Miles de personas, llamadas a reclamar “pan, trabajo, techo y dignidad”, la unión de todas las luchas, y el impago de la deuda, volvieron a salir a la calle durante la jornada del sábado 29. Los colectivos detrás de las Marchas de la Dignidad, que tomaron el pasado 22 de marzo Madrid con personas venidas de todo el Estado, promovían esta nueva movilización, que se ha repetido en cerca de 50 ciudades. Y entre ellas, en Cádiz, donde se celebraba por la mañana una “gran manifestación provincial”.
Miles de personas, llamadas a reclamar “pan, trabajo, techo y dignidad”, la unión de todas las luchas, y el impago de la deuda, volvieron a salir a la calle durante la jornada del sábado 29. Los colectivos detrás de las Marchas de la Dignidad, que tomaron el pasado 22 de marzo Madrid con personas venidas de todo el Estado, promovían esta nueva movilización, que se ha repetido en cerca de 50 ciudades. Y entre ellas, en la capital gaditana, donde se celebraba por la mañana una “gran manifestación provincial” desde la plaza de España hasta la plaza Asdrúbal.
Esta manifestación ha tenido como preámbulo la llamada ‘Semana de lucha social’: entre el lunes y este viernes se programaron en distintos puntos de la provincia actividades contra la violencia machista, contra la represión, por la vivienda digna y los desahucios, y, contra la exclusión social, el paro y la precariedad.
Los convocantes a nivel estatal de esta manifestación llamaban a participar “activamente en una movilización por una sociedad de hombres y mujeres libres, una movilización contra un sistema, un régimen y unos gobiernos que nos agreden y no nos representan”. Y no olvidaban exigir que se vaya el Gobierno de Rajoy “y, también, todos los gobiernos que recortan y colaboran con las políticas de la Troika”.
Una movilización –que en Cádiz secundaban entre otros decenas de colectivos sociales, de parados, los exDelphi, partidos como IU, Juventudes Comunistas o Podemos, sindicatos como CCOO, o la Marea Verde- “por el empleo digno, por una renta básica, por los servicios públicos y de calidad, por el derecho a la vivienda y la dación en pago, por las libertades democráticas, por los presupuestos restrictivos de las administraciones públicas, contra el pago de la deuda odiosa, el paro, la precariedad, los recortes, el TTIP, la corrupción, el régimen del 78 y la represión y por supuesto contra la violencia hacia las mujeres”.
“UNA SITUACIÓN LÍMITE”
“Salimos a la calle porque nos encontramos ante una situación extremadamente difícil, una situación límite, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva de la clase trabajadora, la mayoría social y los pueblos”, señala el manifiesto de la protesta recogido por DIARIO Bahía de Cádiz.
“Millones de trabajadores se encuentran sin empleo. Cientos de miles de familias han perdido su casa. Gran parte de la juventud se ve abocada a buscarse la vida en el extranjero. A las mujeres nos quieren quitar nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. A los pueblos se les niegan el derecho a decidir. Siguen recortando en salud, educación, dependencia, etc… Han engañado a nuestros mayores con la estafa bancaria de las preferentes. Estamos asistiendo al robo de derechos y al empobrecimiento generalizado de la mayoría social y todo en nombre del pago de una deuda ilegítima y odiosa que no han contraído los ciudadanos y ciudadanas”.
“Mientras –agrega este comunicado-, el verdadero poder, el que no se presenta a las elecciones, sigue enriqueciéndose y corrompiendo al poder político. Siguen llevándose dinero a los paraísos fiscales, usando tarjetas opacas y regalando decenas de miles de millones de dinero público, dinero que sale de nuestros impuestos, para salvar a bancos y especuladores”.
“Nos quieren hacer tragar un ‘Tratado de Libre Comercio’ entre la UE y EE.UU. (TTIP) que se negocia secretamente y que beneficia a las grandes multinacionales a costa del pueblo. Y cuando se protesta, siempre obtenemos la misma respuesta: la represión y la criminalización. Ahora, incluso, pretenden robarnos la libertad para manifestarnos y expresarnos poniéndonos una mordaza que blinde el abuso policial. No sólo están aprovechando la crisis para recortar derechos sociales, también intentan suprimir libertades democráticas. A este sistema corrupto e indecente le sobran las libertades y los derechos de la mayoría social”.
Pero, se subraya, “no lo vamos a consentir. Nos vamos a rebelar. Porque este sistema que busca exclusivamente el beneficio privado de unos pocos nos lleva inexorablemente a una catástrofe medioambiental y social de alcance incalculable. Porque esta crisis-estafa está significando un gigantesco drama humano. Porque no queremos ser cómplices de su militarismo y sus guerras de rapiña. Porque no queremos ser parte de sus sucios negocios especulando con la salud y la vida de millones de personas”.