JORNADA 17. Si jugar un sábado a las dos de la tarde quita las ganas de fútbol a cualquiera, un lunes a las nueve de la noche y con frío… Cerrando la jornada, el Nuevo Mirandilla recibía al Granada en un partido tachado por Álvaro Cervera como “importantísimo”, con ambos conjuntos luchando en la zona baja de Primera, y sobre todo un Cádiz necesitado de reacción tras tres abultadas derrotas consecutivas, para confiar al menos en que se puede pelear por la permanencia, y no se han bajado los brazos antes de tiempo.
“Tenemos que encajar menos goles, el Cádiz no va así a ningún lado. Cuantas más cosas hacemos más nos equivocamos”. Son reflexiones que dejaba el técnico en la previa del choque, a las que se suma su elocuente “tenemos que cambiar un poco todos” que soltaba durante la reciente comida navideña del club, con su polémica incluida al celebrarse en la plaza de toros de El Puerto.
Y en el once titular, como gran novedad además de la vuelta de Fali a la zaga junto a Juan Cala, la ausencia de Rubén Sobrino, un fijo hasta ahora de Cervera pese a no estar aportando nada del otro mundo. Así, por parte amarilla, jugaban de entrada: Ledesma, bajo palos; Akapo, Pacha Espino, Fali y Cala, en defensa; Jonsson y Tomi Alarcón, más adelantados; y como hombres de arriba, Álex Fernández, Iván Alejo, Arzamendia y Choco Lozano.
Con sendos tímidos disparos al borde del área de Alarcón y de Alejo, presionando muy arriba, y la grada enchufada (unas 13.000 personas), arrancaba el encuentro el Cádiz, muy intenso. En los primeros cinco minutos los hombres de Robert Moreno se veían empequeñecidos sin poder salir de su campo. Y en el 9, Choco Lozano fallaba un mano a mano ante Maximiano, aunque la acción estaba anulada por fuera de juego.
Poco después era Conan el que se lucía ante un disparo dentro del área de Luis Suárez. El equipo granadino comenzaba a merodear igualmente los dominios cadistas. Y de nuevo el hondureño, en una incursión aislada, ponía en aprietos al meta visitante; rozando el palo la mandaba en el 21 Álex, y en la siguiente, Espino le pegaba con todas sus ganas pero impactaba en el portero. Se estaba buscando el gol a base de mucho robo de pelota, no dejar pensar al oponente, balonazos arriba y velocidad; y con la defensa atenta, más allá de algún resbalón. Rondando el 30, Choco gozaba de otra oportunidad mal ejecutada, asistido por el danés.
Sin embargo, esta vez sí, el que la sigue la consigue: Santi Arzamendia se inventaba un zurdazo en el 32 desde lejos, y pese a que el Granada reclamó falta previa de Fali a Puertas y el VAR le daba una pensada, el 1-0 subió al marcador.
El Granada no encajó nada bien el tanto en contra y el último tramo de la primera mitad se fue consumiendo entre una sucesión de faltas y broncas.
Pasado el descanso, se movían los banquillos de ambas escuadras: por parte de los de casa, se quedaban en la ducha Fali y Arzamendia y entraban Marcos Mauro (sus primeros minutos en la presente campaña) y Salvi. Avanzaba el crono y apenas pasaba nada (salvo un disparo con intenciones de Quini), el Granada se hacía con el dominio pero casi sin ideas, y el Cádiz esperaba su contra letal tratando de no meterse muy atrás.
Hasta el 64 no volvían los gaditanos a probar a Maximiano, en las botas de Choco, aunque en la réplica estuvieron los de la ciudad de la Alhambra cerca de empatar: mandó fuera Luis Suárez su remate en boca de gol. Diez después, el meta argentino repelía bien un disparo de Montoro.
De cara al tramo definitivo, Alejo dejaba su sitio a Sobrino. Y justo en el 80, un semiperfecto contragolpe amarillo terminaba sin frutos, con un tiro desviado del incombustible lateral uruguayo. Lozano, otro partido más fundido, se cambiaba por Osmajic, y la afición empujaba para sobrellevar el sufrimiento de última hora viendo como empezaba a palparse el miedo por un lado y la desesperación por el otro… un tiro pegado al palo, de aviso… y entre rebotes y un barullo en el área, el empate, en el 88, anotado por Jorge Molina. Para más inri, un Salvi Sánchez desacertado, expulsado en el tiempo de descuento al ver la segunda amarilla.
Otro mazazo de los que hace mella en lo anímico para un Cádiz que tuvo los tres puntos a su alcance, puntos que eran vitales para no empezar a acostumbrarse a navegar en aguas de descenso directo. Se lucharon y hasta se merecieron, pero los partidos -vaya evidencia- no acaban hasta que el árbitro pita el final.
“Soy optimista en cuanto a la temporada, lo vamos a sacar adelante, nuestro momento está por llegar, confío en que tiene que llegar todavía alguna buena racha”, sentenciaba Cervera tras el choque; reiterando que el camino para que este Cádiz pueda salir a flote es “defender bien, hay que empezar por ahí”, al tiempo que lamentaba no sentenciar esta noche ya que se dispusieron de ocasiones. Por delante, el trámite copero del jueves en casa del Albacete, y a visitar el domingo el Bernabéu para despedir 2021. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway