La dilatada rehabilitación integral del Cerro del Moro, en Cádiz, una intervención iniciada en la década de los 90 del siglo pasado, da otro paso que parece decisivo.
Tras años con la operación paralizada, de rifirrafes PP-PSOE e incluso la mediación y el reproche del Defensor del Pueblo Andaluz, el pasado mayo salían a licitación por fin las obras de construcción de la conocida como séptima fase del Cerro del Moro (67 viviendas protegidas en arrendamiento, destinadas a las familias de la octava fase, que llevan años sufriendo las condiciones precarias de sus casas), y ahora se confirma la adjudicación de los trabajos.
La Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), dependiente de la consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, ha adjudicado a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Soluciona Obras y Servicios (de Granada) y Lirola Ingeniería y Obras (de Almería), por casi 6,4 millones, esta promoción que deberá levantarse en un plazo máximo de 18 meses a partir de la firma del contrato en las próximas semanas.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la consejera de Fomento, Rocío Díaz, celebra este “paso decisivo para la más que necesaria transformación de la barriada”. “Nos encontramos con una intervención prácticamente parada y ha sido el Gobierno de Juanma Moreno la que la ha reactivado con la construcción de 67 viviendas, que acogerán a las familias de la octava fase”, presume esta política de derechas. Hace ya más de cinco años que el PP relevó al PSOE en el Ejecutivo andaluz…
Y en los últimos meses saltaba otra polémica alrededor de este proyecto: a la espera de esta adjudicación, los vecinos beneficiarios de la operación (donde finalmente entran fondos europeos) decían conocer con sorpresa que van a perder la propiedad de las casas que actualmente ostentan (construidas a finales de los años 50) y pasarían a vivir de alquiler en la futura nueva promoción, con posibilidad de compra al final del período de arrendamiento.
LAS DOS ÚLTIMAS FASES
Este bloque se levantará en un solar anexo a la sexta fase (parcela que ocupaban los edificios demolidos en 2020), dando continuidad al conjunto edificatorio y sobre una superficie de unos 6.556 metros cuadrados construidos sobre rasante y 1.763 m2 construidos en sótano. La edificación tendrá una tipología de manzana cerrada con patio de parcela interior como continuación de la referida sexta fase.
Seis portales darán acceso a las 67 nuevas viviendas proyectadas, que se distribuirán en planta baja y cinco pisos de altura, con 12 viviendas de dos dormitorios, 44 de res habitaciones y 11 de cuatro. El nuevo edificio incluye además 49 plazas de garaje, 25 trasteros y un local.
Pero la operación en el Cerro del Moro se completará con la octava fase, que prevé la adquisición y demolición del último edificio en pie a desalojar.
De este modo, el coste total para ejecutar las dos fases, la séptima y la octava, se estima en 10,9 millones, financiados principalmente con fondos europeos y estatales (los fondos Next Generation, con cargo al Programa 6 Ecovivienda, aportan 3 millones; el Plan Estatal para el Acceso a la Vivienda, otros 3,3 millones a través del Programa para la Erradicación de la Infravivienda; mientras la Junta se compromete a poner 4,2 millones). El Ayuntamiento, por su parte, se ha encargado de la agilización de los trámites urbanísticos previos a la licitación.
MÁS DE TRES DÉCADAS “TRANSFORMANDO” EL CERRO DEL MORO
La barriada del Cerro del Moro surgió entre finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo pasado, para alojar de forma provisional a las familias que ocupaban chabolas y barracones que habían surgido en esa parte a extramuros. La precariedad de esas viviendas, que terminaron siendo domicilio permanente de las familias residentes, llevó en 1990 a acometer un plan de remodelación integral para demoler los viejos edificios y construir nuevas viviendas.
Así, la actuación de transformación del Cerro del Moro comenzó hace ya tres décadas, en 1992, a raíz de un convenio suscrito entre el Ayuntamiento y la Junta. La administración local ejecutó las tres primeras fases (266 viviendas), mientras la andaluza promovió las tres siguientes (174 viviendas), entregando las llaves de la sexta fase en 2012, produciéndose entonces un estancamiento, quedándose pendientes de ejecutar esta séptima y octava fase.
Fue necesario esperar hasta 2018 para la firma de otro convenio de colaboración entre ambas partes para reactivar dichas fases, aunque ha costado más años de la cuenta que la Junta encontrara financiación y resolviera los trámites urbanísticos necesarios. Tras la correspondiente declaración de ruina de tres edificios de esta zona, la Junta procedió a su demolición en 2020 para construir allí las viviendas que tienen que realojar a estas cerca de 70 familias gaditanas. Si los plazos de obra se cumplen, y siendo optimistas, podrán estar estrenando sus nuevas viviendas antes de mediados de 2026.
De nuestras casas no nos moverán mientras no nos den lo prometido, VIVIENDA POR VIVIENDA PAGANDO DIFERENCIA EN METROS a pagar de 6 a 25 años, y sería nuestra propiedad. No como quieren ahora por lo de parte del dinero de la UE. Que renuncien a ese dinero o lo pongan a otra cosa ya que a nosotros nos da igual la octava fase, ya que para eso lo quieren.