Aguas de Cádiz ha eliminado hasta la fecha, y con fondos propios, 5,19 kilómetros de tuberías de fibrocemento de la red de abastecimiento de agua potable y las ha sustituido por otras de material de fundición dúctil, hierro aleado con grafito. La empresa municipal continúa así con su política de sustituir de manera sistemática las tuberías antiguas en aquellas obras de renovación urbana de calles y plazas que se realicen en la ciudad.
Esto supone que, desde 2017, la longitud de la red de fibrocemento en la capital gaditana se ha reducido en casi un 11%. Actualmente, la longitud de la red de distribución en baja de agua potable que gestiona Aguas de Cádiz es de 182,36 kilómetros. De ellos, según los datos actualizados en el sistema de información geográfica de la empresa, aproximadamente 42,45 kilómetros son de fibrocemento lo que representa el 23,3% de la red, un porcentaje por debajo de la media nacional.
Los datos aportados en el informe presentado en último consejo de administración de la empresa participada íntegramente por el Ayuntamiento señalaban que hasta febrero de 2019 se habían eliminado ya 3,6 kilómetros; de febrero a septiembre, 4,6 kilómetros; y de septiembre hasta el pasado febrero del presente ejercicio se alcanzaron los 5,16 kilómetros sustituidos.
Actualmente no existe legislación o planificación nacional ni internacional que obligue a la retirada inmediata el fibrocemento de las conducciones de la red de abastecimiento de agua potable por lo que pueden mantenerse hasta el final de su vida útil.
Este plan de eliminación de amianto puesto en marcha por Aguas de Cádiz, contemplado en su plan director de infraestructuras, se está sufragando con fondos propios de la empresa y da respuesta al acuerdo que aprobó por unanimidad el pleno municipal de mayo de 2016. Este acuerdo recogía la elaboración de un plan de sustitución de las conducciones de fibrocemento y la eliminación de manera sistemática de estas tuberías.
Desde entonces, ha ido ejecutando sustituciones en las obras que se han ido realizando en la ciudad tanto en diferentes calles del casco antiguo (Veedor, Santo Domingo, Manzanares y Desamparados) como en extramuros, más concretamente en el paseo marítimo, en donde se han aprovechado las obras del carril bici (promovidas por la Junta de Andalucía) para cambiar las conducciones.
Actuar de esta forma coordinada ha supuesto para la empresa y, por lo tanto, para todos los gaditanos, “un ahorro considerable en la inversión a la vez que se evita duplicar molestias a los vecinos por la ejecución de las obras”, se subraya en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
NO LLEGAN FONDOS EUROPEOS…
Según el plan elaborado por Aguas de Cádiz, la eliminación total de estas conducciones tendría que contar con un presupuesto de más de 16 millones de euros para lo que necesitará contar con ayuda económica de los fondos estructurales europeos. Como quiera que estos fondos no están disponibles por el momento, la empresa continuará con la eliminación paulatina de estas tuberías con fondos propios en la medida de sus posibilidades económicas.
Atendiendo al Real Decreto 902/2018 por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano y al Decreto 70/2009 por el que se aprueba el Reglamento de vigilancia sanitaria y calidad del agua de consumo humano de Andalucía, no existe ningún criterio sanitario respecto a las fibras de amianto que debe cumplir las aguas de consumo humano. Aun así, el Comité Económico y Social Europeo recomienda como plazo para erradicar este tipo de tuberías finales de 2032.