JORNADA 30. Partido importantísimo, “aunque no definitivo”, el que enfrentaba en la tarde del segundo sábado de Carnaval, en el Ramón de Carranza, a Cádiz y a UD Almería; dos conjuntos que llevan prácticamente toda la campaña arriba y que en los últimos tiempos no viven sus mejores momentos: el líder acumula de forma inaudita dos derrotas consecutivas y sensaciones pobres y los de Guti, terceros en la tabla, suman cinco jornadas sin victorias.
Volver a ganar, y ganar además ante la propia parroquia, donde cada semana cuesta más, el gran reto de los de Cervera, con el añadido de que significaría alejar a los rojiblancos de la lucha por las plazas de ascenso directo a Primera. Un choque con gran ambiente, más de 17.500 personas en la grada (unas 300 de la afición almeriense), y un mosaico promovido por la Federación de Peñas a la salida de los conjuntos, unidos por la bandera blanquiverde.
Cifuentes, en portería; Iza Carcelén, Pacha Espino, Cala y Fali, en defensa; Edu Ramos y Bodiger en el centro del campo, con Álex Fernández más adelantado; Iván Alejo y Perea como extremos y Choco Lozano, arriba: el once de los amarillos con Salvi en el banquillo, José Mari sancionado por la expulsión del Molinón y Garrido lesionado.
Se palpaba la ansiedad en los compases iniciales del encuentro, trabado, sin embargo en el minuto 10, en la primera ocasión, doble, de los visitantes a la contra, Corpas ponía el 0-1 en el marcador tras repeler la defensa el primer remate. Todo un mazazo, tempranero, que duró apenas seis minutos (más el suspense del tostón del VAR), con la igualada de Choco, empujando en el área chica una asistencia sobre la línea de fondo por la izquierda, y tocando en un defensor.
Con el 1-1, los de casa parecían tener un punto de más ambición frente a un rival a la expectativa. Aunque el choque tenía más tensión, nervio e interrupciones que juego real. Un carrerón del incansable Espino en el 35, y centro al que no llegó el delantero hondureño, de lo más destacado arriba por parte local, ante un Almería que se olvidó de Cifu hasta el 45, con un lanzamiento desde la frontal de Aguza. Y en la siguiente, Álex Fernández reclamaba penalti por agarrón, que ni el VAR quiso reconsiderar.
La segunda mitad comenzaba con los de Guti ofreciendo algo más arriba y, ni cumplidos diez minutos de juego, con el relevo de Salvi por Alejo. El sanluqueño se mostró activo y más útil desde su salida con centros interesantes, y en el 59, en uno de ellos, Álex aprovechaba para hacer el segundo en una acción embarullada. Un tanto que levantaba a Carranza y que coincidía con un breve chaparrón. Alegría que pudo durar muy poco, ya que en el 61, Jonathan, recién incorporado, la estrellaba en el larguero.
El canterano Sergio González salía al verde por Bodiger, para apuntalar con cabeza la victoria momentánea. Al Almería le entraron las prisas y pasó a tener la pelota. A sufrir tocaba, y a buscar una contra letal en algún robo. Y Álvaro Giménez reemplazaba a un desfondado Lozano, que llevaba ya minutos paseándose por el terreno. Cercaba el área local y agobiaba el rival, pero no terminaba de culminar. O mejor dicho, el muro amarillo lo impedía.
Ni en los tres minutos de propina tuvo Cifuentes que emplearse a fondo. Y se confirmó la importantísima victoria ante un rival directo en la pelea por el ascenso, “aunque no definitiva”, con el suspiro y grito de alivio de cadismo. El Almería (y el Huesca) se quedan tras esta inyección de moral y fe, y ya hacía falta, a ocho puntos.
No obstante, para volver a poner los pies en la tierra al aficionado feliz y contento, está Cervera: “el Cádiz ha conseguido un gran resultado ante un gran equipo pero se ha visto lo que cuesta ganar. Tenemos 55 puntos. No creo que haya sido un golpe sobre la mesa”, reconocía tras el partido, admitiendo que “hemos recuperado un poco lo que habíamos perdido. Cuando los partidos no puedes jugarlos hay que competirlos y eso hemos hecho”. DIARIO Bahía de Cádiz