El Baluarte de San Roque, de Cádiz, acoge este verano la exposición ‘Marruecos, en tinta y papel’, de Mariano Bertuchi. Nacido en Granada, y fallecido en Tetuán en 1955, es quizá el pintor más conocido del protectorado español en Marruecos.
Esta galería de arte todavía gestionada por la sociedad municipal Cádiz 2012, situada junto a las Puertas de Tierra, exhibe hasta el 29 de septiembre algunas de las plumillas de su obra, que muestran el ambiente que se vivía en la época. Las reproducciones son parte de la colección del fotógrafo y aficionado al arte Fernando Villatoro, que adquirió un gran número de las diapositivas que atesora la Biblioteca Nacional y que él mismo se ocupó de restaurar cuidadosamente, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz.
Con tan sólo 13 años de edad, tuvo la oportunidad de visitar Tánger, acompañado de Aníbal Rinaldi, el que fuera intérprete del general O´Donnell en la campaña de 1860. Desde entonces quedó fascinado por el color y la luz de un país deslumbrante, que “supo plasmar en sus lienzos como ningún otro pintor lo ha hecho después”.
Este granadino es, sin duda, el responsable de la imagen de aquel Marruecos colonial. Sus pinturas llenas de luz, plagadas de plazuelas y zocos coloristas, con el azul, el blanco y los ocres como protagonistas, marcaron la pauta de la visión que la España de los años treinta tenía de Marruecos y el protectorado, cuya huella está visible aún hoy en la producción pictórica marroquí e incluso, en las imágenes y estampas de los souvenirs para turistas.
Y es que Bertuchi fue algo más que un pintor. Estuvo muy implicado en el protectorado, para el que trabajo como cronista gráfico mereciendo la Cruz del Mérito Militar y creó la Escuela de Bellas Artes y el Museo de Tetuán, amén de escuelas de artes y oficios por toda la provincia.
Las plumillas que se muestran en esta exposición, comisariada por Marisa Villén, fueron concebidas como postales, una disciplina que Mariano Bertuchi también cultivó junto a la ilustración de sellos y la cartelería. Este artista partió del academicismo romántico de su formación para derivar hacia un particular impresionismo que le permitió interpretar los juegos de luces y sombras de las medinas, los encalados muros blancos donde el sol reverbera, los colores ocres, sienas y amarillos con el fondo de los montes azulados.
Y VIAJE INTERIOR DE LEILA CHERKAOUI
Esta muestra comparte espacio, en esta sala Baluarte de San Roque, con la exposición de la artista marroquí Leila Cherkaoui, titulada ‘Voyage’, que incluye 16 piezas.
Cherkaoui (Casablanca, 1962) es una artista autodidacta. Curiosa, viajera, observadora y reflexiva, su obrea destaca por la búsqueda incesante de las formas y la profundidad del color. En su pintura, se pueden encontrar soportales, callejones, arcos, puertas… espacios arquitectónicos donde las figuras humanas transitan y se dejan adivinar. La autora marroquí capta las imágenes para después reinterpretarlas a través de su mirada interior.
Su paleta está llena de blancos, negros, grises, matices en ocre y por supuesto, azules profundos, un universo pictórico propio que predispone a la ensoñación. Su pincel trabaja con decisión y de alguna manera recuerda a los trazos provenzales de Vincent Van Gogh. La abstracción y el mundo formal conviven de manera armónica en su trabajo. De esa cohesión, surgen piezas en las que el movimiento refleja sensación de intemporalidad.
También hay algo de fragilidad en la pintura de Cherkaoui, aunque es precisamente esta fragilidad “la que genera su carácter de artista y transforma la cotidianeidad en pulsiones estéticas”.
Hasta el 22 de septiembre se podrá visitar esta muestra, cuyos textos son de la gestora cultural Marisa Villén. La organización, por parte de la sociedad Cádiz 2012, ha contado con el apoyo del Consulado de Marruecos en la provincia y del Museo de Algeciras.