CRÓNICA J-13. Con la insospechada goleada de la última jornada aún fresca, el Cádiz volvía este sábado, en la sobremesa, a vérselas con su público. El tercer encuentro consecutivo en el Ramón de Carranza en menos de dos semanas, con el reto de continuar la buena racha ante el Reus y sumar una cuarta victoria, tras las cosechadas ante el Espanyol (en Copa), el Lugo y el Elche.
Álvaro Cervera no se comió mucho el coco, y sacaba de inicio el once que revolucionó la segunda parte el pasado domingo y arrolló al conjunto alicantino. Cifuentes, en portería; Brian Oliván, Rober Correa, Marcos Mauro y Sergio Sánchez, en defensa; Garrido, José Mari en el centro del campo, con Manu Vallejo más adelantado; y arriba, Salvi (que en los últimos días ha explotado y dejado claro el porqué de su bajo rendimiento tras el verano, frustrado por no acabar en un Primera como Alvarito), Jairo y Lekic.
Pese a la tempranera hora, más propia para la siesta, unas 13.000 personas no faltaron a la cita con el fútbol, deseosas de encontrarse con la mejor cara de este Cádiz, que salió como dueño y señor del choque ante un rival metido en su terreno.
En el 5 avisaron Garrido, que no llegaba a rematar, y José Mari, con una falta lejana. Y un minuto después, el canterano chiclanero marcaba el primero, cabeceando un balón mal despejado por un defensa, en una asistencia por la derecha.
A partir del 1-0, los catalanes trataron de hacerse con el balón, mas la asfixiante presión amarilla apenas les dejaba cruzar con criterio el medio campo. Presionar muy juntitos arriba, robar, correr y a sorprender, era la consigna clara de los de casa: el Cádiz de Cervera, en salsa. Y en el minuto 21, el delantero serbio tuvo el 2-0 en sus botas, a pase de Oliván, pero Edgar Badia estuvo estupendo repeliendo el disparo. Antes y después, más sopor que emoción sobre el verde.
Un disparo inocente de Salvi Sánchez desde la frontal del área despertaba la segunda mitad, con el conjunto de Xavi Bartolo igual de titubeante que antes del descanso. Y en el siguiente arreón cadista, el mismo Salvi centraba y no llegaba Vallejo, aunque el rechazo lo cazaba Jairo y su asistencia la aprovechaba Dejan Lekic para marcarle a su exequipo, el 2-0, en situación dudosa. Pese a las protestas de los rojinegros, el colegiado dio el gol como válido. El reloj marcaba el minuto 49.
Diez minutos después, tanto el sanluqueño como el sebio como el chiclanero disponían de sendas ocasiones, mientras la grada comenzaba a festejar el buen momento de los suyos, con ese empaque, confianza y fortuna inexistentes en el primer tramo de la competición. Bache que parece superado.
En el 72 era Jairo el que ponía en apuros al meta de la escuadra tarraconense antes del cambio de Lekic, ovacionado, por Carrillo. Avanzaba el crono y siempre se veía más cerca el tercero de los locales que el primero de un endeble Reus, plano y sin acercarse a Cifuentes. Entre encendidos aplausos también se despedía Vallejo, sustituido por Agra, y poco antes Edu Ramos salía al campo por Garrido.
Y sin sufrimiento alguno (pese al gol anulado a Juan Domínguez por fuera de juego en el descuento) se fue certificando la tercera victoria liguera consecutiva, que aleja a los gaditanos de abajo y les coloca con 17 puntos como octavo, a la espera de que se dispute el resto de partidos de la jornada. Este Cádiz tiene ya otro colorcito… “El equipo es reconocible; somos buenos cuando no nos tiran”, sentenciaba Cervera en el postpartido. DIARIO Bahía de Cádiz