JORNADA 12. Los dos equipos más en forma, hoy día, de la Segunda división abrían en la noche del viernes en el Ramón de Carranza el fin de semana de fútbol en la categoría. Por un lado, el Cádiz, tras su fulgurante y sólido inicio liguero, convertido casi sin querer en el rival a batir, liderando con amplia ventaja sobre sus perseguidores la clasificación; y por el otro, una UD Las Palmas que parece haber encontrado su mejor nivel con Pepe Mel en el banquillo, y que después de sumar cuatro victorias consecutivas, como los de Cervera, han ido escalado posiciones.
El once inicial de los gaditanos, el esperable, ante la baja de Jon Ander Garrido por su lesión en la mano, siendo cubierto por el recuperado Edu Ramos. Así, Cifuentes en portería; Iza Carcelén, Pacha Espino, Fali y Juan Cala, en defensa; Ramos acompañando a José Mari en el centro del campo, con Álex Fernández más adelantado; y arriba, Salvi y Alberto Perea de extremos, y Choco Lozano en la delantera.
Césped de estreno y aparentemente de lujo, y unas 15.000 personas en las gradas, añadidos de este interesante choque, a priori, que comenzaba con los canarios sobando la pelota hasta el extremo y los de casa a la expectativa, dejándoles marearse con parsimonia, y atentos a alguna pérdida o robo para asustar a la contra. Ruiz de Galarreta, desde lejos y en el minuto 12, probaba por primera vez a tirar a puerta. Y poco más que contar hasta el 24, cuando se desarrollaba a trompicones un acercamiento del Cádiz, sin consecuencias.
Ya había más alternativas en el juego, y en una de ellas, Perea centraba por la izquierda y el balón se paseaba por el área chica, acabando en un córner. Lo botaba Álex, y Fali acertaba a cabecear, haciendo el 1-0, dando en el poste. El cerverismo, funcionando a la perfección: contener, esperar, desesperar al rival y asestar el golpe en cuanto hay oportunidad.
El guion no varió hasta el ecuador: los de rojo tocando de forma estéril y los de casa aprovechando cada error ajeno para salir veloces a la contra, y en el 37, tanto Salvi como Perea, ponían en serios apuros a Josep Martínez. En el otro campo, De la Bella, en el 41, chutaba directamente a las manos de Cifu; acción previa a la lesión de Mantovani, que tenía que dejar el verde.
Con la pelota yendo de un campo a otro se reiniciaba la partida, y varios lanzamientos de Las Palmas desde la frontal, y a las nubes. Los de Mel pasaban a tratar de jugar algo más directos, lo que a su vez daba más espacios a un Cádiz, que se venía arriba creyendo en su potencial, su suerte de cara y con la moral por las nubes, y alentado por la grada. Y los visitantes, cuando lograban llegar, repetían lanzamientos lejanos.
Se entraba en el último cuarto de hora reglamentario con refresco entre los gaditanos: entraban Alejo y Nano Mesa por Perea y Edu Ramos. Y mucho nervio sobre el campo. Los insulares insistían e insistían, casi a la desesperada y el Cádiz no terminaba de cazar una contra perfecta, hasta que llegó el minuto 77, Lozano iniciaba la jugada desde atrás hacia Nano, que corría y centraba al área a Alejo y este era derribado dentro del área. Y Álex no fallaba desde los once metros. El segundo, y prácticamente la sentencia.
Y además, Pepe Mel expulsado, Fali obligado a retirarse con molestias sustituido por Marcos Mauro, el cadismo coreando “¡Áaaaalvaro Cerveeeera!”, un cabezazo de Lemos con peligro, más ansías entre los rojillos, la ola festiva recorriendo Carranza, seis de tiempo extra, un palo de Salvi… y los tres puntos, amarrados.
Otros tres, y ya van 31 en una docena de jornadas. La máquina amarilla, bien engrasada y confiada, jugando a lo que sabe y todos saben, ¿es imparable? “Tenemos una plantilla en la que todos van a muerte con lo que hacemos y, si todo sigue así, tendremos éxitos; si nos relajamos por la diferencia que llevamos seguramente tengamos algún problema”, anotaba Cervera tras la nueva victoria. Con los pies en el suelo, todavía. DIARIO Bahía de Cádiz