El Cádiz, cuando parecía ya resucitado tras cuatro victorias consecutivas, ganando confianza en sus posibilidades al tiempo que arañaba puntos al líder, cayó este domingo en Sevilla ante un Betis B que pelea por no descender. Ganar en la Ciudad Deportiva Luis del Sol hubiera supuesto más presión para un Real Murcia dubitativo. Pero ese objetivo del liderato, que de nuevo era posible, se aleja a seis puntos tras el 3-2 cosechado en un desenlace imprevisto e infantil.
Este Cádiz vuelve a las andadas, capaz de lo mejor y de lo peor. Este domingo, cuando parecía ya resucitado tras cuatro victorias consecutivas, ganando confianza en sus posibilidades al tiempo que arañaba puntos al líder, cayó en Sevilla ante un Betis B que pelea en lo más bajo por no descender a Tercera. Ganar en la Ciudad Deportiva Luis del Sol –y el 0-1 seguía en el marcador a veinte minutos del final- hubiera supuesto más presión para un Real Murcia dubitativo desde hace semanas, al acercarse a sólo tres puntos. Pero ese objetivo del liderato, que de nuevo era posible, se aleja a seis puntos tras el 3-2 cosechado en un desenlace imprevisto e infantil.
Los de Claudio Barragán acudían a la capital hispalense con la muy sensible baja de Salvi, su hombre más en forma que al menos estará ausente cuatro jornadas. Nana ocupó su lugar en el campo como única novedad, formando trivote en la medular con David Sánchez y Abel, dejando a Lolo Plá y Álvaro García en las bandas, y Güiza arriba.
El encuentro matinal estuvo muy movido desde el pitido inicial, con ritmo y aproximaciones a las áreas; el Cádiz daba sensación de peligro arriba, pero los chavales del filial, rápidos y habilidosos, también. Entre las acciones más destacadas de este arranque, el balón de Plá al larguero o el mano a mano de Aitor solo ante el portero Cifuentes.
Hasta que en el minuto 24, aprovechando un balón suelto en el área, el jerezano Dani Güiza marcaba el 0-1, y se estrenaba además esta temporada como goleador lejos de Carranza. Un tanto que durante muchos minutos se dejó notar en la moral y el rendimiento del conjunto verdiblanco. Así, antes del descanso, el Cádiz pudo ampliar su ventaja con un cabezazo de Álvaro que acabó en córner, y otro disparo al palo de Lolo Plá.
Ya la segunda parte tenía como acción clave, en su primera fase, el penalti sobre David Sánchez en el área bética que Güiza no supo colar dentro de la portería; Pedro adivinaba la trayectoria. Esta acción daba alas a los hombres de José Juan Romero y los de la Tacita comenzaban a desaparecer del campo, incomprensiblemente.
Con este panorama y la defensa amarilla sufriendo, en el minuto 26 comenzaba la remontada del filial: Andrés Sánchez cometía penalti, era expulsado dejando al equipo con diez, y Juanma hacía el empate. Y sólo tres minutos después, Loren marcaba el 2-1 con mucha fortuna, ante la cara de tontos de todos cadistas. Pero hay más, en el 33, otro penalti en el área visitante: a Cifuentes se le va la cabeza y empuja a un rival, y Loren no falló desde los once metros.
Pese a verse en inferioridad y con un resultado complicado, el Cádiz se fue a por todas en la recta final del partido, un poco a la desesperada. A dos minutos del pitido, Servando cabeceaba el 3-2 en una acción a balón parado sacada por Carlos Calvo. E incluso pudo llegar el empate en el descuento, otro balón a la madera, en este caso por parte de Álvaro García.
“Cuando parecía que teníamos el partido controlado se nos presenta la oportunidad del penalti y raíz de ahí hay cosas que no las entiendo, pero esto es fútbol y hay que aceptarlo como tal. Tenemos que levantarnos cuanto antes”, apuntaba tras el choque el técnico Claudio Barragán, lamentando que “en algunos momentos, con todos mis respetos, parecíamos el filial. Hemos estado infantiles, en acciones concretas y nos ha faltado contundencia y es algo que se repite”. Toca trabajar y mentalizarse para no repetirlo la semana que viene, otro partido a domicilio: derbi provincial en La Línea.
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