Autonomía Obrera y CGT en el Puerta del Mar de Cádiz han exigido a la empresa Eurest Colectividades (que el pasado marzo se hizo con el contrato de las dos cafeterías del centro) y a la dirección del hospital la “inmediata readmisión” de uno de sus trabajadores despedidos “tras salirse del grupo de WhatsApp de la concesionaria, creado sin el conocimiento y consentimiento de la plantilla”.
Al respecto, ambas secciones sindicales relatan que cuando esta empresa se hizo meses atrás con la concesión de las cafeterías y sus 21 empleados, “una de sus primeras decisiones en materia de personal fue crear un grupo de WhatsApp al que incorporó de forma obligatoria a toda la plantilla”. A través de dicho grupo, “comunicaba los cuadrantes semanales de trabajo, emitía instrucciones y comunicaciones sobre las más diversas cuestiones laborales y controlaba la actividad diaria de la plantilla, al exigirles que subieran todos los días imágenes de los trabajos que hubieran realizado”.
CGT y AO remarcan en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que la creación de este grupo en una aplicación móvil por parte de Eurest sin el conocimiento y consentimiento de las personas trabajadoras “suponía, sin duda, una manifiesta vulneración de la Ley de Protección de Datos Personales, a la vez que una transgresión del derecho a la desconexión digital y al respeto de su intimidad que se establece en la Ley del Estatuto de los Trabajadores”.
“Ante la ilegalidad de la medida”, uno de los empleados, padre de familia y con más de 50 años de edad, decidió a principios de julio abandonar ese grupo de WhatsApp al que la contrata le había incorporado sin su consentimiento, comunicándoselo así a los responsables de la misma.
TRAS PRESIONAR AL TRABAJADOR PARA QUE VOLVIERA AL GRUPO, SIN LOGRARLO, SE LE DESPIDE ALEGANDO LA MALA SITUACIÓN ECONÓMICA DE LA EMPRESA
Y nada más llevar a cabo su decisión, el trabajador “comenzó a recibir toda una serie de presiones por parte de los responsables de la concesionaria para que corrigiese su postura y volviera al grupo”. Inicialmente, se le remitieron varios mensajes “exigiéndole una explicación por lo que había hecho y exhortándole a su reincorporación inmediata al mismo”, recordándole que “el grupo de cocina es para todos”. Y pocos días después fue convocado a una reunión donde se le trasladó que “tenía la obligación de mantenerse en el grupo y que debía reincorporarse al mismo”, a lo que el empleado se negó “porque el número de teléfono asociado al grupo de WhatsApp era particular y no de la empresa”.
Tras ello, y al cabo de una semana de dicha reunión, la responsable de la empresa en representación de Eurest comunicó al trabajador la extinción inmediata de su contrato, mediante carta de despido “en la que, como era de esperar, no se exponía lo más mínimo respecto al motivo real de dicha decisión, que se encubría con la excusa de ‘la mala situación económica de la empresa y la necesidad de amortizar su puesto de trabajo’”.
Autonomía Obrera y CGT entienden que los argumentos expuestos “resultan total y absolutamente falsos”, ya que, después del despido, “al parecer han tenido lugar varias ampliaciones y sustituciones de trabajadores” y porque, “en cualquier caso, resulta absurdo pensar que una presunta ‘mala situación económica de la empresa’ vaya a resolverse con el despido de un trabajador con apenas dos años de antigüedad”.
Finalmente, ambos sindicatos lamentan la “vergonzosa pasividad” que respecto a este caso ha mantenido la dirección del Puerta del Mar, a la que hace ya varias semanas que se le informó de lo ocurrido, a fin de que interviniese y exigiera a la contrata la readmisión inmediata: “hasta la fecha, sin embargo, ni el trabajador ha sido readmitido, ni se tiene la más mínima constancia de gestión alguna ante la empresa para corregir lo sucedido, lo que convierte claramente a la gerencia en cómplice silencioso de esta vergonzosa agresión contra un trabajador”.
“Este despido se ha producido claramente como represalia empresarial frente a su rotunda negativa de sumisión ante las ordenes empresariales de su pertenencia a un grupo de WhatsApp creado por Eurest sin el conocimiento y consentimiento de las personas trabajadoras”, se sentencia.