La Junta de Andalucía, atendiendo una exigencia del Ayuntamiento de Cádiz, ha llevado a cabo en los últimos días tareas de limpieza en la zona exterior del edificio de la antigua Escuela de Náutica. Con estas labores dice haber eliminado los residuos y el exceso de vegetación. El siguiente paso previsto “próximamente” es una actuación de control de plagas en la zona.
En un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, la administración autonómica insiste en que ha actuado en respuesta a la solicitud del Consistorio de desbroce y limpieza del perímetro y jardineras interiores del edificio abandonado, de su titularidad, “para la mejora de la estética y salubridad de la ciudad”.
En concreto, se asegura que ya se contestó al Ayuntamiento a mediados de julio que se iban a iniciar los trámites administrativos necesarios para acometer estos trabajos, y se procedió a la tramitación del contrato de servicio menor solicitando presupuesto a varias empresas y resultando ser la adjudicataria Limpart, Servicios Integrales de Limpieza, por 1.400 euros. Esta tramitación ha conllevado asimismo la correspondiente solicitud y autorización de crédito.
La Junta presume de esta limpieza pero no desvela nada sobre el futuro de esta emblemática edificación. Precisamente a finales de agosto el equipo de Gobierno gaditano reclamaba públicamente al Ejecutivo andaluz de derechas que “ponga fin de una vez al abandono de la Escuela de Náutica”, un edificio situado junto La Caleta que lleva cerrado desde 2008, y sin proyecto conocido (aunque el PP prometía en su momento que cuando gobernara en Andalucía reubicaría aquí el Centro de Arqueología Subacuática para liberar al Balneario de la Palma). Entretanto, se instaba a garantizar la seguridad y la accesibilidad en el perímetro.
“Es una vergüenza que la Junta de Andalucía siga privando a Cádiz de ver en uso un edificio ubicado en una parcela privilegiada de la ciudad, y que lo mantenga abandonado 13 años después sin haber movido un dedo para hacer una sola propuesta sobre el futuro del inmueble”, se quejaba el concejal de Urbanismo, Martín Vila.