La Unidad de Tomoterapia del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz ha comenzado a tratar esta semana a los primeros pacientes con el nuevo equipo de Radioterapia, adquirido gracias a aquella controvertida donación del multimillonario Amancio Ortega.
Fue en febrero de 2017 cuando se suscribía un convenio con la Fundación Amancio Ortega que ha permitido la financiación del concurso público de equipamiento con destino a los distintos servicios de radioterapia del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Dado el volumen de la inversión de este convenio, 40 millones de euros, y la necesidad de mantener la actividad asistencial en los distintos centros, se diseñó un cronograma de instalaciones a cuatro años, teniendo en cuenta la necesidad de apoyo entre los distintos centros y el impacto asistencial.
Así, el Puerta del Mar añade a sus dos aceleradores lineales un equipo que tiene varios aspectos innovadores que lo distinguen, entre ellos, su diseño en anillo que integra en un mismo equipo, un TAC (como los utilizados en radiodiagnóstico) y un acelerador de electrones, que giran de forma continua mientras la mesa avanza de forma sincronizada. Constituye una plataforma completamente integrada para planificación, gestión de la información, control de calidad y administración del tratamiento.
Por sus características tecnológicas, permitirá abordar la práctica totalidad de las técnicas de radioterapia externa más avanzadas, algunas de las cuales no se podían llevar a cabo hasta ahora. Por tanto, “los gaditanos que las precisen ya no tendrán que acudir a otros centros para beneficiarse de ellas”, subraya la Junta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
En la actualidad, se atienden en el hospital gaditano unos 1.200 pacientes cada año, incluidos un centenar de pacientes tratados con braquiterapia, otro tipo de técnica de radioterapia. Con la puesta en marcha de esta unidad, se verá incrementada la capacidad asistencial y se podrán tratar sobre un 25-30% de enfermos más.
La puesta en marcha de la tomoterapia ha requerido, previamente, las obras de adaptación para albergar el equipo, la instalación del mismo, su calibración y verificaciones para garantizar las condiciones de seguridad y su óptimo funcionamiento. Tanto para su puesta en marcha como para su funcionamiento en uso clínico, ha sido necesaria una estrecha colaboración entre la Unidades de Oncología Radioterápica y la Unidad de Radiofísca Hospitalaria.