No ni ná. Cádiz ya es capital de la lengua española: reúne a mil ponentes y congresistas de todo el mundo hispánico para reflexionar sobre la realidad del español. El Congreso de la Lengua, que se pedía para 2025, llega en 2023 y con Felipe VI instando a “hacer del XXI el siglo del español”.
De la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado que se acaba de clausurar en Santo Domingo, en República Dominicana, al otro lado del Atlántico, a la apertura del Congreso Internacional de la Lengua Española en (de) Cádiz, que, por cierto, también sabe qué es eso de reunir a los mandatarios latinoamericanos, como lo hizo en 2012.
Es el viaje de ida y vuelta del rey de España, Felipe IV, quien junto a la reina Letizia, no se ha querido perder las primeras horas del evento más importante de las letras españolas que encalla en la capital gaditana casi por accidente ante la situación socio-política en Perú, sede original de la cita. Llega dos años antes de lo perseguido por Cádiz, que desde hace meses ya trabajaba contagiando de ilusión a toda la ciudad para optar con mimbres y merecimientos a ser sede en 2025. Y de sopetón, se ha visto coorganizando el soñado congreso en apenas tres meses.
Tres meses para los preparativos, aunque tomando como base todo lo que se estaba planteando para el frustrado congreso en Arequipa, y hora y media de discursos, algunos más densos y repetitivos que otros, para inaugurarlo formalmente, en un Gran Teatro Falla blindando a los invitados y contada prensa. Y fuera, abundantes gráficos con entrada vetada al interior, y un centenar de curiosos, destacando los pacientes ancianos de la residencia cercana que como premio tuvieron ocasión de saludar a los campechanos monarcas, y alguna tímida protesta estudiantil sacando a relucir la cuestión del Sáhara.
Una inauguración sin ornamentos, únicamente la retahíla de peroratas en las que se ha abundado en el lema elegido para la cita congresual de este 2023, mestizaje e interculturalidad; en la relevancia de una lengua compartida por unos 500 millones de hablantes nativos, más otros 100 que la tienen como segunda lengua; en la que se ha tenido muy presente a la sede que no fue pero que se desea que pueda ser en 2025, a Arequipa (ciudad que vio nacer al premio Nobel Vargas Llosa); y por supuesto se ha agradecido la hospitalidad y oportunidad de recalar en Cádiz, puerta de tres continentes.
“EL SIGLO XXI DEBE SER EL SIGLO DEL ESPAÑOL”
“Cádiz es una tierra en la que se mezclan las culturas de Oriente y Occidente, por donde pasaron fenicios, musulmanes, romanos, cartagineses, bizantinos, visigodos… Un lugar perfectamente idóneo, como lo era Perú, para hablar de mestizaje”, ha subrayado Felipe VI en su intervención final, precedida de un incomprensible cambio de atril respecto al usado por el resto de oradores.
Más allá de hacer un repaso por los anteriores Congresos de la Lengua Española, desde el primero en México en 1997 al último en Argentina en 2019, y de vender el potencial del “segundo idioma más hablado del mundo, tras el chino mandarín, la segunda lengua de comunicación internacional, únicamente superada por el inglés, y la tercera lengua en internet; en el año 2100, se prevé que el 6.3% de la población mundial podrá comunicarse en español”; el monarca ha querido dejar como titular que “el siglo XXI debe ser el siglo del español. Hagámoslo posible”.
“La lengua -ha incidido el Borbón- es uno de nuestros grandes patrimonios que tenemos que preservar, que cuidar, pero también impulsar. A través de ella transmitimos nuestras ideas, recibimos opiniones, hacemos llegar nuestros sentimientos y nuestros afectos. Creamos cultura. La lengua nos une ahora y, por tanto, es un proyecto de futuro para el mañana. Tenemos que saber aprovechar el momento. Esta es la hora del español, con todas sus voces, sus giros y matices, con todos sus acentos, con toda su riqueza y diversidad. No dejemos pasar la oportunidad que la historia nos pone por delante”.
El discurso real terminaba en tercera persona del plural: “la reina y yo les deseamos unas jornadas memorables, que iluminen los problemas que se planteen, orienten las mejores soluciones posibles, y enriquezcan el conocimiento de la cultura y la lengua común de nuestras naciones”.
“CÁDIZ ES VIVA, INTENSA, TREPIDANTE Y RELATIVA A LA VEZ”
Y si el rey cerraba el acto inaugural, el alcalde de la ciudad anfitriona, José María González ‘Kichi’, lo abría con palabras de bienvenida a “autoridades civiles, militares y eclesiásticas, académicos, señoras y señores, niños y niñas”.
“Cádiz les recibe con alegría, con ilusión y con la hospitalidad afinada, como hace siempre. Ese poso de diversidad, de mestizaje, de idas y vueltas está en la esencia misma de nuestra ciudad, en su arquitectura, en su carácter abierto, en su sentido del humor y del trabajo, y también en su lengua”, remarcaba.
Pero además, el primer edil gaditano acentuaba la particularidad de una Cádiz “viva, intensa, trepidante y relativa a la vez, porque sabe detener el tiempo, sabe mirar al mar. Aquí hablamos con música, nombramos con historia, pronunciamos con rapidez y nos reconocemos en las palabras que nos conectan con los pueblos americanos, con la civilización Maya, con los gitanos, los árabes… Con esa mirada diversa, es un honor inmenso acoger este Congreso de la Lengua, tras un intenso trabajo a contrarreloj”. Momento en el que ha engrandecido la labor e implicación de su concejal de Presidencia, Paco Cano.
Y no ha obviado, tampoco, la mención a Arequipa: “este congreso debía ser vuestro, espero que en 2025 podáis disfrutarlo sin sobresaltos y con seguridad”.
Para acabar, como no podía ser de otra manera, casi emulando a Juan Carlos Aragón en aquel recordado pasodoble de la comparsa ‘La sereníssima’, y su “esta la canto en gaditano”, José María González ha instado a los presentes a que “estén al liquindoi, aprovechen la collá y la conviá y disfruten del tangai para que cuando les toque guanajarse, puedan decir con orgullo que este Congreso ha sido un bastinazo”.
“NECESITAMOS IDIOMAS GLOBALES PARA COMPRENDERNOS”
En este acto inaugural también intervinieron el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; la escritora gaditana Elvira Lindo; la también escritora y académica de la Real Academia Española (RAE), Soledad Puértolas; el novelista, periodista y académico nicaragüense Sergio Ramírez; el director de la RAE y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE); Santiago Muñoz Machado; el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; y aunque no estaba previsto en la convocatoria inicial, también se coló al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla.
En sus palabras, el presidente andaluz ha reivindicado a Andalucía como “tierra transformadora” y ha destacado que la lengua española muestra un “repertorio inagotable de opciones de un futuro que está lleno de desafíos, de revoluciones en marcha y de oportunidades”. Asimismo, ha aseverado que confía en que las reflexiones, los debates y los foros programados estos días “sean alimento que ayude a seguir creciendo y fortaleciendo ese gran cuerpo vivo que es la comunidad hispanohablante”.
Por su lado, el máximo representante del Ministerio de Asuntos Exteriores (que costea principalmente el evento, aportando más de 4 millones de euros), ha incidido en su intervención en que este congreso “pone de manifiesto el papel que otorga España a nuestra lengua, un activo que nos vincula con los otros 19 países en los que el español es la lengua oficial en tres continentes y que constituyen, a su vez, una prioridad en nuestra política exterior y una fuerza para la proyección de España”.
Albares no ha dejado de reconocer además que la implicación del Ayuntamiento de Cádiz en la cita “ha sido vital” para hacerla realidad en tiempo récord; y ha terminado reflexionando sobre el español, “un idioma global, de los pocos globales. Nuestra lengua va más allá del ámbito latinoamericano. Necesitamos idiomas globales para dialogar y comprendernos. Pero ante todo es un idioma del futuro, no puede quedarse atrás en ese proceso en marcha de la inteligencia artificial. Una lengua de futuro que nos hermana a todos los que la hablamos y a los que la amamos.
“UNO SE VA DE CÁDIZ SABIENDO QUE VA A REGRESAR”
A su vez, el director del Instituto Cervantes ha planteado este congreso como una oportunidad para “tomar conciencia desde la lengua y la cultura de todos los debates fundamentales heredados del siglo XX y ensanchados con la transformación digital en el siglo XXI”. “La lengua española es tan sólida y extensa que puede aspirar a mantener el adjetivo materna junto a la realidad de la globalización”, respetando “los matices de sus millones de hablantes y sus mundos anchos pero nunca ajenos”, ha defendido. El también poeta, un habitual en los veranos de la Bahía de Cádiz, colaba en su discurso referencias “filológicas” a Lola Flores y aquel “si me queréis, irse”, y terminaba acordándose del Cádiz CF y su lema “la lucha no se negocia” que dejara para la posteridad Álvaro Cervera.
El director de la RAE igualmente ha incidido en que “Cádiz, como otros muchos territorios españoles, fue durante tres siglos suministradora de hombres y mujeres a la América colonial, que portaron sus formas de vida y su lengua, las hablas de la Baja Andalucía, que tanto han influido en las variedades dialectales vivas en el otro lado del Atlántico”. Y al mismo tiempo, “cuando las naciones americanas empezaban a separarse de España y a tomar definitivamente las riendas de su destino político, Cádiz fue el punto de partida de la lengua y la cultura de la libertad, que inundó al mismo tiempo las dos orillas del Atlántico”.
La gaditana Elvira Lindo, premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, ha puesto énfasis en los intercambios históricos entre ambas orillas, con el ir y venir de barcos que cargaban con “el regalo más preciado, el vocabulario que amplía y ensancha la mente”. Pero sobre todo ha apelado a la nostalgia: “Cádiz siempre me hace pensar en una infancia que no recuerdo, ciudad a la que siempre vuelve la adulta. Vengo a Cádiz para ser de aquí. Uno se va de Cádiz sabiendo que va a regresar”. “Quisiera una que la forma de vida del gaditano fuera patrimonio inmaterial de la humanidad”, ha rematado.
El nicaragüense Sergio Ramírez, por su lado, ha hecho girar su intervención en la defensa de la libertad a través de la palabra y ha lamentado que “las armas han cobrado siempre su precio a las letras que pugnan por la libertad”. El académico ha planteado la lengua como su “patria”, que “nadie puede quitarme ni de la que nadie puede desterrarme”.
Y la académica y escritora Soledad Puértolas ha realizado una defensa del concepto de mestizaje y ha destacado la lengua como “el instrumento primordial para la consolidación de nuestros valores. Es espejo de lo que somos y de lo que queremos ser”.
SIGUIENDO LA ESTELA DE LOS REYES
Tres este primer acto en el Falla, la comitiva de los reyes visitaba las exposiciones que se muestran en la Casa de Iberoamérica como parte de la programación cultural del propio Congreso; antes de dirigirse a la comida organizada para los más ilustres en Navantia Puerto Real.
Felipe también acudía por la tarde en el Hotel Atlántico a una sesión especial y restringida, bajo el nombre ‘Unidad y diversidad del español. La tradición y el reto de la inteligencia artificial’; y un poco más tarde, de nuevo junto a la reina, presenciaba el concierto inaugural ‘Tempo de Luz’, de nuevo en el Gran Teatro Falla, protagonizado por tres referentes del cante flamenco: Carmen Linares, Marina Heredia y Arcángel; y tras una cajoneada popular desarrollada en la plaza Fragela, con la participación también de los reyes.
CUATRO DÍAS PARA PRESUMIR DE SER CAPITAL MUNDIAL DEL ESPAÑOL
El IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) reúne en sus cuatro jornadas, hasta el jueves 30 de marzo, a unos 300 escritores, académicos y expertos, y a alrededor de 600 inscritos (cien más de los inicialmente previstos).
El programa académico durante esta primera jornada de lunes se completaba con una sesión plenaria vespertina (con algún asistente echando una cabezadita…) que empezaba tarde y terminaba abruptamente sin apenas profundizar en nada, bajo el título ‘La fuerza del español en Europa y en la escena internacional’, con el ministro José Manuel Albares de moderador. Habrá que confiar en que el resto de paneles sean algo más consistentes.
En el programa oficial están anunciados académicos, expertos y creadores del ámbito hispanohablante, además de personalidades del ámbito universitario, periodistas, empresarios y otros profesionales y figuras de prestigio vinculados al debate, la defensa y la promoción de la lengua española. Entre otros, según repasa la organización en la información remitida a DIARIO Bahía de Cádiz: Gioconda Belli (Nicaragua); Juan Villoro y Gonzalo Celorio (México); Hugo Mújica y Martín Caparrós (Argentina); Héctor Abad Faciolince (Colombia); Alonso Cueto, Fernando Iwasaki, Jorge Eduardo Benavides y Santiago Roncagliolo (Perú); Carlos Franz (Chile); Horacio Castellanos Moya (El Salvador); o Juan Carlos Chirinos (Venezuela); así como los españoles José Enrique Ruiz-Domenech, Daniel Cassany, Enrique Vila-Matas, J. J. Armas Marcelo, Carmen Posadas y María Dueñas, entre otros.
Este evento internacional convierte esta semana en capital mundial de la lengua española a Cádiz (aunque le duela a alguno en Salamanca…), que ha hecho muy suyo el Congreso con la implicación y complicidad de la ciudad y de sus vecinos, que han visto una oportunidad para (además de llenar hoteles y hostelería) presumir sin complejos de su habla: sólo hay que mirar a los balcones o escuchar el himno compuesto por Riki Rivera (aunque a nadie se le haya ocurrido que sonara y diera color a la encorsetada inauguración oficial).
En el menú, un completo programa de conferencias, coloquios, paneles temáticos y actividades culturales complementarias, muchas de las cuales daban comienzo ya días atrás (el llamado ‘precongreso’, para caldear el ambiente desde la propia sociedad civil).
El Congreso de la Lengua, con carácter trienal e itinerante, se celebra por segunda ocasión en el Estado español, después de la edición que tuvo lugar en Valladolid en 2001. Está organizado por el Instituto Cervantes, la RAE, la ASALE, el Ministerio de Asuntos Exteriores y, en esta ocasión, por el Ayuntamiento de Cádiz. Dany Rodway