Rosa es la quinta persona sin hogar que muere en Cádiz, en la calle, en lo que va de 2024. Su fallecimiento se confirmaba el pasado jueves 28 de noviembre, en plena calle Abreu, en el casco histórico.
“Estos hechos tan dolorosos y vergonzosos no pueden seguir produciéndose; la calle no es un hogar, que la calle mata”, ha denunciado por enésima vez la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha), que en la tarde del martes se concentraba en la misma calle Abreu en memoria de esta mujer, natural de Logroño, volver a evidenciar “la situación penosa y evitable que sufren estas personas” y exigir “soluciones a todas las administraciones públicas que es a quienes compete acabar con esta indigna y deplorable lacra social”.
“No disponer de un techo supone la privación de otros derechos como el derecho a la intimidad, a la integridad, a la salud física y psicológica, al acceso a diversas prestaciones sociales… No disponer de un techo implica la mayor marginalidad posible, no ser ni siquiera visto o peor aún, ser tan mal visto que se mira hacia otro lado, sufrir un rechazo absoluto por buena parte de la ciudadanía o su fría indiferencia”, subraya el comunicado leído en por los concentrados.
“SON NUESTROS VECINOS”
“Son nuestros vecinos y vecinas -se reitera-, a los que diversas circunstancias, de las que nadie estamos a salvo, han llevado a esta situación extrema y que en muchas ocasiones padecen importantes problemas de salud lo que todavía hace más cruel que tengan que permanecer día y noche a la intemperie”.
En el caso concreto de la ciudad de Cádiz “hay 117 personas sin hogar, según el último censo, a las que hay que ayudar a restablecer su autonomía y para ello es primordial disponer de una vivienda digna y a partir de ahí proporcionarles un acompañamiento, con los profesionales adecuados, en el proceso de reintegración social”.
Una vez más, en el manifiesto recogido por DIARIO Bahía de Cádiz, la Apdha remarca que “es obligación de los distintos poderes públicos (Estado, autonomías, ayuntamientos) procurarles un techo, a la mayor brevedad, a todas las personas que viven en la calle, sea vía centros de alta tolerancia de 24 horas, pensiones u otras alternativas y a partir de ahí trabajar con ellas hasta su inclusión”. Al mismo tiempo “es preciso hacer prevención del sinhogarismo antes de que se vean en la calle y campañas de sensibilización a la población para que se sientan implicadas en la injusticia y colaboren en su solución”.
Por ello, “exigimos a todas las autoridades que se prioricen y presupuesten de manera inmediata las medidas necesarias para el fin del sinhogarismo, muchas de las cuales ya son recogidas, de manera teórica, en los distintos planes de inclusión existentes. Estos hechos tan dolorosos y vergonzosos no pueden seguir produciéndose”, se sentencia.