La ciudad de Cádiz es actualmente, y según datos oficiales de la Junta de Andalucía, la capital de provincia andaluza con más Viviendas de Uso Turístico (VUT) por habitante. En concreto, y sin contar las viviendas turísticas ilegales y las de alquiler por temporada, cuenta con 21 por cada 1.000 habitantes, mientras que Málaga tiene 19 por cada 1.000 habitantes y Granada roza las 14 viviendas turísticas por cada 1.000 vecinos.
Estos datos son, para la flamante plataforma ciudadana Cádiz Resiste, la “prueba irrefutable de la insostenible turistificación que sufre la ciudad”; y ante esta “realidad asfixiante”, recuerda la concentración que ha convocado para este sábado 29 de junio a las 12 horas en la plaza del Palillero: “para reivindicar medidas concretas para revertir esta situación y protestar por la inacción de las administraciones públicas ante esta dinámica que expulsa a vecinos, destroza el comercio local y aumenta tanto la especulación como la precariedad laboral”.
Según un estudio elaborado por la propia plataforma (que acaba de nacer en las últimas semanas del “hartazgo” de muchos gaditanos que ven/sufren una ciudad que “se muere” invadida por un “turismo invasivo que acapara todo”) a partir de datos oficiales de la Junta y del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay en la actualidad más de 1.500 viviendas con fines turísticos sólo en el casco histórico con capacidad para que pernocten en ellas 8.000 personas en total y casi 800 en extramuros con una capacidad total que roza las 4.000 personas. De todas ellas, un 10% son gestionadas por sociedades limitadas, un 6% por extranjeros residentes en España y más de un 82% directamente por propietarios particulares.
La saturación turística en Cádiz es especialmente acusada en el casco histórico. De hecho, las zonas de La Viña (con 454 viviendas con fines turísticos), El Balón-Mentidero-San Antonio (con 344) y Santa María-Candelaria (con 343) son las zonas que concentran más de la mitad del total de VUT en la capital. Como ejemplos preocupantes, la calle Sagasta tiene más viviendas de este tipo que la avenida Cayetano del Toro (53 frente 37) y sólo la calle Torre más que todo el paseo marítimo (34 frente a 33).
“Estas cifras evidencian la asfixiante turistificación que está sufriendo el casco histórico, como demuestra también las derivas comerciales que está sufriendo y el descenso progresivo de población que viene dándose en la ciudad año tras año”, insisten desde Cádiz Resiste en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Por otro lado, en lo referente al número de VUT respecto al total de viviendas construidas por municipio, la ciudad de Cádiz comparte con la de Málaga los registros más altos de todas las capitales andaluzas. Tanto en la capital gaditana como en la malagueña hay más de un 4,5% del total de viviendas que son VUT, “según siempre registros oficiales y sin contabilizar ni las viviendas turísticas ilegales ni el alquiler de pisos por temporada escolar y verano”.
“CADA DÍA PUEDEN PERNOCTAR MÁS DE 15.000 TURISTAS EN CÁDIZ EN PLAZAS LEGALES”
Cádiz cuenta ahora con 2.500 viviendas turísticas que aglutinan más de 11.000 plazas, a lo que hay que sumar 48 hoteles con una capacidad de casi 3.800 plazas y 46 bloques de apartamentos turísticos con capacidad para unos 1.500 turistas. “Cada día, y sólo en datos oficiales, pueden pernoctar más de 15.000 turistas en la ciudad”, se expone. A ello hay que unir la cantidad de turistas de horas que llegan en cruceros, y todos aquellos que se alojan en viviendas que no están incorporadas en los registros oficiales, “que son ilegales y que aumentan también la saturación turística en la ciudad”. Y sin olvidar los pisos que se alquilan para vivir sólo en temporada escolar, y que se alquilan en verano por días.
En este contexto, los precios de la vivienda residencial se han disparado “debido a esta realidad turística, que de facto está expulsando a la gente de la ciudad y está imposibilitando la vida residencial en ella, llevando a Cádiz a ser un mero parque temático para ser contemplado y consumido por turistas”, se lamenta.
Ante esta situación, esta plataforma ciudadana lanza un abanico de reivindicaciones concretas, entre las que se encuentran (coincidiendo en parte con algunas que ya han exigido en pleno partidos ahora en la oposición como Adelante Izquierda Gaditana o el PSOE) la activación de una moratoria que frene la concesión de nuevas licencias para Viviendas de Uso Turístico y hoteles en la ciudad durante el próximo año; la puesta en marcha de una tasa turística al objeto de financiar actuaciones pensadas para la gente que vive en la ciudad; un incremento de la tasa de recogida de residuos y del IBI para las VUT y hoteles; así como una persecución real de las viviendas con fines turísticos ilegales que existen en la ciudad.
Así, Cádiz Resiste insiste en llamar a la ciudadanía a luchar y manifestarse “para acabar con el modelo de especulación que se está dando en la ciudad, que está expulsando a cada vez más gente que reside en ella al convertir un derecho como la vivienda en un bien de mercado y que encuentra en la explotación turística su principal eje”.
AIG PIDE ELIMINAR LAS VIVIENDAS TURÍSTICAS EN LOS BARRIOS SATURADOS
De la misma manera, Adelante Izquierda Gaditana en el Ayuntamiento ha lamentado los datos oficiales que revelan que Cádiz cuenta ya con 21 viviendas turísticas por cada 1.000 habitantes. Para el portavoz municipal izquierdista, David de la Cruz, “se constata la necesidad urgente de tomar medidas que avancen en propuestas valientes como la planteada en Barcelona para la futura eliminación de las viviendas turísticas mientras que el alcalde Bruno García sigue anunciando y reanunciando cuando la realidad es que no está haciendo nada”.
Al contrario, se queja De la Cruz, “el PP sigue negando la implantación de la tasa turística y votando en contra de la aplicación de la Ley de Vivienda para poder declarar a Cádiz como zona saturada, que permitiría la regulación de los precios de alquiler de la zona”.
Como respuesta, AIG ha presentado una enmienda de adición al pleno de junio para pedir que el Consistorio inicie un estudio para que en un corto plazo de tiempo se eliminen las licencias de viviendas turísticas en los barrios saturados por este tipo de alojamiento, y con el objetivo final de que se vaya extendiendo por el resto de la ciudad en todas las zonas establecidas como de uso residencial.
De la misma manera, este partido de la oposición ha propuesto incluir en los presupuestos municipales para 2024 el aumento de la tasa de agua y basura para los apartamentos turísticos, hoteles y VUT “que están realizando una actividad económica y que por lo tanto supone un agravio comparativo que paguen los mismos impuestos que las familias gaditanas. En el caso de los hoteles solo pagan el doble, algo que sigue siendo poco para la actividad que generan”. Un dinero adicional que, se señala, “podría servir para que el Ayuntamiento invirtiera en un cuerpo técnico de inspectores para detectar las VUT y apartamentos turísticos ilegales”.
“EL TURISMO NO DEBERÍA SUPONER UNA AMENAZA PARA LOS VECINOS”, SEGÚN EL PP
A su vez, el PP ha elevado al próximo pleno una moción para instar a la Junta de Andalucía al establecimiento de “un marco de colaboración permanente” para llevar a cabo “un intercambio de información y datos que permita un control ágil, real y actualizado de la oferta turística”. La propuesta también pide que, de forma coordinada, se priorice “el control de la oferta turística clandestina o fuera de ordenación en nuestra ciudad, con objeto de poder tomar medidas sancionadoras”.
En paralelo, los populares también quieren solicitar a la Diputación y la Universidad de Cádiz que se lleve a cabo un estudio actualizado desde el Observatorio Turístico “sobre los niveles de presión turística en los distintos barrios de la ciudad”.
Para la derecha local, “el turismo en la ciudad debe ser sostenible en el tiempo y en los recursos que demanda y, en ningún caso, debería suponer una amenaza para los vecinos. Un turismo de convivencia, que no incremente la presión existente en el mercado de vivienda, por lo que el uso de suelo residencial con uso turístico debe estar limitado. También un turismo responsable, que asuma su compromiso de marcarse límites de desarrollo desde el propio sector, respetando su entorno y mejorando la calidad de los servicios turísticos con una proyección de futuro”.