“Sintiéndolo mucho, vuelvo con lo mismo. Se me da muy mal intentar cambiar yendo hacia el abismo”. Podría ser el resumen de ‘Si en verano estamos solos’, el quinto álbum de estudio del grupo gaditano Detergente Líquido, lanzado el pasado 21 de febrero en plataformas digitales y en formato físico (en concreto, un libro que se acompaña del CD, o viceversa), en plena recta final del Concurso del Falla, en el que el líder espiritual de la banda, Alberto Rodway, si algún año sacara una agrupación de carnaval, tiene claro que sería una comparsa de pierrots tristes.
Un nuevo disco bañado en pop pegajoso que te hunde (sí, también) en un viaje sonoro de soledad, desencanto, hastío, desorientación existencialista, honestidad, nostalgia por lo que fue y no fue y ya no será, frustración y resignación, y cotidianidad mundana en cada acorde, en cada verso; viaje que avanza “imperturbable”, como ese ‘Trambahía’ “vacío igual que yo” (que fue el primer avance del LP allá por octubre).
Pero no todo son paladas de nihilismo e irrefrenable paso del tiempo (“mi vida aún a medio construir y a la vez a más de medio terminar”), también aparecen fogonazos, pequeños y efímeros, de ilusa esperanza en el paisaje hasta la mar manriqueña: “los vinagrillos del estero se ponen a florecer tercos y amarillos”, “solo en esas noches en que te oigo respirar siento que vale la pena”, “las cosas no parecen ir tan mal, que los niños van creciendo y la gente mola”…
“Ya sabéis lo que os podemos ofrecer: cinco humanos sobre un escenario cantando sus penas y flipando cuando algunos de vosotros y vosotras también las corea”, se auto-vende con cierta ironía y modestia este eterno “grupo emergente” de Cádiz ajeno al flamenquito y a las tendencias comerciales (“demasiado indi para el mainstream, demasiado bruto para el indi”) con más de diez años de trayectoria, y que de momento tiene confirmadas tres fechas para la presentación en directo de los nuevos temas: el 28 de marzo en Madrid, el 4 de abril en Sevilla, y a finales de julio en Málaga dentro del cartel del Brisa Festival.
“NO VAMOS A VOLAR”
¿Nuevos temas? Nuevos… aunque “sintiéndolo mucho, vuelvo con lo mismo”. Y es que “la vida podría ser más fácil si no pensara en ella”, se sentencia en una de las canciones. De hecho, es lo que Detergente Líquido lleva haciendo desde ‘Ponte en lo peor, llámame el lunes’ (Discos del Rollo, 2014), y antes, recurrir al juego y la libertad de la música independiente (asumida como actividad redentora y evasora del rutinario día a día en esta sociedad capitalista y depredadora) para ahorrarse sesiones de psicólogo, como terapia colectiva y desnudo emocional a través de una lírica prosaica que “no sigue la línea anímica de los temas que cantaría un grupo de pop medio en un festival. No vamos a volar, lo siento”, admite Rodway.
Es más, entre las reflexiones que nutren el libro que complementa al flamante disco, el letrista observa que en esta ocasión probó “otra forma de decir las cosas que fuera un poco más abstracta o metafórica”. Sin embargo, reconoce que “no tiene sentido intentar cambiar lo que a uno le sale de naturaleza. La propia naturaleza se encargará de que lo cambies hacia donde ella considere que tiene que ir. Todo lo que sea ir contra esto podrá dar lugar a creaciones bellas pero que son falsas”.
En ‘Si en verano estamos solos’ se mantiene así ese mismo indie que, a través de melodías absorbentes y adictivas, busca que el oyente ‘abra’ orejas y mente, se concentre en las letras y empatice/comparta penalidades (nada de estribillos bailables, salvo excepciones como el machacón “todo está fatal, sabiendo qué me pasa. Y dejaré que te inventes por qué”).
Y aunque sigue bordeando lo mainstream, este trabajo resulta en sus textos algo menos “bruto” que ‘Mirad lo que me habéis hecho hacer. Por favor’ (Discos de Paseo, 2017), ‘Con miedo al amor por las personas sin tiempo’ (autoeditado, 2018), ‘Tú tampoco eres como antes’ (autoeditado, 2020) y ‘Contumacia en primavera’ (autoeditado, 2022), sus trabajos anteriores.

TRAVESÍA DE DESENCANTO E INTROSPECCIÓN
El propio grupo concibe este álbum de nueve temas con una narrativa lineal, “una crónica emocional que guía por una travesía de desencanto e introspección”, desde el primer verso de la primera canción ‘Trambahía’ (“era un agosto extraño, más solitario que nunca…”), hasta “a sentarnos a ver las esquelas sobre el ruido de la cafetera de un bar”, el último bofetón que te pega ‘De todo lo que hicimos mal en los 90’. Es más, hay canciones con frases y coreados que se entrelazan con la siguiente (“un solo gesto me hunde. Un solo gesto me salva”, o “ahora que el cielo es azul, y el viento no sopla fuerte”).
Y entre medias, versos fulminantes entre otros más livianos, irónicos o cínicos: “regresará el invierno y el mundo va a seguir con su rutina de todo como si nada”; “la vida es una mierda. Sin dar detalles, sin concretar”; “sé que me conviene abandonar la soledad. Lo veo en la cama, lo veo en la cena”; “sólo soy parte del ruido difuso y lento que provoca la ciudad, sonando completamente inadvertido, desdibujándome”; “mirando hacia atrás, he dejado de echarme la culpa”; “aunque no vaya jamás a sentir que me quedo conforme hay mil maneras de hacer que no se note”; “poder empezar de cero me animaría a probar otras formas de naufragar de nuevo”; “no me busques soluciones, dime que me entiendes… no hay problemas si yo me niego a que existan”; “si en verano estamos solos, ya verás noviembre”; “no sé qué haré después, pero tengo miedo de que me acabe hundiendo sin más remedio, vencido y yermo”; “la intrascendencia pesa y la ciudad no cesa de ser un estorbo entre el mar y el horizonte gris del fondo…”.
Un trayecto pornográfico de sentimientos, percepciones y miedos apuntalado por guitarras, batería y sintetizadores o la colaboración de los jerezanos de Nadie Patín en el tema ‘Opel Corsa negro’, que bajes donde te bajes, acabas en la misma estación donde el tiempo sigue pasando y todo sigue igual; en una agobiante y paradójica búsqueda constante de nada asumiendo que debe haber algo más pero a estas alturas de la vida (ya uno no es tan joven) es inalcanzable y da hasta pereza. “Si cualquiera tiene frase en este teatro hay que analizar en dónde estamos fallando”, se canta con desencanto, tocando de refilón el tópico literario del theatrum mundi.
De este modo, el “converso con el hombre que siempre va conmigo” machadiano, el monólogo interior que lo invade todo (“me miro desde fuera y pienso: Alberto, la estás cagando”) va dialogando como “monotonía de lluvia tras los cristales” con uno mismo (y con quien escucha al otro lado) desde la primera nota a la última del disco, desde el sinsentido de la existencia al sinsentido de la muerte.
Y “algo tendremos que hacer con todo el tiempo que nos queda”. Pero tampoco mucho…, y ¿para qué?, si la meta es el abismo. Y “sintiéndolo mucho, vuelvo con lo mismo”.
MÁS DE UNA DÉCADA DEL POP MÁS INDEPENDIENTE
Detergente Líquido, que con este trabajo dice reafirmar su capacidad de “emocionar sin artificios”, ha vuelto a confiar en Juan Antonio Mateos (The Magic MOR) como productor en su estudio Grabaciones Sumergidas de El Puerto de Santa María, quien ha contado con mayor libertad creativa para aportar nuevos matices a los sonidos. El disco se grabó entre finales de 2023 y agosto de 2024.
Además de estar disponible en plataformas digitales (Spotify o Youtube), en el formato físico el CD de ‘Si en verano estamos solos’ es parte de un libro exclusivo en el que la banda recopila y comenta las canciones no sólo de este álbum, sino de toda su andadura desde 2012: un “testimonio detallado de su evolución artística”, casi un objeto de culto para los más fieles y una oportunidad para quienes deseen embarrarse por primera vez en este desalentador pero pegadizo universo musical ajeno a las modas.
La alineación actual del grupo está formada por Laura Arias (voz y teclados), Fran Muñoz (bajo), Ernie Rodríguez (batería y coros), Félix García (guitarra y teclados) y Alberto Rodway (guitarra, voz y autor de los temas).
Con espíritu autogestionado, la banda ha recorrido festivales y salas de todo el Estado (Sonorama Ribera, Contempopránea, Monkey Week, Bahía Sound, NoSinMúsica…), e incluso ha conseguido hitos excéntricos como la edición de sus discos en Japón o haber sido seleccionada entre las candidatas para representar a RTVE en Eurovisión (en 2017 con el tema ‘131 bpm’, antes de que naciera el Benidorm Fest). Su letrista, además, ha participado en la banda sonora de varios cortometrajes, ha publicado el libro ‘¿De dónde vienen las canciones tristes?’, y hasta ha compuesto un himno futbolístico, para el Grupo Empresa Bazán (de Primera Andaluza) por sus cincuenta años. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway