JORNADA 11. El líder se plantaba en la tarde del sábado en La Rosaleda para disputar un derbi enrarecido por lo acontecido en la previa: un Málaga sumido en dudas, líos institucionales y deportivos, merodeando la zona baja de la tabla, llegaba a pedir un aplazamiento del choque, no concedido, por la baja de diferentes jugadores (por convocatorias internacionales, lesiones y sanciones). La cara totalmente opuesta, al otro lado: un Cádiz en racha, confiado y apuntalado en lo más alto, con la moral por las nubes tras victorias consecutivas ante los gallitos Almería, Huesca y Zaragoza.
Con la advertencia de Álvaro Cervera a los suyos y al cadismo de no pecar en estos momento de euforia de exceso de confianza, presentaba un once previsible, con la única incidencia de la lesión en la mano de Garrido: Alberto Cifuentes en la portería; Iza Carcelén, Pacha Espino, Fali y Juan Cala, en la defensa; José Mari y Álex Fernández, en el centro del campo; Salvi y Alberto Perea en los costados; y arriba, Choco Lozano y Nano Mesa. Y en las gradas, nutrida presencia de la afición amarilla.
La primera mitad fue casi más de lo mismo, y sólo basta ver las estadísticas: los de casa acumularon más del 70% de posesión de balón, pero los visitantes se marcharon a vestuarios ganando 0-1 tras controlar sin problemas y sufrir apenas.
De hecho, empezó avisando el Cádiz, con un cabeceo del delantero hondureño a centro de Salvi y un tiro frontal del mismo protagonista poco después. Los blanquiazules tocaban y tocaban, con parsimonia, y si se acercaban a Cifu era por medio de contadas faltas. Y llegó el minuto 32, el carrerón del sanluqueño que no centraba del todo bien aunque el balón sí llegaba a rematarlo Choco Lozano y en línea de gol la empujaba Nano Mesa. El gol subía al marcador, mas el tostón del VAR entraba en acción para no se sabe muy bien qué, y tras el suspense de varios minutos, el árbitro volvía a dar el gol como legal. A partir de ahí, el Málaga continuó sobando la pelota, sin hacerle daño al rival.
Cambió el panorama tras el descanso: el equipo costasoleño, ya con Cifu en el verde, le imprimía intensidad, más revoluciones y coraje al encuentro, y lograba meter al antipático líder en su campo. Y por fin sumaba ocasiones: de Sadiku, Keko, Luis Muñoz, y la más que clara, de Antoñín en el 62. Entre tanto, el Cádiz se defendía demasiado atrás, sufría y llegaba muy poco arriba: una oportunidad de Perea, que impactaba contra un defensor.
Los hombres de Sánchez del Amo bajaban algo la presión, y por el otro lado, Caye Quintana remplazaba a Choco, con molestias; Edu Ramos a Perea; e Iván Alejo a Mesa… y en la jugada previa al tercer cambio, subía al electrónico el 0-2. En el 73, el delantero onubense, solo contra el mundo, cogía la pelota en el centro del campo, corría, esquivaba a cada defensa a su paso, se escoraba y casi desde la línea de fondo chutaba y marcaba. Su primero golito además con la camiseta amarilla en partido oficial. Cinco minutos después hacía el tercero el mismo Caye, pero se le anulaba por fuera de juego.
Con diez minutos por delante, Fali medio lesionado y un Málaga con la moral por los suelos, el partido se intuía más que cerrado. Así, en el 83, cogió despistados a todos el cabezazo de Antoñín, haciendo el 1-2. Un tanto que volvía a dar alas los de casa y a meter atrás a los gaditanos, y en el 85, un fuerte disparo lejano de Keko se estampaba en el larguero. Al Cádiz le tocaba sudar para aguantar los tres puntos, y hasta el 94 mismo, en el que de nuevo Keko estaba cerca cerca cerca de establecer la igualada, que no hubiera sido para nada injusta.
Pero este Cádiz sigue en racha y con la fortuna de cara, y sin hacer el mejor de sus partidos ni ofrecer grandes sensaciones, se vuelve de Málaga con otra victoria más para seguir abriendo brecha desde lo más alto: esta noche dormirá líder con 28 puntos (de 33 disputados), y con el segundo en la tabla, el Almería, a nueve… DIARIO Bahía de Cádiz