JORNADA 3. “Dijo que defendíamos con ocho y se equivocó. Si podemos defendemos con once, no con ocho”. Con retranca (y mucha verdad) replicaba Álvaro Cervera la declaraciones-pataleta de Pellegrini tras el empate en el Villamarín de la pasada jornada, en la antesala del tercer duro envite del Cádiz de la recién iniciada temporada: en casa ante el Osasuna, con la ilusión de sumar en una tarde agradable del último domingo de agosto la primera victoria antes del primer parón liguero. Y estuvo tan cerca…
Con el mercado de fichajes en sus últimas horas; Florin Andone, delantero rumano cedido por el Brighton, es la última incorporación amarilla. Salvo sorpresas, no se espera ninguna más (o quizá la de Sobrino…). Este verano han llegado ocho jugadores: además del ex del Córdoba y del Dépor, Haroyan, Alarcón, Arzamendia, Osmajić, Martín Calderón, Álvaro Jiménez y Chust. “Hemos mejorado respecto al año pasado en ciertas posiciones. Hemos mejorado como plantilla. Hay que sacarle rendimiento”, entiende el entrenador.
Con cerca de 7.500 personas en las gradas del Nuevo Mirandilla (el 40% del aforo permitido en estos últimos coletazos de la pandemia), el Cádiz sacaba de inicio un once parecido al de la segunda parte del encuentro ante el Betis: Ledesma, en portería; Akapo, Espino, Fali y Haroyan, en la defensa; un trivote por delante conformado por Tomi Alarcón, Álex Fernández e Iza Carcelén; y arriba, Salvi y Choco Lozano escorados, y Negredo en la punta.
Poco, muy poco fútbol, ritmo pausado e interrupciones en el inicio del choque, con los rojillos dueños del balón aunque sin hacer daño (varios córners defendidos de aquella manera), y los de amarillo pendientes de robar y correr, como está mandado. Y en el minuto 10, ¿botó alguien en el Nuevo Mirandilla?
Así llegaba la primera ocasión de cierto peligro en el minuto 11, un disparo lejano de Álex Fernández que prefería probar a buscar a un compañero. Y cinco después, el mismo protagonista marcaba el 1-0, culminando una contra (un centro de Salvi que tocaba Negredo) que precisamente se iniciaba tras abortarse lo que pretendía ser una acción rápida de los de Arrasate.
El gol le daba viveza al partido y a la grada, y en el 20, otro magistral asistencia del sanluqueño por la derecha no encontraba una cabeza, la de Akapo, por los pelos; como respuesta, Kike García ponía por primera vez en aprietos a Conan. Los de Pamplona apretaban, y el Cádiz se defendía con once, para mosquear a Pellegrini, y salía veloz hacia la portería de Herrera cuando podía. En una de ellas, el de Vallecas se internaba en el área pugnando con Aridane y caía, pero ni él vio penalti.
Rubén García, de cabeza, levantaba en el 34 el ‘uuyy’ en la grada; Kike García, con un disparo desde el borde del área, poco después. Y ya casi en el descuento, el trallazo de Darko lo desviaba desde el suelo Alarcón. Era todo el bagaje ofensivo en lo que restaba del primer tiempo del rival, harto de pelota y también de la casi inexpugnable zaga local, que sabía sufrir.
FESTIVAL DE PENALTIS Y REMONTADA
Juan Cala salía tras el descanso por Haroyan, con una tarjeta amarilla; y Perea por Choco. Y Javi Martínez, muy solo, chupaba y la mandaba fuera. Así se ponía en marcha una segunda mitad sin cambios en el guion inicial: los navarros sobando el balón, buscando algún hueco, y los gaditanos atrás muy juntitos y pendientes de cazar una contra letal.
Hasta que en el minuto 56 el VAR se chivaba de una mano intrascendente de Akapo dentro del área, y en el 59 Kike García empataba desde los once metros, aunque Ledesma estuvo cerca de tocarla. Igualada que no duró nada. El mismo videoarbitraje le recomendaba minutos después al de negro, movido también por la presión ambiental, revisar otra supuesta mano en el área rojilla, y volvía a decretar la pena máxima, que el arquero pelirrojo no fallaba en el 65, subiendo al electrónico el 2-1.
Andone debutaba ya como delantero amarillo reemplazando a Negredo; y el Osasuna no terminaba de asimilar ese segundo tanto frente a los de Cervera, que se sentían cómodos tanto defendiendo como, en contadas ocasiones, jugándola en feudo visitante. No obstante, en el 76, Kike García dejaba medio frío al Nuevo Mirandilla estrellándola en la madera.
Para el último cuarto de hora, Cervera insistía refrescando el ataque sacando al desfondando Salvi y dándole oportunidad a Osmajic. A estas alturas los navarros ya buscaban a la desesperada el empate tratando de asediar al Cádiz, que se desperezaba cuando podía, como el 87, con una ocasión del montenegrino, que no vio solo a Álex.
Y tras sudar y bregar tanto y tener tan cerquita la orilla, esos valiosos tres puntos, se naufragó. En el 89 unas manos de Cala dentro del área no podía perdonarlas el árbitro, pitaba el tercer penalti de la tarde-noche y Roberto Torres igualaba la partida. Con siete minutos de descuento por delante y el bajonazo mental cadista… se veía venir la debacle. Un córner evitable, David García cabeceaba en el segundo palo, y el Osasuna remontaba el encuentro. Y a punto estaba Ibáñez de hacer el cuarto durante el eterno y doloroso tiempo extra. La afición cadista pasaba de la euforia a la decepción resignada. El fútbol es así, ya se sabe.
Cervera, nada contento tras el varapalo, no se mordía la lengua en la rueda de prensa: “hemos jugado a lo que sabemos hasta los últimos quince minutos, a partir de ahí, muy mal; concedimos cosas que normalmente no hacemos, jugadas que había que despejar y nada, es algo que tenemos aprendido”. E insistía en que la derrota “nos hace mucho daño, hay cosas que no podemos ni sabemos hacer, y lo hemos pagado”. Para el técnico gaditano, el Osasuna “nos gana por falta de contundencia nuestra, he visto algún taconazo ahí… que no. No cambio los puntos por aprender, en Primera hay cosas que deben estar aprendidas”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway