Un gran apagón insospechado que deja fuera de servicio todo un país durante horas: suena a trama de película, serie o novela distópica, pero sí, ha ocurrido en nuestra España. Transcurría un lunes rutinario más, y en la Bahía de Cádiz en concreto con la resaca de la motorada y azotada desde la madrugada por el viento de levante, hasta que sobre las 12.30 horas, pum, todo se fue a negro. Quedaban pronto en el olvido los últimos datos de paro de la EPA o la noticia del desembarco de una nueva empresa a la Zona Franca.
¿Se ha ido la luz? ¿En mi casa, en mi bloque, en mi oficina, en mi barrio, en toda la ciudad…? No no, en la radio (a pilas, o desde el coche) barajan que es una caída del suministro ¡en toda la península ibérica! España y Portugal unidas en la oscuridad.
Semáforos apagados y tráfico ajetreado, atrapados en ascensores, algunos cortes de agua, clases suspendidas, descontrol en tiendas y bares sin saber cómo cobrar, trenes y el Trambahía a mitad de camino con viajeros a la espera del rescate y otros dando vueltas en las estaciones con la maleta a cuestas, reparto de bombonas de oxígeno a pacientes dependientes por parte de Cruz Roja, miradas nerviosas al indicativo de la batería del móvil, e internet y las líneas telefónicas funcionando a duras penas…
Y guasa, mucha guasa en grupos familiares de WhatsApp y redes sociales mientras seguían en pie: “o sea que, o nos atacan los rusos, los extraterrestres, o se está iniciando un apocalipsis zombie”; “me da que cuando restituyan la luz, dirán algo de la guerra para que pasemos con el aro con lo del rearme”; “Pedro Sánchez aún no había vivido una de estas”; “¿dónde está ahora vuestro dios, fanáticos de la freidora de aire, eh?”…, entre las ocurrencias.
REPOSICIÓN PROGRESIVA DEL SUMINISTRO
“Activados planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector tras el cero ocurrido en el sistema peninsular. Se están analizando las causas y se están dedicando todos los recursos para solventarlo”, informaban en los primeros momentos de incertidumbre desde Red Eléctrica. Y ya sobre las 13.30 horas se aseguraba que se empezaba recuperar tensión por el norte y sur.
Dos horas después de la inédita caída a nivel peninsular, desde la misma Red Eléctrica se ofrecía una rueda de prensa hablando de “colapso” y “hecho excepcional”, y se avanzaba -sin aclarar nada sobre el origen de la incidencia- que ya estaba en marcha el restablecimiento del suministro en un proceso progresivo que se alargaría hasta alcanzar la normalidad “entre seis y diez horas”.
Entre el tedio y la perplejidad, pasada la sobremesa y acercándose la hora de la merienda (sin café con leche, ¿dónde calentarlo con vitrocerámica y microondas?), sobre las 18 horas se confirmaba que se iba reestableciendo la electricidad por el norte y el oeste del país, y por zonas de Sevilla, Málaga y la provincia gaditana.
Y en el caso de la Bahía, de forma progresiva, empezando por Jerez para seguir por Puerto Real, El Puerto, Chiclana o la capital, donde la corriente se reestablecía sobre las 21 horas. Los que más paciencia tuvieron que tener fueron los vecinos de La Isla: hasta bien entrada la madrugada, pasadas las 3 horas, no hubo manera de salir de la oscuridad.
Mientras muchas calles a lo largo de la tarde-noche, con la mayoría de comercios impotentes cerrados (salvo algunos bazares vendiendo velas, pilas, linternas y transistores), empezaban a teñirse de domingo sin casi terrazas ni nada qué hacer, salvo los corrillos para comentar el apagón desde la óptica más doméstica.

EMERGENCIA DE INTERÉS NACIONAL
Tras una primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional, comparecía por fin el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para tratar de llamar a la calma y a hacer un “uso responsable” del móvil, apuntar que lo prioritario era reestablecer el servicio a hogares y empresas, y reconocer que todavía no se tenía claro qué había pasado, sin descartar hipótesis; pero a la vez, pedir que no se especulara con las causas. Entre ellas, claro, el ciberataque, como si estuviéramos dentro de esa novela, serie o película distópica.
A su vez, desde antes del almuerzo (frío y de circunstancias, en la mayoría de casas) la Junta de Andalucía había activado su plan de emergencias llamando “a la prudencia y a la calma”, aseverando que los hospitales seguían funcionando con normalidad gracias a los grupos electrógenos.
Poco después, como otras comunidades autónomas (en principios, todas del PP), reclamaba la Declaración de Emergencia de Interés Nacional, para que el propio Gobierno central asumiera el mando de la situación. Mientras diferentes ayuntamientos ponían en marcha sus planes locales de emergencia.
SIEMPRE SALE EL SOL…
Y amaneció un nuevo día, también de levante irritante. Ya a primera hora de la mañana del martes, Red Eléctrica confirmaba que el 100% de las subestaciones de la red de transporte estatal estaban ya en servicio, y que se había recuperado el 99,95% de la demanda (25.794MW).
La Junta anunciaba temprano a través de sus canales que los colegios e institutos tenían la orden de abrir con normalidad pero sin actividad lectiva, mientras la Universidad de Cádiz sí suspendía su clases al menos hasta la tarde.
En paralelo, el Trambahía retomaba sus servicios aunque en principio sólo entre Chiclana y San Fernando; y Renfe, sobre las 11 horas, empezaba a reestablecer la línea de Cercanías en Cádiz.
Por su lado, el Consorcio de Bomberos hacía balance de sus actuaciones relacionadas con el corte eléctrico, dejando claro que en global no han sido intervenciones graves o relevantes: “la mayoría son por personas atrapadas en ascensores o para asistir a personas mayores o con movilidad reducida a acceder a sus viviendas al no poder usar el ascensor”. En el caso de la capital, hubo hasta 20 rescates en ascensores.
Precisamente, el alcalde de Cádiz, Bruno García, ofrecía una rueda de prensa por la mañana para hacer repaso de un lunes walkie talkie en mano (ante los problemas con la telefonía), que “dentro de la dificultad e incertidumbre, ha sido un escenario el mejor posible, cero incidencias en la ciudad. Agradezco el comportamiento a la ciudadanía, y a todos los servidores públicos. Ha sido una mezcla un poco extraña, pero bonita, pese a los momentos complicados de casos concretos”.
Con la luz, la telefonía e internet restituidos, la normalidad (pero ¿qué es normal?) va retomándose mientras todo el país continúa digiriendo otro hecho histórico de la era Pedro Sánchez (pandemia, volcán, DANA…): un largo corte de electricidad digno de cine apocalíptico que, más allá de las explicaciones técnicas (“desaparecieron de golpe 15 gigavatios de la red eléctrica española…”, ¿qué?) y las elucubraciones conspiranoicas, deja al descubierto lo frágil que puede ser lo cotidiano cuando, de repente, todo se apaga. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway