En la misma semana en la que el Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Cádiz ha iniciado el procedimiento para suspender “de manera definitiva” el registro de nuevas viviendas turísticas en la ciudad mediante otra modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), amparándose en un reciente decreto de la Junta de Andalucía, y tras meses ignorando esta misma exigencia hecha desde la oposición tanto por el PSOE como por Adelante Izquierda Gaditana, el alcalde Bruno García ha anunciado “un paso más dentro de nuestra política de control para evitar que se reduzca el parque residencial”.
En concreto, la pretensión del PP, ahora, es impedir nuevas inscripciones de viviendas de uso turístico (VUT) en toda la capital, ampliando la normativa municipal en vigor (que todavía las permite en bajos, primera y segunda planta de bloques de extramuros); y además, y es la novedad que ha lanzado este viernes el alcalde, en esta modificación del PGOU en marcha (a la que le quedan meses por delante de tramitación) “también se va a prohibir que se puedan establecer hoteles y, sobre todo, apartamentos turísticos en suelo residencial”.
“Es decir, que no se va a permitir la transformación de suelo residencial en hospedaje con una sola excepción, como son las fincas que estén protegidas con el grado cero, que son muy pocas en la ciudad”, ha precisado Bruno García.
En definitiva, se remarca en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, “con esta medida se va a impedir que un edificio de viviendas se transforme en un complejo de apartamentos turísticos o en un hotel”.
“DAMOS UN PASO MÁS Y DEFINITIVO”
Por otro lado, el primer edil popular ha anotado también que “hasta ahora muchos edificios residenciales tienen en los bajos zonas que pueden ser dedicadas a otras actividades”. Estos locales, ha señalado, “van a poder tener usos comerciales exceptuando el hospedaje con el objetivo de defender y proteger el comercio de nuestra ciudad”.
“Estas medidas no van en contra del turismo de Cádiz sino a favor de las viviendas de nuestra ciudad”, sostiene el alcalde del PP, paradójicamente el mismo partido que el pasado mandato, estando en la oposición, rechazó la modificación puntual urbanística promovida por el anterior equipo de gobierno izquierdista liderado por José María González ‘Kichi’ para tratar de frenar el boom de los pisos turísticos. Una normativa que ahora la derecha local reconoce que se quedó corta, “no ha sido suficiente”.
Entiende Bruno García que desde que el PP reconquistó San Juan de Dios en verano de 2023, “hemos hecho muchos esfuerzos en ser restrictivos en el tema de las viviendas turísticas consiguiendo que se sacaran del registro 425 que estaban operando fuera de la normativa, sancionando a aquellas que lo estaban haciendo de manera ilegal y ahora damos un paso más y definitivo con estas modificaciones urbanísticas”. “Nuestro objetivo es el control de las VUT para evitar que se reduzca el parque residencial y hacer todo lo posible por construir viviendas en la ciudad”, ha apostillado.
¿CÁDIZ RESISTE? ¿CÁDIZ CONVIVE?
Este movimiento coincide además con la convocatoria de una nueva manifestación por parte de Cádiz Resiste para el sábado 5 de abril, en paralelo a una jornada de protestas a nivel estatal bajo el lema ‘Acabemos con el negocio de la vivienda’. Para esta plataforma ciudadana, la turistificación y la especulación están agravando todavía más el problema de la vivienda en la capital gaditana (limitando los alquileres residenciales y encareciendo el precio), agravando la despoblación y la desnaturalización de la ciudad.
Entre tanto, otra plataforma con intereses, Cádiz Convive (conformada por quienes están detrás del negocio de las VUT), argumenta que las viviendas turísticas legales no son el problema, y consideran que el Ayuntamiento y “ciertos colectivos” están presentando “un escenario falso, donde se da por hecho que todas las VUT antes eran alquileres de larga duración, es una narrativa manipulada que ignora que el 92% nunca fueron alquileres residenciales, sino segundas residencias vacías durante gran parte del año, viviendas desocupadas o locales transformados”.
“Cuando los precios sigan subiendo en los próximos años, sin viviendas turísticas a las que culpar, ¿cuál será el siguiente enemigo al que señalarán?”, se preguntan los gestores de estos pisos.