El Ayuntamiento de Cádiz aprobó en el pleno de mayo del pasado año la concesión de la medalla de oro a la estatua de una virgen, la virgen del Rosario, patrona de la ciudad. Respaldaron la controvertida iniciativa PP, PSOE y Ciudadanos, pero también la mitad del Gobierno municipal: Por Cádiz sí se puede se posicionó a favor, mientras Ganar Cádiz en Común, manteniendo “su compromiso laico”, votó en contra.
Un acto casi de ‘consumo interno’ que trascendió a nivel nacional poniendo el foco en un único protagonista: el alcalde de la agrupación de electores promovida por Podemos, José María González ‘Kichi’. Escondiendo de forma interesada que, además, la propuesta no partía ni del Gobierno local ni de la oposición y venía avalada por más de 6.000 firmas: fue promovida por particulares, asociaciones de vecinos, entidades ciudadanas y colegios profesionales, al cumplirse en 2017 el 150 aniversario de su proclamación como patrona.
En su momento, la asociación Cádiz Laica ya ironizó de los “elevados méritos” expuestos para la entrega de dicha distinción a un objeto, consistentes en que “fieles creyentes le rezaron durante el transcurso de dos epidemias y un maremoto”; criticando al tiempo el “sometimiento de los representantes públicos a un lobby religioso que quiere imponer a toda la sociedad su religión, su moral y sus símbolos”.
Y ahora ha trascendido que la asociación laicista estatal Europa Laica acaba de interponer una demanda ante los tribunales contra el Ayuntamiento de la capital gaditana por la concesión de dicha medalla de oro a la patrona.
La demanda se fundamenta en “dos cuestiones importantes”, según se ha trasladado a DIARIO Bahía de Cádiz. Una, en la “vulneración” del propio Reglamento de Honores “y en el carácter aconfesional que es exigible al simbolismo institucional”; y otra, en el “irracionalismo” en que se basa la concesión, atribuyendo a esta virgen varios milagros como acabar con la peste, la fiebre amarilla y el maremoto que asolaron la ciudad en siglos pasados: “algo que resulta de todo punto inaudito y nada serio tomar en consideración en pleno siglo XXI”. En este sentido, la demanda “aporta documentación y dictámenes científicos concluyentes en contra del irracionalismo y la superstición de esta milagrería de intercesión virginal”.
Esta demanda contra la concesión “de forma irracional” de honores a “seres inanimados” tiene su antecedente en la que también Europa Laica interpuso contra el Ministerio del Interior por la medalla de oro al mérito policial a la virgen del Amor de Málaga en 2014, aunque la sentencia final de Tribunal Supremo, de hace apenas un mes, avaló dicha concesión.
Al respecto, el presidente de Europa Laica, Antonio Gómez Movellán, considera que “el Supremo se atrincheró en el formalismo, al igual que hizo el Tribunal Constitucional, para no analizar el fondo del asunto; a saber, si es legal o no el uso de símbolos religiosos católicos por las instituciones públicas”.
“En general los tribunales, hasta ahora, han venido respaldando este simbolismo católico institucional amparándose en justificaciones ideológicas más que de legalidad; no debemos olvidar que los tribunales están trufados y penetrados por el clericalismo, y ya el pleno del Consejo General del Poder Judicial advirtió en el año 2000 de los peligros de penetración del Opus dei y otras sectas católicas en la magistratura española”, reflexiona Gómez Movellán.
Y concluye que “en el caso de Cádiz estamos convencidos que la demanda puede restituir la legalidad y racionalidad, anulando esta concesión que en ningún caso debería haberse producido por parte de un ayuntamiento cuya composición debiera ser reflejo de aspiraciones más democráticas, laicas y republicanas”.
La asociación Cádiz Laica ya subrayó, tras el pleno en el que se aprobó la medalla, que es “una contradicción mayúscula” la de Podemos Cádiz “que se autodenomina laico -tendente a separar la religión de las instituciones públicas- para luego apoyar la imposición de un símbolo religioso ante la presión del lobby católico”. Del mismo modo se criticó al PSOE que “también se manifiesta por la laicidad en sus congresos, pero en este partido ya no es sorpresa la incongruencia”. Igualmente se cuestionó el “lamentable clericalismo de PP-Ciudadanos, no parece que estemos en el siglo XXI sino en plena postguerra”.
PERSISTE LA “COHERENCIA POLÍTICA” DE GANAR CÁDIZ EN COMÚN
Eso sí, Cádiz Laica aplaudió la “coherencia política” de la coalición Ganar Cádiz en Común, donde se integra IU. Precisamente esta formación, en el seno de la última Junta de Gobierno Local, votaba en contra de la decoración de las balconadas y ventanas del Ayuntamiento y del edificio Amaya con motivo de la Semana Santa, aunque la medida ha salido adelante por la mayoría que tiene en el bipartito Por Cádiz sí se puede.
“Esta decisión se ha tomado dentro del compromiso que tenemos para que la Semana Santa local sea declarada de Interés Turístico Nacional refrendado por un acuerdo plenario y para que continúe siendo un reclamo turístico para atraer a visitantes durante esta semana dado el interés cultural”, ha justificado el concejal de Juventud y Deportes, Adrián Martínez de Pinillos.
“Tenemos un respeto absoluto a la religión católica, pero defendemos y practicamos el laicismo desde las instituciones, que nada tiene que ver con la antireligiosidad. De hecho, en el seno de Ganar Cádiz participan personas de toda condición y postura ante la religión, personas ateas, agnósticas, creyentes, practicantes y hasta dos compañeras monjas, pero lo que nos une en este sentido a todas las personas que conformamos nuestra plataforma es el laicismo”, apostillaban el pasado mayo los dos ediles de Ganar Cádiz, Martín Vila y Eva Tubío. Y sentenciaban que “los representantes públicos no deben hacer ostentación de sus particulares sentimientos religiosos cuando representan al conjunto de la ciudadanía, y así seguiremos defendiéndolo y reclamándolo en nuestra participación en el equipo de Gobierno municipal”.