El Consejo Rector del Instituto Municipal del Deporte (IMD) ha aprobado la adjudicación a la empresa CCP de la obra de instalación de la nueva barandilla de protección en parte del paseo marítimo de Cádiz. El Ayuntamiento invierte en esta actuación casi 324.000 euros y el plazo máximo previsto para su colocación es de tres meses a partir de la firma del acta de replanteo. Se espera que los trabajos comiencen en noviembre.
Esta barandilla de protección se instalará en dos tramos del llamado “circuito deportivo urbano de carrera” a lo largo del paseo marítimo, que va desde el Chato hasta la playa de La Caleta. Concretamente, se levantará en los tramos comprendidos entre las calles Condesa Villafuente Bermeja y Padre Guillermo Chaminade y también frente a la calle Granja San Ildefonso, a fin de evitar los peligros que pueden suponer la existencia del actual murete, de 52 centímetros de altura y una profundidad de unos 60 centímetros, que colinda entre el paseo y la playa.
Esta iniciativa del equipo de Gobierno fue aprobada por el Consejo Rector del IMD el pasado mes de abril, recibiendo el respaldo del PSOE, mientras que el PP se abstuvo y Ciudadanos excusó su ausencia. Este proyecto responde a la necesidad de ofrecer seguridad en el paseo marítimo, ya que esta zona de la ciudad está siendo cada vez más transitada por deportistas y peatones, “lo que deviene en situaciones de potencial peligro de caída en esos tramos en los que la muralla tiene más de seis metros de altura y además el pie de la misma es una zapata de hormigón”, se expone en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
La barandilla en esos tramos será acristalada, similar a la instalada en la plaza de Santa María del Mar. El ámbito de actuación de la obra comprende desde la calle Condesa Villafuente Bermeja hasta la calle Padre Guillermo Chaminade, lo que hace un total aproximado de 430 metros lineales de nueva barandilla. Y asimismo, también se incluye el tramo situado frente a la calle Granja San Ildefonso, donde la muralla tiene una fuerte pendiente y una altura de caída superiora los seis metros. En este espacio hay una zona de entrenamiento y tiene una longitud de 80 metros lineales. Por tanto, la barandilla se colocará en una longitud de 510 metros en esas dos zonas discontinuas.
Para tal fin, se demolerá el murete desde la cota de acabado de la solería actual hasta la albardilla, con cuidado de recuperar la piedra ostionera que termina el muro. Estas lajas de piedra se colocarán en el suelo, junto a la solería existente. Y se demolerá también la parte proporcional de muro necesaria para la recolocación de la piedra ostionera de remate actual, que tiene un espesor de entre 12 y 20 centímetros.
La nueva valla estará formada por postes de acero galvanizado, que se instalarán cada metro y medio, y entre ellos se colocarán entrepaños formados por tres láminas de vidrio monolítico, de seis milímetros cada una, unidas mediante sendas películas intermedias de butiral transparente. Dichas láminas tendrán los cantos pulidos en su parte superior para evitar cortes. La barandilla se quedará a una altura total de 115 centímetros.