios de alto valor añadido y la reorganización de la compañía para impulsar la actividad en energías verdes reforzarán nuestra posición como empresa tecnológica y como actor relevante en favor de una transición ecológica justa y que brinde nuevas oportunidades a la industria”, remarca.
INVERSIONES Y APUESTA POR I+D+i
Durante el pasado ejercicio, por otro lado, el grupo ejecutó inversiones por importe de 75 millones de euros, destinadas principalmente a la mejora de instalaciones, maquinaria y tecnologías digitales para optimizar el cumplimiento de los contratos. Destacan, entre ellas, la línea de paneles planos en San Fernando y la renovación de la compuerta del dique 4 de Reparaciones en Cádiz.
Asimismo, en 2021 la compañía tenía en curso casi 40 proyectos de I+D+i internos y externos, con el foco puesto en prioridades como desarrollar nuevos conceptos de buques e incrementar la comunalidad a través de nuevos materiales, modularización y estandarización para hacerlos más competitivos; así como para mejorar las operaciones a través de la digitalización, la robotización de los procesos productivos y la explotación de los datos, desarrollando el plan de transformación digital.
REJUVENECIMIENTO DE PLANTILLA
Y se continuó en 2021 con el plan de rejuvenecimiento de la plantilla previsto en el plan estratégico (para compensar las prejubilaciones) y se cerró el año con un aumento neto de 115 personas. A lo largo del ejercicio se incorporaron a Navantia 376 personas, de las cuales un 22,6% fueron mujeres y un 43,5% menores de 35 años.
A fecha 31 de diciembre, la plantilla constaba de 3.984 personas con una edad media de 48 años, frente a la media de 53 de 2018, año en que comenzó el plan. Desde el inicio del plan de empleo, la empresa naval ha contratado entre todos sus centros a 859 personas, adecuando las contrataciones a las necesidades derivadas de los programas, y está prevista la incorporación de otras 799. Este mismo plan, no hay que olvidarlo, establece la prejubilación en todos los centros de trabajo de 2.200 efectivos que alcancen o superen los 61 años de edad (unos 650 operarios entre los tres astilleros gaditanos).
REORGANIZACIÓN DE LA ESTRUCTURA
Finalmente, en este balance del año se resalta que en 2021 Navantia aprobó una reorganización de su estructura para alinear toda su actividad en torno a sus tres áreas de negocio: construcción naval y reparaciones, sistemas y servicios, y energías verdes; esta última ha empezado a operar bajo la marca Navantia Seanergies con el objetivo de convertirse en un suministrador global de elementos para energía eólica marina offshore e impulsar el hidrógeno como vector energético (con el astillero de Puerto Real como uno de sus centros claves). Además, la compañía ha lanzado una estrategia de descarbonización con el horizonte de 2040 y prepara, con el sector privado y la cadena de valor, proyectos para poner en valor el PERTE del sector naval.
La transformación de la compañía y su apuesta por nuevas tecnologías habilitadoras dio un nuevo paso con la participación de Navantia en la creación del consorcio industrial para la inteligencia artificial IndesIA, junto a Repsol, Gestamp, Técnicas Reunidas, Telefónica y Microsoft, una iniciativa a la que posteriormente se han incorporado otras grandes empresas.