JORNADA 10. Sobremesa complicada en el Nuevo Mirandilla, como para hacer bien la digestión. Una final con dosis de desesperación anticipada en la cola de la tabla para algunos, “sólo tres puntos en la jornada diez de Primera” para Álvaro Cervera. Lo cierto es que Cádiz y Deportivo Alavés se medían este sábado, sobre todo, para insuflarse moral o hundirse un poco más y demasiado pronto.
“Todo lo que se habla alrededor de que nos jugamos la vida y tal no nos puede afectar en el partido, si no pasan cosas que no deben pasar”, avisaba el técnico en la previa de un choque contra un rival directo en la pelea por la permanencia; ambos buscando la segunda victoria de la presente campaña. En esa misma rueda de prensa insistía Cervera en que “no tiene nada que ver la temporada pasada con esta”; recadito para aquellos amantes de comparar con tiempos pretéritos.
De partida, el Cádiz saltaba al verde con: Ledesma en portería; Iza, Espino, Haroyan y Chust, en defensa; Fali y Alarcón en el centro del campo; y más arriba, Sobrino Salvi, Perea y Negredo. Y en la grada, cerca de 14.000 personas.
Todavía estaban los equipos encontrándose en el campo, y en el minuto 4 el árbitro comenzaba su show y no dudaba en pitar un estricto penalti a Tomi Alarcón en el área cadista, el VAR sesteando aún ni entraba a discutirlo, y Joselu no perdonaba, subiendo el madrugador mazazo del 0-1. Desde bien temprano a los de casa les tocaba remar en contra, y llevar el peso del partido. Y con el de negro, Alberola Rojas, haciendo de las suyas.
Alentado a ratos por la afición, los amarillos ponían algo de ganas, aunque quizá sólo eso no basta, para tratar de buscar la igualada, y en el 10, Sobrino cabeceaba, mal, una falta con intenciones. Poco después, Conan Ledesma metía una mano prodigiosa para desviar un centro envenenado de Duarte que se iba colando.
Se mascaba la tensión en el ambiente de un encuentro mediocre donde unos y otros demostraban el porqué de su posición en la clasificación de LaLiga Santander. En el 24, de nuevo Rubén Sobrino, muy solo, se fabricaba un tiro cruzado, desviado. Y el segundo no subía en el minuto 31 por un providencial cruce de Pacha Espino ante la llegada de Pellistri. Poco después era Alarcón a la media vuelta el que estaba cerca del empate. Poco más dejaba el primer tiempo, descontando la actuación arbitral, cómica por momentos.
Buscando algo más, Cervera dejaba en la caseta en el ecuador a Chust y Alarcón y metía a Álex Fernández y Jonsson, con lo que Fali se situaba en la defensa, junto al armenio.
Una genialidad de Alberto Perea, muy entonado tras el paso por vestuarios, ayudaba a que la grada volviera a confiar. Y Negredo de chilena estaba a punto de hacer el primero. El Cádiz ofrecía sus minutos más ofensivos de la temporada, embotellando a los vitorianos en su área, y ahora sí peleando y dándolo todo.
En el 63 Laguardia salvaba el 1-1 sobre la misma línea de cal. Los de casa seguían insistiendo y presionando ante un Alavés que se defendía como podía y cazaba alguna contra puntual, como en el 65, cuando daba el susto marcando, gol anulado de inmediato por fuera de juego.
Choco Lozano entraba por Salvi, Negredo intentaba otra acrobacia dentro del área y Jonsson tras hacer lo más difícil la mandaba al más allá. La segunda mitad irreprochable para los gaditanos, entraba ya en su fase final. Como último recurso, salía Álvaro Jiménez por Sobrino. Aunque al final el que remataba la faena, ya en el tiempo extra aprovechando un error defensivo, era el conjunto vasco, con otro tanto de Joselu.
“Menos discoteca, y más cohones”, terminaba coreando un pequeño sector del estadio cuando los jugadores enfilaban el túnel de vestuarios. Una derrota inmerecida ante un Alavés de la ‘misma liga’ que sobre todo evidencia las carencias de este Cádiz, que incluso haciendo un notable segundo tiempo y generando, no encuentra premio. De momento, ya se han disputado 30 puntos, y se han rascado sólo 7.
En su valoración del encuentro, Álvaro Cervera admitía que “al equipo está claro que le hace falta algo más, llegas y llegas y nada; creamos situaciones, no peligro. No hemos hecho mal partido, creo que hemos tirado veintipico veces. Pero hemos perdido por cosas que antes no pasaban y ahora pasan. El partido no es malo, el resultado es muy muy malo”. Además, el técnico evidenciaba que “ese penalti inicial marcó todo, cualquier golpecito para nosotros es una bofetada muy fuerte”. Y acababa dejando sobre la mesa una frase que abre todo tipo de especulaciones: “el equipo no está derrotado, no ha bajado los brazos, eso no me preocupa; me preocupan otras cosas que prefiero no comentar”. DIARIO Bahía de Cádiz