La Zona Franca de Cádiz asegura estar reforzando su estrategia y su presencia en los mercados internacionales como un instrumento para “amortiguar” el contexto de “incertidumbre comercial mundial” ante la entrada en vigor en los próximos días de “aranceles recíprocos e inmediatos” para todos los sectores, a raíz de la imposición del presidente de EEUU, el derechista y populista Donald Trump.
La amenaza de unos aranceles del 20% a la Unión Europea preocupa enormemente a todos los mercados internacionales y, por supuesto, a las empresas españolas y andaluzas ya que solo el sector del vino es un gran exportador a EEUU, al igual que el del aceite. También los países de América Latina, con los cuales Zona Franca de Cádiz mantiene un estrecho vínculo a través de la Asociación de Zonas Franca de las Américas (AZFA), están muy afectados por los aranceles trumpistas, de un mínimo del 10%.
En este sentido, la Zona Franca gaditana “es un gran aliado, un instrumento de valor, tanto para las empresas nacionales como foráneas”. Sus ventajas aduaneras y fiscales a las operaciones vinculadas al comercio exterior “suponen un gran ahorro de costes para los operadores, que mientras realizan sus actividades en recinto fiscal están exentos de determinados impuestos”, se remarca.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se reitera que el Consorcio gaditano ha intensificado sus contactos en los últimos meses, sobre todo con los mercados latinoamericanos y sus zonas francas, “como aliado para atenuar impacto de estas medidas en las operaciones de comercio exterior”.
“Las ventajas aduaneras y fiscales en sus dos recintos fiscales, que vertebran la capacidad logística en toda la provincia y el área del Estrecho de Gibraltar, su ubicación estratégica, sus espacios de calidad y su nueva línea de trabajo (una apuesta por la industria 4.0 y la economía azul) son indispensables para intentar paliar los efectos de las medidas de Trump, dando respuesta a las empresas que buscan reducir su dependencia de los mercados estadounidenses y obtener un ahorro de costes por los beneficios fiscales”, defienden desde la Zona Franca de Cádiz, que suma “casi un siglo comerciando con el mundo y en especial con los mercados latinoamericanos”.
LAS “VENTAJAS ADUANERAS Y FISCALES” DE LA ZONA FRANCA
Al respecto, el delegado del Estado de la Zona Franca gaditana, Fran González, abunda en que la situación a la que se enfrentan las empresas importadoras y exportadoras “es complicada”, y todavía “habrá que esperar a las contramedidas que interponga la UE a la entrada de productos en nuestro territorio”.
Es principalmente en estas operaciones “en donde la Zona Franca se constituye como un espacio donde poder almacenar mercancías procedentes de un país tercero sin que ello suponga el pago de aranceles e impuestos internos (IVA e II.EE) hasta que la mercancía no se destine al consumo final. El tiempo de permanencia es ilimitado, disponiendo el importador de un margen de tiempo suficiente para establecer su estrategia comercial”, aclara este político del PSOE.
De este modo, sobresale las ventajas aduaneras y fiscales de la Zona Franca: “son un instrumento valiosísimo porque estar en recinto fiscal permite además la realización de operaciones de transformación, que consiste en la elaboración de un producto nuevo a partir de materias primas y destinarlo al mercado exterior no UE, sin soportar ningún arancel o impuestos internos”.
“IMPACTO MENOR” PARA LAS FIRMAS QUE YA OPERAN EN EL RECINTO FISCAL
En este contexto de guerra comercial iniciada desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, la Zona Franca de Cádiz ha estudiado el impacto que puede tener en las empresas que operan en su recinto fiscal, “y los resultados constatan que el impacto es menor comparativamente con otros espacios”.
“A modo de ejemplo hay que decir que ninguno de los operadores del sector agroalimentario, uno de los más afectados, que tienen actividad en los recintos fiscales de la provincia se ha visto afectado por esa política arancelaria porque no mantienen contacto comercial con los mercados estadounidenses, ni para operaciones de importación ni de exportación”, detalla Fran González.
Sus mercados de referencia son otros países como Canadá, Reino Unido, Marruecos, Francia, Italia, Portugal, Corea, Chipre, incluso a otros países de Europa, África, América y Oriente Medio, como es el caso de Harinera Vilafranquina o Petaca Chico.
“UN POTENCIAL DE GRAN VALOR”
La Zona Franca de Cádiz, en definitiva, se vende como “una herramienta de gran valor para las empresas y operadores que trabajan en los mercados exteriores”.
Sus 600.000 metros cuadrados de recintos fiscales con ventajas aduaneras y fiscales; 2,5 millones de m2 de espacios productivos; 397 empresas instaladas, que generan más de 3.600 empleos directos y 7.500 empleos indirectos; nueve polígonos industriales y 20 edificios de oficinas “ofrecen un amplio abanico de opciones para cubrir las necesidades del sector empresarial”.
Todo este “potencial se” pone de manifiesto en los distintos foros internacionales en los que está presente el Consorcio gaditano, incluso en las reuniones que mantiene de forma periódica con la Asociación de Zonas Francas de las Américas.