JORNADA 14. Sobremesa de viernes festivo y de puente para algún afortunado, y fútbol en el Ramón de Carranza. El Cádiz (que acaba de hacerse la foto oficial de la temporada sobre la cubierta de Elcano), tras el tropezón de la última jornada en Albacete, sin dramas en el ambiente y con la tranquilidad que da verse aferrado al liderato, recibía a otro aspirante a todo, el Sporting de Gijón, con un doble objetivo: mantener su casa como fortín y además, esa interesante ventaja sobre sus perseguidores.
Ante la baja por lesión de Juan Cala, y Garrido medio recuperado ya en el banquillo (y renovado hasta 2023), Álvaro Cervera plantaba sobre el verde a su once más esperable, salvando los cambios obligados: Cifuentes bajo palos; Iza Carcelén, Pacha Espino, Fali y Marcos Mauro, en defensa; Edu Ramos y José Mari, en el centro con Álex Fernández más adelantado; y arriba, Salvi y Alberto Perea en los extremos y Choco Lozano en la delantera.
Con unas 17.000 personas en las ambientadas gradas, y medio centenar de aficionados asturianos (la mejor entrada de lo que va de campaña), se ponía le pelota en juego, con más despistes e imprecisiones que aciertos y sin control de la situación por ningún bando.
Hasta el minuto 19 no se concretaba la primera jugada completa, sin interrupciones, que culminaba Iza desde fuera del área, aunque el portero rival estaba despierto y repelía el fuerte disparo. En respuesta, Djurjevic ponía en aprietos en un mano a mano a Cifu en la siguiente acción. Momentáneamente, los de amarillo parecían dar un pasito adelante, sin embargo pronto el partido volvía a ser de nadie. Y en un saque de esquina aislado, en el 32, se despertaba Carranza con el gol de Marcos Mauro, cabeceando a la perfección.
A raíz del 1-0, el Sporting trató infructuosamente de hacerse dueño de la pelota. Y antes del descanso, en el 42, era Lozano el que estaba cerca de marcar el segundo, aunque disparaba demasiado forzado.
No tardaban los de casa en hacer su primer cambio ya en la segunda mitad, retirándose con molestias Perea y entrando en su lugar Iván Alejo. El peligro se centraba en esta reanudación sobre la meta de Mariño, con el Cádiz aprovechando los espacios en el campo sportinguista, y una falta peligrosa al borde del área botada por Álex.
Se veía venir el 2-0, y en el 60, Salvi Sánchez corría la banda izquierda, centraba, la pelota caía al otro lado a los pies del madrileño solo, que se la preparaba y fusilaba. Aunque duró poco el alegrón. Ni tres minutos después acortaba distancias Borja López, en un barullo en el área a partir de un saque de esquina.
Con el 2-1 en el marcador, Cervera apostaba por dar minutos a Garrido, sustituyendo a Ramos, y ganar contención en el centro del campo, aunque el vasco entró algo desorientado. Y refresco arriba, saliendo al campo Caye Quintana por un poco participativo Choco Lozano.
Otra acción clave llegaba en el 73: el onubense, recién incorporado, caía dentro del área. El árbitro no veía nada, pero terminaba parando el choque, la jugada la revisaba el VAR mientras la grada se lo tomaba a cachondeó. Y pitó el dudoso penalti, que en el 77 no fallaba Álex Fernández, el 3-1. Y Carranza entraba en modo fiesta.
El choque se rompió en los últimos minutos con un Cádiz que se gustaba y ambicionaba la goleada ante un conjunto negro que ya no sabía sin atacar o defender. Y pese a ello, el segundo del Sporting estuvo a punto de subir ya en el tiempo extra, de nuevo en un saque de córner.
Nada de baches. Los de Cervera se mantienen así invitos en su feudo, donde han cosechado 19 de los 21 puntos disputados; y 11 victorias en 14 jornadas. Lógico que este equipo sea líder todopoderoso de Segunda. De otra categoría hoy día, según el entrenador rival… DIARIO Bahía de Cádiz