La ciudad de Cádiz pierde a otro hijo predilecto: este sábado ha fallecido Pedro Hidalgo Navarro, propietario del famoso establecimiento Hidalgo donde es reconocida la empanada gallega, un popular comercio frente a la Catedral.
El Ayuntamiento ha decretado un día de luto oficial, por lo que la bandera ondeará a media asta por la pérdida del que fuera nombrado hijo predilecto de Cádiz en febrero de 2019 y que era una persona muy reconocida y querida en la ciudad.
El alcalde, José María González ‘Kichi’, ha lamentado públicamente el fallecimiento de este empresario gaditano y ha transmitido sus condolencias a la familia y amigos de Pedro Hidalgo, del que recuerda su carisma y profesionalidad durante más medio siglo al frente de su emblemático negocio: “hoy es un día muy triste para Cádiz”.
“Por su forma de ser y de trabajar no solo ha sido una persona que ha dado sabor a la vida en Cádiz durante medio siglo, sino que también ha mostrado unos valores y una personalidad muy gaditanas, porque aunque era conocido como ‘El gallego de la Catedral’, nació en Cádiz y era un claro ejemplo de gaditano y de gaditanismo”, añade el primer edil.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el alcalde ha usado las palabras que empleó el propio Hidalgo en el acto de reconocimiento de hijo predilecto, incidiendo en que “no se podía ser más de Cádiz que Pedro Hidalgo, se nos ha ido un gaditano de vocación y de ejercicio”.
Igualmente, González Santos ha resaltado la aportación de Hidalgo a la idiosincrasia de Cádiz al frente de un negocio que “es sinónimo de calidad y de sabor y que se ha convertido en una parada obligada para la gente de Cádiz pero también quienes nos visitan. Casa Hidalgo y sus empanadas se han convertido, gracias a Pedro y a su trabajo, en uno de los sabores de Cádiz. Eso lo dice todo de lo que ha aportado a esta ciudad”.
Pedro Hidalgo Navarro (nacido en 1930) ha mantenido dos principios rectores que centran la filosofía de su negocio: calidad en los productos y calidad en el servicio. Y es que, junto a los turistas y al comprador ocasional, Casa Hidalgo mantiene desde hace medio siglo una clientela fiel que se ha convertido en el principal anunciante de las excelencias del producto allí vendido. A su innegable aptitud profesional se le suma el principal valor de Pedro: “el excelente trato que dispensa a su clientela, incluida la extranjera”. En 2013 se jubiló al cumplir los 80 años de edad y pasó el testigo a sus hijos y nietos que se encargan de continuar con la tradición y el ejemplo del padre y abuelo.