“Ni esta ciudad, ni yo ni el mundo, tienen ningún sentido como están”, “por mucho que pase o por mucho que yo haga, todo va a seguir igual cuando te vayas”, “si nada espero, nada va a salirme mal”, “no tengo llamadas ni mensajes, la vida está muerta”, “el mundo es un sitio horrible y los que lo habitamos no somos mejores, es una gilipollez intentar resumirlo en canciones de pop”, “y morir es el futuro”… Sirvan estos versos sin miramientos como muestra de lo que resuena en el último disco de Detergente Líquido, banda gaditana que cumple una década insistiendo desde los márgenes del mainstream en hacer canciones que “nunca arreglan nada, sólo están para perder el tiempo y revolver en lo que no pudo ser, en lo que no quiero ver”.
‘Contumacia en primavera’, cocinado y listo en el estudio portuense de Grabaciones Sumergidas, está en la ‘calle’ desde el pasado 11 de febrero, y este mismo fin de semana de no-carnaval de Cádiz ha sonado por primera vez en directo, en Madrid, en la sala Maravillas Club. Hasta principios de abril los de la Tacita (aunque ensayan en Chiclana) tienen conciertos programados en Valencia (junto a Capitán Sunrise y Side Chick), en Murcia (junto a Aló Presidente), y en su ciudad el viernes 18 de marzo dentro del ciclo Campus Rock de la Universidad de Cádiz, compartiendo cita con Australian Blonde.
“Estamos muy contentos con el primer concierto de esta etapa, porque hemos visto que las canciones nuevas funcionan y el público responde a ellas de manera positiva. Además, hemos trabajado bastante en el local para que cuando toquemos los temas antiguos suenen con más peso. En general, todo es un poco más rico a nivel musical, y pretendemos alejarnos someramente de la concisión que nos caracterizaba aunque al fin y al cabo la base, que son las melodías cantables, sigue ahí”, comenta para DIARIO Bahía de Cádiz el letrista y covocalista de la banda, entre otras cosas, Alberto Rodway, horas después de aparcar la furgoneta tras bajar de Despeñaperros.
Además, desde la banda están muy satisfechos con la acogida del flamante trabajo en los medios especializados: “en cierto modo se han dado cuenta de estos cambios que hemos llevado a cabo, y han reseñado el disco con bastante entusiasmo, haciendo énfasis además en los mensajes de las canciones”. En cuanto a los medios locales y los más generalistas “se suelen quedar en la noticia de que hemos sacado otro disco, y difícilmente entran a valorar estas sutilidades musicales. Parecen siempre más interesados en saber cómo va la industria y en si vamos a comer de esto o no, cosa que ya adelantamos que no va a pasar”. En este punto, con cierta resignación, Rodway anota que “diez años después nos siguen preguntando por el nombre del grupo y realmente nos aburre un poco, pero contestamos con educación porque somos personas educadas. Ya hasta nos hemos hartado de inventarnos historias y contamos la verdad prosaica, que no tiene ningún interés”.
“Lo que sí que nos ha dejado asombrados -añade- es la respuesta de los fans habituales y de aficionados anónimos a la música. Parece que el disco ha gustado mucho en estos niveles, y recibimos mensajes muy impactantes de gente que se ha sentido identificada con las canciones, que las hacen suyas o que nos agradecen que contemos las cosas que contamos”.
“PODRÍAMOS SACAR EL PRIMER CUARTETO QUE HAGA LLORAR AL FALLA”
El quinto trabajo de este quinteto (además de Alberto, Félix García, Ernesto Rodríguez, Fran Muñoz y Laura Arias) que se jacta de su campechanía y vida ordinaria (con profesiones ajenas a la industria musical), viene refrendado sin embargo por dos sellos internacionales de la talla del mexicano Casete (hogar de artistas como Julieta Venegas, Sol Pereyra o Sonido Gallo Negro) y el japonés Galaxy Train Records (que ya meses atrás sacara a la venta para su mercado ‘Monta una banda para vender camisetas (2012-2020)’, un curioso recopilatorio de canciones de los gaditanos en formato casete).
‘Tú tampoco eres como antes’ (autoeditado, 2020); ‘Con miedo al amor por las personas sin tiempo’ (autoeditado, 2018); ‘Mirad lo que me habéis hecho hacer. Por favor’ (Discos de Paseo, 2017) y ‘Ponte en lo peor, llámame el lunes’ (Discos del Rollo, 2014), son los cuatro largos que completan de momento la intensa discografía de Detergente Líquido, sin contar una etapa previa como Mary Joe la suicida y sus pelícanos rata, o el proyecto paralelo y fluctuante liderado por Rodway, ‘Que bailen los demás’.
Una década lanzando temas pop (“demasiado bruto” para ser indie) sin anestesia ni metáforas pomposas e ininteligibles, sazonados de costumbrismo y al borde del prozac, pero al mismo tiempo y paradójicamente adictivos y coreables; sumando fervientes seguidores, sonando de tanto en tanto en emisoras alternativas de medio país y más allá, tocando en festivales y salas de todo el Estado (Sonorama Ribera, Contempopránea, Monkey Week, Bahía Sound, No Sin Música…), y añadiendo al juego otras excentricidades (en 2017 estuvieron relativamente cerca de representar a Televisión Española en Eurovisión con el tema ‘131 bpm’; un libro, ‘¿De dónde vienen las canciones tristes?’, firmado por Alberto, que también ha compuesto la banda sonora de varios cortos como ‘Pizza fría’ de Daniel Cuenca, y próximamente también podrá música a la nueva radio-novela que prepara Radio Cádiz; y hasta se atrevieron con una versión en japonés del himno del Cádiz CF).
“Y mañana mismo podemos hacer también una comparsa de pierrots tristes. Ya tenemos las letras y casi el tipo. Pero es que sólo somos cinco. En todo caso podríamos sacar el primer cuarteto que haga llorar al Falla, pero no de vergüenza ajena”, ironiza el portavoz del grupo.
“ASPIRAMOS A CONTINUAR EN ESTE JUEGO HACIENDO LO QUE NOS APETEZCA CADA VEZ”
‘Paseo desde La Cápsula’, ‘Igual cuando te vayas’, ‘Naturaleza y sociedad’, ‘Corre, Kosecki’, ‘Un desastre que pudo ser un estorbo’… son algunos de los once títulos que completan ‘Contumacia en primavera’, donde convive un tema de apenas un minuto y medio como ‘Rollo poético existencial’ y otro de cerca de ocho, como ‘Telegrama’. Pero con más o menos duración y estrofas, con una u otra forma y envoltura melódica sugerente, el fondo es el habitual de estos gaditanos que parecen implorar la empatía emocional (alguien, en alguna parte, tiene que estar pasando por lo mismo…) como método de desahogo: desesperanza y tedio vital, farsa social, el paso del tiempo y la nostalgia por lo que no fue, nihilismo existencial.
“La RAE define la contumacia como la tenacidad y dureza en mantener un error. En cierto modo define a Detergente Líquido, ya que lo que hacemos, mirado desde cualquier punto de vista racional, no tiene ningún sentido. Pero ahí estamos reincidiendo, y sacando un disco nuevo otra vez, con todo lo que ello conlleva”, se subraya en la promoción del trabajo.
Sobre ello, Alberto Rodway abunda en que “desde el punto de vista más extendido en la sociedad actual, que es el de hacer las cosas para conseguir algún rédito a cambio, lo que hacemos es desperdiciar mucho tiempo y mucho dinero en una cosa que nunca nos va a dar más beneficios que los que nos podamos llevar a nivel espiritual. Y sabemos que podríamos gastar el mismo dinero y echar el mismo tiempo en el Codere, por decir algo, que quizá nos comprenderían más”.
“Somos un grupo que llevamos diez años por ahí, que sabemos que ya hemos pasado nuestro momento de ‘grupo emergente de moda’ y que por las cosas de la vida cada vez nos es más difícil mantener nuestra actividad como banda. Hasta quedar los cinco para tomar una cerveza es una odisea ahora. Pero -insiste- nos hace mucha ilusión hacer lo que hacemos, e invertimos un montón de energías, además del dinero y el tiempo, en hacerlo cada vez mejor. Tras esta década y todo este trabajo sabemos que tenemos nuestro puestecito en el panorama musical alternativo de este país. Pensamos que estamos bien mirados, y que a cualquiera de la industria que le pregunten por nosotros dirán ‘Ah, los de Cádiz. Tienen canciones chulas y suenan bien’. Y aspiramos a seguir así, a continuar en este juego haciendo lo que nos apetezca cada vez aunque sin ponernos metas realmente. Porque luego, si no las cumplimos, sí que llega el fracaso y la frustración. Más que metas, tenemos sueños que son por los que estamos trabajando”.
Finalmente, el líder espiritual de Detergente Líquido le da vueltas a la situación de la música y el arte, y de la industria alrededor: “hay muchas maneras de conmover. En el mundo de la música hay propuestas para todas las necesidades y todos los estados de ánimo. Seguro que en una caseta de la feria es más necesario cualquier reguetón que una canción nuestra. Lo que sí es cierto es que nosotros hacemos lo que nos conmueve a nosotros, y tenemos comprobado que a mucha más gente también. Si nosotros como artistas tuviéramos que defender una canción que no nos dijera nada nos sentiríamos unos estafadores. Así que si hay algún artista por ahí que haga eso, para nosotros es una estafa. Y lo que me parece más triste es que encima hicieran ese tipo de cosas con la idea de encajar en las exigencias de la industria. La industria musical, como todas, busca su beneficio. Y nos parece muy bien si hay gente que pretende vivir de esto, que presenta un buen producto y tiene éxito económico. Pero el arte no va de obtener beneficio. Va de poder expresar lo que te dé la gana como te dé la gana. O como puedas. Y si después encima eres capaz de sacar algo de dinero por ello, pues muchas felicidades”.