A primera hora de este jueves fue hallado muerto un hombre en Cádiz, en plena plaza San Juan de Dios. Y durante la mañana diferentes medios dieron por cierto que era una persona sin hogar, a partir de lo trasladado desde fuentes oficiales de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Por la tarde, el Ayuntamiento ha desmentido que el fallecido fuera un sintecho.
Al respecto, en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el Consistorio aclara que se ha comprobado que esta persona, de unos 50 años de edad, tenía una residencia en la ciudad, y que era un usuario frecuente de comedores sociales.
En este punto, se pide “encarecidamente” a los portavoces de la Policía Nacional en la ciudad (que además se ha hecho cargo de la investigación) “que hagan un esfuerzo, desde la responsabilidad, para trasladar la información sobre los siniestros acaecidos en la Cádiz con la máxima precisión posible”.
Al hilo, se recuerda que “ya es la segunda vez” que desde esa portavocía se confirma una información adicional “no esencial” del siniestro, como es si la persona era o no persona sin hogar, de forma errónea y cuando aún se están investigando las circunstancias del suceso. En este sentido, el Ayuntamiento alude al fallecimiento de otra persona en la puerta del centro de salud El Olivillo hace meses, un siniestro sobre el que informaron las fuerzas y cuerpos de seguridad indicando que se trataba de una persona sin hogar cuando, posteriormente, se comprobó que no lo era y que tenía una residencia en la ciudad.
El equipo de Gobierno de Adelante Cádiz termina haciendo un llamamiento a la responsabilidad de las instituciones implicadas en la seguridad y la asistencia en este tipo de siniestros, “y que su labor informativa se produzca bajo criterios de prudencia, ética, respeto a la intimidad de las personas y se ajusten a la realidad de los hechos y circunstancias”.
“¿HASTA DÓNDE QUEDA EL LÍMITE?”
En el mismo sentido, el alcalde, José María González ‘Kichi’, reflexiona a través de sus redes sociales sobre lo sucedido: “hoy, ha vuelto a pasar. Y es la segunda vez que sucede. Tristemente, ha fallecido un vecino durante la madrugada. Y tal como ocurrió la vez que encontraron a un ciudadano sin vida junto al Olivillo, desde determinados medios y sectores se han lanzado a decir que se trataba de una persona sin hogar. Quien facilitó la información (fuentes oficiales) ni siquiera esperó la investigación, ni tampoco la autopsia, no esperó siquiera a cotejar y contrastar los datos. Luego, ya saben, la utilización de un lamentable suceso con fines políticos. Sin piedad. Sin respeto a la víctima y sin ética alguna”.
“Como si no fuera suficiente, en este contexto, con otra vida que se va. Como si fuera más muerte o menos muerte el hecho de que fuera sin hogar. Como si todo valiera por tal de recriminar y usar como arma arrojadiza contra este gobierno. Necesitamos más que nunca de la responsabilidad colectiva. Ya van dos. Hasta cuándo. Hasta dónde queda el límite”, se pregunta el primer edil, al tiempo que traslada sus condolencias a la familia de la persona fallecida.
LA APDHA TAMBIÉN LLAMA LA ATENCIÓN A LA POLICÍA
En el mismo sentido, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) ha expresado su preocupación por “la ligereza y el alarmismo” con el que es tratada la cuestión de los sintecho “por la Policía Nacional y algunos medios”.
“Es de destacar que la Policía Nacional antes de difundir una información que luego se ha demostrado falsa, no contactó previamente con los Servicios Sociales ni siquiera con la Policía Local, sino que interpretó libremente por el domicilio que aparecía en el documento de la persona tristemente fallecida que se trataba de una persona sin hogar. Y algunos medios, no todos afortunadamente, se hicieron eco de la noticia y difundieron el nombre del fallecido sin hacer ninguna indagación por su parte”, cuestiona este colectivo, incidiendo en que “este tipo de actuaciones de la Policía es reiterativa”.
Por ello, la Apdha reclama a las fuerzas de seguridad, a los medios y las diferentes administraciones, “la máxima responsabilidad, una actuación rigurosa y coordinación con protocolos de actuación que eviten la creación de alarma y preocupación sobre un colectivo ya suficientemente castigado como el de las personas sin hogar”.