La rehabilitación del frente de la Casa de Iberoamérica de Cádiz (la antigua cárcel real) ha concluido tras cuatro meses de trabajos, por lo que, tras retirar las vallas, ese tramo de la calle Concepción Arenal vuelve a ser transitable. Igualmente, se recuperará el acceso principal al edificio, que durante esta actuación para acabar con los desprendimientos de los últimos tiempos, se realizaba por el paseo del Vendaval.
En total, se han invertido poco más de 23.500 euros (sufragados por la empresa municipal Cádiz 2012, que gestiona el edificio). La empresa Gares Restauraciones ha llevado a cabo estas labores siguiendo el proyecto realizado por la Oficina Técnica de la concejalía de Urbanismo.
Estos últimos trabajos se vieron necesarios a raíz del informe del arquitecto técnico municipal tras los desprendimientos de algunos elementos de la portada, concretamente en la zona del entablamento y las columnas. Al caer estos trozos de material, quedaron al aire en algunas zonas las mallas de fibra de vidrio colocadas bajo el revestimiento, así como anclajes de acero inoxidable. Además de una cuestión de seguridad vial, se trataba también de devolver a este pórtico el aspecto que tenía tras la última restauración.
Los operarios contratados han estado rascando para eliminar las capas de mortero que tenían poca adherencia y limpiando la fachada con agua a presión de manera controlada. También se ha desalado la portada empleando agua destilada, en un proceso lento que se ha repetido hasta en tres ocasiones. Una vez limpia la zona, se han consolidado los elementos de la fachada dañados para que el mortero tuviera mayor sujeción.
A simple vista se aprecia una parte fundamental del trabajo: la eliminación de la costra negra sobre la piedra, para lo que ha habido que aplicar un compuesto químico con el que previamente se hicieron varias pruebas. Finalmente, se ha aplicado el nuevo mortero, a base de cal natural pura, arena y aditivos especiales, terminando con una coloración de pintura mineral con pigmentos inorgánicos totalmente estable a la luz, tratando de igualar la zona intervenida con los tonos de otras reparaciones.
Se trata de labores muy especializadas que requieren trabajo manual y que han realizado un grupo de conservadoras especializadas en la rehabilitación de edificios históricos.
Además, la actuación se ha aprovechado para acometer el resanado y pintura de la cubierta del pórtico de la entrada y otras mejoras en el área de recepción de la Casa de Iberoamérica.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el concejal de Presidencia y presidente de Cádiz 2012, Pablo Otero, sobresale la importancia de este emblemático edificio para la ciudad. “Con estos trabajos invertimos en la recuperación de un edificio que es una de las grandes joyas patrimoniales de Cádiz y uno de los mejores ejemplos de arquitectura neoclásica en Andalucía; queremos que la Casa de Iberoamérica luzca por fuera, pero también por dentro, con las múltiples actividades que estamos organizando”, asevera este edil del PP.
Hoy día, la Casa de Iberoamérica además de su actividad propia como exposiciones, charlas y otro tipo de eventos, también acoge a entidades como el Ateneo Gaditano y la Real Academia Hispanoamericana.
OBRA CUMBRE DEL NEOCLÁSICO ANDALUZ
Este edificio de la ahora Casa de Iberoamérica ha sufrido varias intervenciones desde su construcción. Su antigüedad, su cercanía al mar y la incidencia de la climatología han hecho que haya tenido varios percances a lo largo de su historia.
Fue proyectado (como cárcel) por el gaditano Torcuato Benjumeda en 1792, el mismo año en que arrancó la obra, aunque no se terminó hasta 1836, ya con un discípulo de Benjumeda, el arquitecto Daura, como encargado del proyecto.
En 1880, menos de 50 años de su estreno, ya acumulaba graves problemas estructurales por lo que hubo que demoler una parte que estaba en ruinas y reforzar algunos de los elementos constructivos. Fue entonces cuando se restauró el extremo derecho de la fachada principal, se eliminó el cuerpo superior sobre el pórtico principal y se reconstruyeron el resto de fachadas.
Un siglo después, en 1982, se realiza una nueva rehabilitación del inmueble, que se encontraba abandonado y en avanzado estado de deterioro. Se había perdido el tercio posterior de la fachada y solo quedaba menos de la mitad de la cubierta. Vuelve a reconstruirse para su uso como sede de los Juzgados de Cádiz. Sin embargo, acumula de nuevo problemas de humedades y mucho deterioro, por lo que se decide trasladar los juzgados y el edificio vuelve a manos municipales.
Ya con vistas al Bicentenario de la Constitución de 1812, se realizó una gran intervención entre los años 2009 y 2010, con una inversión de más de 3 millones de euros, inaugurándose ya como Casa de Iberoamérica en enero de 2011.