JORNADA 13. Escenario y ambiente espectacular para estrenar la jornada liguera, previa a otro parón por selecciones. El imponente nuevo San Mamés, con la vista puesta en Europa, recibía en la noche del viernes a un Cádiz muy necesitado de alguna victoria, ya ya, para no terminar resignándose en la zona peligrosa de la tabla. Y entre tanto, en el ambiente continúa el run run de esa chirriante idea de Vizcaíno de levantar un nuevo estadio-negocio en propiedad del club en algún hueco de los escasos suelos que quedan en la capital.
“Tenemos confianza, tiempo y puntos. Tenemos que cambiar cosas que nos hagan ser más fiable y no tener que agarrarnos a cualquier cosa para sumar un punto”, reflexionaba Álvaro Cervera en la antesala de un encuentro frente al Athletic Club para el que no contaba de inicio con Fali, y sí rescataba a Salvi Sánchez para el once titular junto a Perea, Sobrino y Choco Lozano, arriba. Y por detrás, Iza, Pacha, Cala y Haroyan en defensa, con Jonsson y Álex Fernández en la media.
Empezaron muy enchufados e intensos los de amarillo, yéndose arriba con facilidad y sin apenas oler a los bilbaínos en las cercanías de Conan Ledesma. Así, en el minuto 3 avisaba tímidamente Alberto Perea; y tres después, tras una buena jugada combinativa por la derecha, el balón no terminaba de cazarla Choco, pero sí el de Sanlúcar que iba con todo y hacía el 0-1, con ayudita de Unai Simón.
Con el varapalo en el cuerpo y el paso de los minutos, los leones fueron metiéndose en el partido e imprimiendo su habitual electricidad, y así llegaría la primera casi ocasión peligrosa de Sancet, que pisaba el área con todo a favor pero se dormía. Y el mismo protagonista, ya en el 22, probaba desde el pico del área, aunque estaba atento el meta argentino.
A estas alturas, los de Marcelino García Toral dominaban sin chicha arriba y el Cádiz, en su mejor formato cerverista, se defendía, presionaba y corría como una bala cuando podía. En una de ellas, en el 32, Alberto Perea le robaba la cartera a un defensor, y tenía cerca el segundo, pero en esta el portero vasco si estaba acertado; y en el 36, el 0-2 estaba en la cabeza del delantero hondureño asistido por el de Albacete. En la recta final incluso se aparecían más en ataque los de la Tacita que el rival. Aunque hubo susto al borde del descanso: el Athletic reclamó un penalti por empujón de Haroyan sobre Oihan Sancet… el árbitro no vio nada.
Pasada la enorme primera mitad del Cádiz, la segunda parte se presentaba con la entrada del canterano Chapela por Salvi (que llegaba mareado a vestuarios), y un tiro del recién incorporado Nico Williams que repelía un defensor amarillo, mientras Ledesma caía entre varios atacantes.
Tras unos minutos de bloqueo y densidad de los de casa, trataban de empezar el asedio, ya con Raúl García en el verde y con más voluntad que otra cosa; y los gaditanos, a soñar con una contra letal. Para ello, en el 62 salía Perea y entraba Arzamendia. En las siguientes, Sancet la mandaba a las nubes y un remate de cabeza de Núñez en un córner la atrapaba Conan. En esa jugada se retiraba lesionado Iza Carcelén, y era reemplazado por Akapo, y aprovechando los cambios, se iba al banquillo desfondado Choco y entraba Fali.
Conan demostraba de nuevo sus reflejos en el minuto 79 en un disparo con intenciones de Nico Serrano. El choque se plantaba en su recta final, con el Athletic Club a la desesperada (un querer y no poder) y los amarillos, ya con Álvaro Negredo en el campo por Jonsson, sin descomponerse ni alocarse. Y cinco de tiempo extra sin que pasara nada de nada. Los tres puntazos, como en la pasada campaña, viajan de La Catedral a la capital gaditana. Y más que puntos, un chute de moral y de confianza: así, sí, chavales.
“Hemos conseguido los tres puntos que para nosotros ahora mismo es fundamental”, sentenciaba Cervera como valoración del partido, resaltando que “con la primera parte estoy muy contento, hemos apostado por algo más arriesgado, y la segunda ha sido nuestro ejercicio de supervivencia habitual”. DIARIO Bahía de Cádiz