La estación de autobuses de Cádiz, que entró en servicio hace poco más de un año (en octubre de 2017, aunque el edificio, en la avenida de Astilleros, llevaba levantado cerca de dos años) ha pasado a formar parte de la red europea de estaciones sostenibles.
Se trata de un proyecto comunitario que reconoce las buenas prácticas medioambientales que lleva a cabo Socibus en la gestión del edificio. El programa Interreg Sudoe Stop CO2 recoge una veintena de infraestructuras europeas que cumplen con unos los estándares medioambientales. En Andalucía, esta modesta de la capital gaditana es la mejor valorada por delante de la de Plaza de Armas, en Sevilla.
El Consorcio Metropolitano de Transportes de la Bahía de Cádiz adjudicó a la empresa Socibus la gestión de la infraestructura desde que se inaugurara el año pasado. Tanto la concesionaria como el propio Consorcio han prestado especial interés en implementar una política de consumo energético “más innovadora y sostenible” que han llevado a la terminal a obtener una de las máximas puntuaciones de la red. Los técnicos europeos han otorgado cuatro estrellas a la infraestructura por su compromiso con el medio ambiente, se remarca en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
El proyecto europeo Sudoe Stop CO2 está encabezado por la Universidad de Oporto, la Universidad de La Rochelle, las agencias para la Energía y el Clima de Portugal y Burdeos, y el Centro Tecnológico de la Energía de la Región de Murcia. Los socios pretenden frenar las grandes cantidades de energía y la emisión excesiva de gases de efecto invernadero que repercuten en la calidad de vida de los ciudadanos y en la imagen de las ciudades.
Socibus (que además de explotar la estación de autobuses de Cádiz también tiene adjudicada la gestión de los catamaranes de la Bahía), dice “no cesar en la búsqueda de alternativas que mejoren la eficiencia de las estaciones que gestiona”. La empresa tiene entre sus líneas de acción la bajada de la factura energética y la reducción del impacto ambiental.
UNOS 1,3 MILLONES DE INVERSIÓN
Este equipamiento, que supuso una inversión global de 1,3 millones de euros por parte de la Junta (recurriendo a fondos europeos del proyecto del tranvía metropolitano, siendo finalmente una revisión a la baja de lo que se pensó originalmente, mucho más caro), fue declarado de interés metropolitano, nominación justificada por el número de viajeros y las líneas: en números, la previsión está en dar servicio a más de un millón de viajeros cada año, dando cabida, entre otras, a 28 líneas metropolitanas de autobuses de conexión con las localidades del ámbito del Consorcio de Transportes Bahía de Cádiz.
Además, situada en la avenida de Astilleros, junto a la estación ferroviaria, esta terminal de autobuses quiere convertirse en un punto de confluencia de las estaciones de de trenes, autobuses, el futuro tranvía, el catamarán y la red ciclista de la ciudad, “conformando un centro intermodal de enorme interés en el mapa de la movilidad sostenible de la Bahía de Cádiz”.
Las obras, que comenzaron en el mes de noviembre de 2014, prácticamente están listas desde finales de 2015. Y desde esa fecha, y con algún que otro intercambio de reproches entre Junta y Ayuntamiento, fueron avanzando, sin prisas, el resto de trabajos complementarios, hasta que en mayo de 2017 se reactivó la necesaria conexión entre la estancada estación de autobuses y la estación de tren anexa: el ascensor y las escaleras que llevan al vestíbulo superior de la estación de ferrocarril y a la pasarela que accede directamente a la zona de las Puertas de Tierra. Paralelamente, el Consorcio de Transportes sacó a concurso la explotación privada del equipamiento.
En la zona del vestíbulo se incluyen taquillas, información, aseos, sala de control y sala de espera reservada totalmente acristalada. La zona de andenes tiene ocho dársenas para el estacionamiento de los autobuses y una zona de espera e intercambio de pasajeros, cubierta por una gran marquesina de hormigón armado.