‘De la caña al coro’ es un proyecto de arte contemporáneo que trabaja con la materialización de lo fonético, mediante la construcción de artefactos e instalaciones performativas. Es un trabajo de investigación que Alegría Castillo (Córdoba, 1985) y José Antonio Sánchez Piñero (Chiclana, 1975) vienen desarrollando desde 2014, y que acaba de inaugurarse en la sala Blas de Lezo de la Casa de Iberoamérica, de Cádiz.
Esta muestra, que permanecerá en la capital gaditana hasta el 25 de septiembre antes de trasladarse al MUSAC de León, constituye la segunda actividad expositiva de la “nueva etapa” de la Casa de Iberoamérica, tras ‘Creatividad en la austeridad. Seis proyectos de arquitectura sostenible en Latinoamérica’, que atrajo a unos mil visitantes. Además, se enmarca dentro de las actividades que el Ayuntamiento está programando para dar soporte a la candidatura de la ciudad a sede del X Congreso Internacional de la Lengua Española en 2025.
En la presentación de la iniciativa, el concejal de Presidencia y presidente de Cádiz 2012, Paco Cano, ha señalado que al igual que en la anterior muestra “la exhibición de las piezas es una herramienta más de transmisión de conocimientos y saberes que se completa otras con actividades”. Dichas actividades son: un taller para adultos de una sesión de dos horas y media (visita y experiencia práctica), un taller para familias de dos horas (visita y experiencia práctica), una visita guiada a la exposición de una hora con activación de las obras, y una conferencia de 90 minutos con visita a la exposición.
“Nuestro propósito, como siempre, es que se transfieran a la ciudadanía tanto los conocimientos de la reflexión que deriva en la obra como los de la ejecución y materialización de la misma”, ha remarcado Cano.
“INTENTAMOS SONSACAR UN HABLA EN EL OBJETO, EN LA MATERIA”
‘De la caña al coro’, con Julio Criado como comisario, es un proyecto de arte contemporáneo, se reitera en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz. Uno de sus autores, Alegría Castillo, ha apuntado al respecto que gira en torno a la fenomenología del habla, y ha explicado que “realmente nunca hemos intentado realizar una máquina parlante eficaz y eficiente, sino que hemos buscado un grado cero del lenguaje”. “La idea –ha añadido- es intentar sonsacar un habla en el objeto, en la materia, pero esquivando una voz propia, porque no se trata de tener un discurso hecho y hacer que las esculturas lo digan. Hay un intento en el tiempo de diálogo con estas esculturas, es un proceso muy oracular donde vamos interpretando lo que estas piezas nos van diciendo”.
En ese sentido, en esta idea de intentar esquivar esa voz propia, “recurrimos muchas veces a la retórica y a los tropos del lenguaje, porque de alguna manera nos obligan, nos condicionan, nos ponen trampas para que no podamos decir de una manera directa lo que queremos decir, sino lo que el lenguaje te deja expresar”.
Al hilo, la artista cordobesa ha explicado que el título de la exposición hace referencia a un trabalenguas popular. “Este tropo del lenguaje a menudo sonsaca en quien lo pronuncia aquello que no se puede decir. Fuerza una pérdida del control y libera las palabras”. Para los artistas esto es un centro del proyecto: esquivar discursos hechos para poder así descubrir otros nuevos, dialogados entre el sonido y su forma. “Es necesario someterse, olvidar una voz propia para encontrar aquello que se esconde tras el lenguaje y que nos dice más allá de nosotros mismos”.
Por su parte, Julio Criado ha realizado una “invitación entusiasta” para que el público acuda a esta muestra “y se deje llevar por lo que estas piezas transmiten, que realmente es celebrar un elemento esencial del arte como es la comunicación”.
El comisario ha puntualizado que todas las obras se centran en el fenómeno comunicativo y están manifestando el lenguaje: “la paradoja es hacer arqueología de algo intangible como es el habla, ahí es donde realmente se centra el campo de investigación de estos autores”.