‘Dalí: Dibujar lo escrito’, es el nombre de la exposición temporal que ya se puede disfrutar (gratis) en la Casa de Iberoamérica de Cádiz, hasta el 11 de enero de 2025.
La muestra, comisariada por Marisa Oropesa, recopila un centenar de xilografías de uno de los autores más singulares y relevantes de la historia del arte, acercando “su universo único”, que también desarrolló en su faceta como ilustrador y dibujante.
La iniciativa que llega a la capital gaditana gracias al Ayuntamiento, coincide con la celebración del centenario de la publicación del primer Manifiesto de André Bretón, que dio origen al movimiento del surrealismo. La serie se compone de las xilografías originales sobre papel vélin pur chiffon de Rives y fue editada por Editions d´art Les Heures Claires. Se necesitaron un total de 3.500 tacos xilográficos, uno por cada color, y unos 35 para cada una de las cien acuarelas que Salvador Dalí había realizado.
“Programar exposiciones de esta magnitud y de artistas de renombre, tanto locales como universales, es fundamental para ofrecer a los gaditanos la posibilidad de disfrutar de obras que de otro modo estarían fuera de su alcance, al estar en los museos de las grandes ciudades”, ha resaltado en la presentación el concejal de Presidencia y a la vez presidente de la Casa de América, Pablo Otero, subrayando que “creemos firmemente en el valor de hacer accesible el arte, en permitir que nuestra ciudad experimente de cerca la diversidad y riqueza del patrimonio cultural”.
A colación, se resalta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, ha incidido en que “es un auténtico placer darle la bienvenida y acoger esta exposición en la Casa de Iberoamérica, la más relevante del año que, además, coincide con el centenario del movimiento surrealista”, del que el genio catalán fue un gran exponente.
‘LA DIVINA COMEDIA’ EN IMÁGENES
Por su lado, la comisaria Marisa Oropesa ha revelado que ‘La Divina Comedia’ (de Dante Alighieri), obra que Dalí plasmó en imágenes y que conforman esta exposición, “fue para él un libro importantísimo, que siempre tenía en su mesita de noche y releía, sintiéndose realmente dentro de ese mundo”.
El de Figueres (1904-1989) creó para ilustrar esta obra 103 acuarelas que surgen en 1949, como encargo del Gobierno italiano de la época. Dalí hablaba sobre ello a principios de 1950, en una entrevista realizada por José M. Massip en Nueva York para la revista Destino: “es una obra que me atrae hasta la obsesión porque encuentro en ella los dos aspectos de mi propia vida. El libro me apasiona y ya tengo construido mi trabajo mentalmente”. Se sabe que poseía un ejemplar en francés que leyó en profundidad y que llenó de anotaciones.
Además, al artista le ilusionaba formar parte en cierto sentido de esa visión dantesca de la vida e ilustrarla en pleno siglo XX bajo sus criterios artísticos y estéticos. Afirmaba que “si Dante me ha interesado durante tanto tiempo -más de diez años- es por su visión del mundo angélico”.
Pero, finalmente el Gobierno de Italia resolvió prescindir de los servicios del catalán por diferentes polémicas, entre ellas el precio del encargo y con el argumento de que no era un artista italiano. Ello no le impidió continuar con la labor que ya había comenzado.
Así, trabajó cinco años para supervisar el proceso de transferir cien acuarelas a las planchas de xilografía que fueron talladas a mano, lo cual supuso una atención extrema ya que la superposición resultó muy complicada debido al gran número de colores que Dalí había empleado.
Es precisamente a partir de los años 30 del siglo pasado cuando en su obra empiezan a tomar importancia las ilustraciones, imprescindibles cuando se quiere conocer en profundidad la capacidad creativa del artista, como se observa en esta exposición, que se ha podido ver ya en el Centro Niemeyer, en Asturias, con un notable éxito de público.