Con el objetivo, entre otros, de promover un modelo de movilidad en la capital gaditana “que dé prioridad a los desplazamientos de los peatones, seguido del ciclista y en transporte público, frente a los realizados en vehículos privados”, ha nacido la asociación gaditana de peatones La Zancada, persiguiendo “provocar un cambio” en la situación actual en la que la ciudadanía “vive sometida al tráfico motorizado”. Entiende que Cádiz “lleva dos décadas de retraso en la aplicación de políticas en favor de la recuperación del espacio público para los vecinos” y reclama que ya toca “dar pasos de gigantes” al respecto.
Con el objetivo, entre otros, de promover un modelo de movilidad en la capital gaditana “que dé prioridad a los desplazamientos de los peatones, seguido del ciclista y en transporte público, frente a los realizados en vehículos motorizados privados”, nacía hace unas semanas la asociación gaditana de peatones La Zancada, persiguiendo “provocar un cambio” en la situación actual.
En este sentido, este flamante colectivo evidencia que los desplazamientos peatonales suponen “más del 50% de los realizados en nuestro país y en la ciudad de Cádiz”. Sin embargo, “la movilidad peatonal ocupa el último puesto en la consideración por parte de las políticas públicas y el día a día de la gestión de nuestras ciudades”.
La Zancada critica en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que este reparto del espacio público “resulta desproporcionado”, pues se destina entre un 70 y un 80% del mismo a superficie de circulación y aparcamiento de automóviles. “Los presupuestos municipales dedicados al peatón resultan además ínfimos -no van más allá de pequeñas obritas- en comparación con los millones de euros destinados anualmente a mantener, facilitar y promover el tráfico motorizado”, se insiste.
En el caso concreto de Cádiz, con menos de siete kilómetros de longitud, “el 69% de los automóviles en circulación realizan desplazamientos a escala municipal, que en su mayor parte no superan los tres kilómetros de distancia”.
Como consecuencia de todo ello, esta asociación entiende que la ciudadanía “vive sometida al tráfico motorizado”, algo que “sufren muy especialmente las personas con movilidad reducida”, y la calidad de la vida urbana “queda gravemente dañada”: “son escasos los espacios peatonales para el libre esparcimiento ciudadano, se convive con índices nocivos de ruido y emisiones contaminantes, y sigue aumentando el número de peatones víctimas de atropello por vehículos motorizados”, se expone.
En este contexto, la asociación gaditana de peatones La Zancada, además de promover un cambio de movilidad en la ciudad “que dé prioridad a los desplazamientos de los peatones”, tiene entre sus fines “defender el derecho ciudadano a desplazarse peatonalmente de manera segura, cómoda y sin barreras, en un entorno no contaminado atmosférica o acústicamente”; y en particular “el de las personas con movilidad reducida: los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad, las embarazadas, los accidentados temporales y cualquiera con dificultad para transitar por la vía pública”.
Este colectivo también dice nacer para promover un modelo de ciudad “que anteponga la función estancial, de convivencia y de interacción social del espacio público a las de circulación y estacionamiento en superficie de vehículos motorizados privados”.
Además se va a reclamar “la inclusión de los intereses de los viandantes en la agenda social y política, en la planificación urbana y en el futuro desarrollo de la ciudad”; se va a velar “por el cumplimiento de las normativas que incumban al peatón, así como salvaguardar los derechos de las personas en orden a elevar su disfrute del espacio público y por ende de su calidad de vida”; y se reivindicará “el derecho a la ciudad como proyecto colectivo y democrático, pensado para satisfacer las necesidades humanas frente a la apropiación y el beneficio privados”, tal y como se recoge en las disposiciones de la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad.
La Zancada opina que Cádiz “lleva, respecto a otras ciudades de nuestro contexto cultural, dos décadas de retraso en la aplicación de políticas en favor del peatón, de la movilidad sostenible, de la accesibilidad y de la recuperación del espacio público para la ciudadanía”. Por ello, se sentencia, “es imprescindible romper el continuismo y dar un giro de 180 grados hacia dichas políticas”.
“No es ya momento de tratar de cambiar las cosas con pequeños pasos, es necesario dar pasos de gigantes. Es el momento de las zancadas”, se concluye desde esta asociación.
PLAN C PLANTEA UN CÁDIZ DECLARADO ‘ZONA RESIDENCIAL’
Durante la última Semana Europea de la Movilidad, en septiembre de 2016, la iniciativa ciudadana Plan C ya lanzaba una propuesta controvertida: declarar la trama viaria interior del casco histórico de Cádiz como ‘zona residencial’. Esto implicaría reconocer la prioridad peatonal así como fijar en 20 km/h el límite de velocidad permitida a los vehículos.
Esta medida, para este colectivo, “beneficiaría directamente al ciudadano, ya que disminuirían la contaminación acústica y del aire, las agresiones sobre el patrimonio arquitectónico y, lo que es más importante, se mejoraría la movilidad peatonal por el centro con la repercusión positiva que esto conlleva tanto para la accesibilidad como para la revitalización del comercio”.
Plan C cuenta con un grupo de trabajo sobre Movilidad y Accesibilidad centrado específicamente en el proyecto ‘Peatones Primero. Caminando hacia la peatonalización del casco histórico de Cádiz’, cuyo objetivo es establecer las bases de un plan de peatonalización para ese ámbito, tratando de involucrar en su elaboración a toda la ciudadanía y grupos de interés.
Por su lado, el Ayuntamiento también coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad del pasado año y con el fin de “ir reduciendo el tráfico motorizado y creando espacios peatonales seguros y amables y que generen también economías”, aprobó la peatonalización de calles: Botica y Cardenal Zapata, y la semipeatonalización de la plaza Candelaria. Complementariamente, se establecía los 30 km/h como límite de velocidad en la ronda perimetral del casco histórico. Como acción más visible de esta efeméride –y en particular del llamado Día sin coches-, la plaza de España vivió durante una jornada “libre de tráfico motorizado”.
“Y ahora vamos a realizar un estudio de peatonalización de las calles Enrique Villegas, de la plaza Fragela frente a la Facultad de Medicina y también del tramo restante de la plaza Candelaria”, avanzó en su momento el concejal responsable. También se ha iniciado un estudio para reducir el horario para la realización de las labores de carga y descarga en los reservados de plazas públicas y otras zonas del centro histórico; y se está analizando el traslado de aparcamientos reservados para motos a zonas de la circunvalación del centro.
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