La Diputación de Cádiz y la comunidad agustina han hecho oficial el acuerdo por el que se concretan los espacios que corresponden a cada una de las partes tras la división del antiguo Instituto Santa María del Rosario en la capital gaditana, que desde hace unos meses se somete a obras de “rehabilitación energética” para su transformación en otro centro cultural para la capital.
La presidenta Irene García, por parte de la Diputación, y Jesús Baños y Vicente Domingo Canet, por parte de la de la Orden de San Agustín, han sido los encargados de firmar ante notario una adenda al convenio suscrito ya en marzo de 2019, con la que se procede a concretar las zonas de comunicación entre las dependencias religiosas y las del futuro centro cultural.
De esta manera, tanto la institución provincial como la comunidad religiosa pasan a ostentar de manera real y efectiva la propiedad y posesión física y jurídica de los espacios comprendidos en la línea perimetral de los inmuebles de su propiedad.
Para llegar a este punto han sido necesarias diferentes operaciones que culminan con la modificación descriptiva de las fincas, incluyendo operaciones de segregación, cesión, agrupación y división horizontal, constituyéndose a favor de los padres agustinos un derecho de usufructo sobre los espacios en los que tradicionalmente se han ubicado las dependencias religiosas.
Desde la Diputación se subraya en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que el acuerdo suscrito por las partes en 2019 cada una de las instituciones reconocía las ocupaciones de espacios que se venían produciendo hasta el momento en zonas que no eran de su propiedad, comprometiéndose a abandonarlas y facilitar su puesta a disposición de la otra.
La Diputación Provincial quedó con la posesión y disposición de la totalidad del inmueble conocido como Convento de San Agustín-IES Santa María del Rosario; mientras que la orden religiosa quedó con pleno dominio de la finca conocida como Iglesia-Parroquia de San Agustín.
El acuerdo suponía que la Diputación recibía un mayor número de metros cuadrados, por lo que, en compensación por las renuncias de la Orden agustina, se otorgó a la misma un derecho real de usufructo sobre una parte del inmueble del Instituto Santa María del Rosario por el tiempo máximo permitido, es decir, 30 años. Este espacio sobre el que recae el usufructo se ubica en la fachada trasera del edificio, dando a la calle Rosario, donde se ubican los despachos parroquiales.
Con la firma de la adenda se resuelve a plena satisfacción de las partes un problema arrastrado desde hace años entre las dos fincas, al tiempo que se permite a la institución provincial materializar las obra para transformar el Rosario “en un edificio de consumo energético casi nulo” y llamado a convertirse “en uno de los contenedores culturales de referencia en la ciudad de Cádiz”.
LAS OBRAS, PARALIZADAS POR IMPREVISTOS
La empresa Díaz Cubero, por cerca de 2,9 millones de euros, se adjudicó alrededor de un año las obras del antiguo instituto, y a mediados del pasado enero se dieron por iniciados los trabajos; que han tenido que ser momentáneamente paralizados tras haberse detectado una serie de patologías estructurales y vicios ocultos durante la fase de demolición.
En un informe técnico, los responsables de la constructora han trasladado que durante la ejecución de los trabajos de demolición de los falsos techos, así como de los revestimientos, se ha encontrado una gran variedad de soluciones estructurales distintas, presumiblemente, debidas a las distintas ampliaciones y cambios de uso que ha sufrido el edificio a lo largo del tiempo. Esto conlleva que se hayan detectado numerosas patologías tanto en elementos de la estructura vertical como horizontal.
Igualmente, los técnicos indican que con la demolición de los revestimientos se observa que “la realidad de lo existente en algunos casos dista mucho de los que se esperaba”, y esto implica que algunas de las soluciones constructivas previstas en el proyecto resulten “inviables”, siendo necesaria su redefinición.
Con todo esto, resulta imposible para la empresa adjudicataria continuar con los trabajos hasta que, por un lado, se asegure la estabilidad estructural del edificio y, por otro, se solucionen los problemas detectados en los elementos constructivos, lo que implica una “suspensión temporal” de las obras (que en principio iban a durar 18 meses).
El edificio sobre el que se actúa está situado en el número 23 de la calle San Francisco y fue construido en el siglo XVII para acoger el convento de San Agustín. En el año 1863 pasó a albergar el Instituto Público de Segunda Enseñanza, después denominado Instituto Columela y, posteriormente, IES Santa María del Rosario, hasta que cerró sus puertas en junio de 2007. Entonces, la finca fue adquirida por la Diputación con motivo de la permuta con la Junta de Andalucía de la parcela conocida como ‘Residencia IPG’ en la calle Granja de San Ildefonso s/n, donde se ubicaban las dependencias del Inem y que en principio estaba destinada para la frustrada construcción de la Ciudad de la Justicia. Esta operación se llevó a cabo en diciembre de 2010.
El objetivo es recuperar este céntrico edificio en la capital para convertirlo en un contenedor cultural “energéticamente sostenible” con una doble finalidad. Por una parte, acogerá los fondos de la colección pictórica contemporánea de la Diputación, que actualmente están dispersos por diferentes edificios y dependencias. El edificio no sólo favorecerá que la colección se ponga a disposición de la ciudadanía, sino que contará con la posibilidad de tener espacios para la catalogación, eventual restauración y un almacenaje ordenado y en las mejores condiciones para las obras. Por otra parte, el inmueble se ofrecerá como un espacio de encuentro y de realización de actos de ámbito cultural y social.