El todavía estadio Ramón de Carranza, inaugurado hace 65 años, está más cerca de cambiar de nombre, en cumplimiento de la ley de Memoria Histórica y pese a las voces y movimientos contrarios (entre ellos el propio Cádiz CF; o el PP, que promete devolverle a esta instalación municipal el nombre del alcalde franquista si llega a gobernar la ciudad en el futuro).
El Ayuntamiento gaditano activará durante toda la semana del 19 al 26 de octubre la votación popular para elegir la nueva denominación del estadio entre los ocho nombres que pasaron la criba por parte de la comisión creada al efecto, entre las más de 300 propuestas recibidas: ‘La Tacita de Plata’, ‘Nuevo Mirandilla’, ‘Gadir’, ‘Ciudad de Cádiz’, ‘Gades’, ‘De La Laguna’, ‘La Pepa’ y ‘Bahía de Cádiz’.
Podrán participar en este sondeo online (AQUÍ) sólo los empadronados en la ciudad de Cádiz. Para votar se les requerirá el número de DNI y una dirección de correo electrónico. Además, se sugiere la aportación de un número de teléfono para contactar en el caso de que hubiera alguna incidencia con el email. Los datos de las personas que participen, una vez emitida la votación, serán cruzados con las bases de datos municipales para contrastarlos. Así, durante los días posteriores al cierre del plazo de votación será cuando se compruebe la veracidad de los datos aportados y que, efectivamente, los votantes están empadronados. Los votos que no cumplan este requisito serán anulados (junto a aquellos que voten más de una vez).
Pese a que era intención del Gobierno local, los abonados del Cádiz CF no empadronados en la capital no podrán finalmente participar en la votación ya que “el club optó, desde un principio, por mantenerse al margen del proceso abierto para el cambio de nombre del estadio municipal”; y es que la entidad presidida por Manuel Vizcaíno ha mostrado en diferentes ocasiones su preferencia por usar el nombre de estadio Carranza, entendiendo que a estas alturas es más una marca reconocida que otra cosa.
En este proceso participativo final se ha decidido aceptar la propuesta de la comisión, que abogó por que esta votación se ampliara sobre ocho nombres posibles en vez de por cinco. Y de esas ocho propuestas, los gaditanos empadronados podrán elegir tres opciones asignando respectivamente tres, dos y un punto.
Una vez finalice el plazo de votación online en la medianoche del domingo 26 se procederá a la contabilización de los votos y posteriormente se anunciará cuál de las propuestas ha resultado la vencedora, pasando a denominarse así desde entonces al estadio municipal de la ciudad, y culminando de esta forma el proceso participativo que se iniciara a finales de julio.
Los ocho nombres finalistas son el resultado de las dos fases anteriores que se han celebrado en este proceso: en primer lugar, se abrió un plazo de presentación de propuestas y, sobre esa relación, una comisión creada al efecto con agentes sociales de la ciudad (de la que se excluyó voluntariamente el Cádiz CF, principal usuario de las instalaciones) decidió por unanimidad acotar el número de alternativas prescindiendo de los nombres propios.
Se recibieron un total de 305 propuestas, unas más serias y otras menos. Y entre las ideas, precisamente, muchos nombres propios, todos desechados; nombres como el del propio ‘Carranza’, ‘Jorge Mágico González’, ‘Manolo Santander’, ‘Michael Robinson’, ‘Macarty’, ‘Manuel Irigoyen’, ‘Teófila Martínez’ o ‘Juan Carlos Aragón’, y otros “llamativos”, como ‘Wanda Metrobocuñano’, y de pésimo gusto como ‘Santiago Abascal’ o ‘Francisco Franco’.
Esta misma semana, además, se han presentado en el Registro del Ayuntamiento de Cádiz, unas 1.500 firmas de una plataforma que insta a que se deje el nombre de Carranza para el estadio ya que interpreta que supone “mantener una denominación genérica, tradicional, enraizada en la ciudad y sin ninguna connotación que ensalce a ningún bando de la Guerra Civil”.
VILA LAMENTA LA “TERGIVERSACIÓN CONTINUADA” DEL PROCESO
El concejal de Memoria Democrática, Martín Vila, deja claro que es en esta última fase del proceso “cuando se inicia el plazo de votación directa, ya que anteriormente sólo se habían recabado propuestas y establecido criterios sobre ellas desde la comisión”.
Al hilo, en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, saluda que “una decisión de tanto calado simbólico en el imaginario de la ciudad se pueda tomar ofreciendo a la gente de Cádiz la oportunidad de votar, de expresar sus gustos y de ser partícipes del proceso”, incidiendo en que desde el equipo de Gobierno de Adelante se entiende que “tiene mucho más sentido el cambio si se incluye, en el proceso, la participación de la gente que ha pagado la infraestructura, que son todos los gaditanos con sus impuestos”.
Finalmente, este edil izquierdista lamenta la “tergiversación continuada” del proceso participativo y sus diferentes hitos que se ha dado por parte de “algunos grupos políticos que ha sido asumida, a su vez, por medios de comunicación en un ataque constante a la posibilidad de que Ramón de Carranza, exalcalde de la ciudad, sea eliminado del callejero tal y como debe hacerse en cumplimiento de la ley”.
CARRANZA, UN ALCALDE FRANQUISTA
En el decreto que activaba este proceso de cambio de nombre del estadio municipal se explican y argumentan con detalles los motivos. En el mismo, se recuerda que Ramón de Carranza participó en el golpe de Estado de 1936 (que truncó la legalidad de la Segunda República y dio inicio a la Guerra Civil y a la posterior dictadura franquista), y fue colocado, tras ello, a la Alcaldía de la ciudad, participando en la represión a gaditanos con simpatías al Frente Popular o afiliados a organizaciones afines al gobierno republicano legítimo. Por todo ello, ya el Ayuntamiento aprobó en pleno en 2017 la retirada del nombre de una avenida de la ciudad a Ramón de Carranza (actual avenida 4 de diciembre de 1977).
Ahora, en esa misma línea y también en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, el Consistorio gaditano va a proceder a renombrar el estadio municipal, aunque duela a los nostálgicos y a los que ignoran (y quieren ignorar) el pasado.
Las citadas leyes recogen que las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura, y que tienen la obligación retirar cualquier simbología franquista existente en el espacio público y equipamientos oficiales.
Igualmente, en el Catálogo para la retirada de la simbología de la ciudad, aprobado en Junta de Gobierno Local en abril de 2019, se dictaminó la retirada de simbología franquista existente y vinculada a dicho alcalde franquista.